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REAL AMENAZA

Creciendo, aunque a cuenta gotas, está el número de infectados por el coronavirus, lo mismo en Tamaulipas que en las ciudades del Valle del Rio Grande. La diferencia en Texas es que ya tomaron medidas drásticas. En el Condado Hidalgo decretaron un toque de queda de las 10 de la noche a las cinco de la mañana y en el Condado de Cameron otro tanto.

No se dijo la causa real de la medida porque si es para evitar contagio, a esas horas por razones obvias no hay concentraciones de gente, ahora que si lo que se busca es evitarla en restaurantes o antros, con solo ordenar el cierre de los mismos sería suficiente.

REAL AMENAZA

Pero se fueron a fondo, lo que hace suponer que hay algo más de fondo, válgame la redundancia. La versión que circula de aquel lado del río Bravo es que el toque de queda se decretó para evitar vandalismo, como lo es saqueo de los negocios, incluso hasta robos domiciliarios.

Y hay una señal muy clara al respecto: me dicen que en las armerías del Valle del Rio Grande las municiones de todo calibre fueron vaciadas de sus respectivos stocks. O sea, que a la gente le dio por pertrecharse pensando que algo malo puede pasar en los negocios o en sus personas si la pandemia queda fuera de control, de ahí que las autoridades texanas se adelantaron a esas posibles situaciones decretando el toque de queda.

Y no se anduvieron con contemplaciones. Así debe comportarse la autoridad cuando las circunstancias presagian males o de plano ya se presentaron, pero las buenas medidas son las que se toman a tiempo.

El gobernador de Texas, GREG ABBOT, no se anduvo por las ramas y ordenó una medida impopular porque va a causar perjuicios económicos, pero cuando la seguridad ciudadana está en riesgo lo mismo en su integridad o su salud, ninguna medida es excesiva.

Aquí en Tamaulipas el gobierno del Estado ya recomendó a los dueños de restaurantes que cierren sus negocios para evitar la propagación de la peste del siglo XXI. Lo mismo hizo por su parte la alcaldesa MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, que incluso la recomendación la hizo en forma personal. Ninguno la atendió, lo cual me hace suponer que de un momento a otro la orden será terminante de que los restaurantes y cantinas cierren sus puertas hasta que se considere que ya se superó la contingencia por la que estamos pasando que, si bien en todo México solamente ha ocasionado dos fallecimientos, el número de infectados ya está creciendo de una manera que puede serlo como dicen ahora, exponencialmente o como dicen en el rancho, por aquí y por allá.

Ya son muchos los perjuicios que ha sufrido la economía del país, pero ningún sentido tiene sostener de pie esas fuentes de ingresos y de trabajo que son las turísticas en cuyos lugares la afluencia ha disminuido muy notoriamente. Me reportan que en Cancún no están sacando ni para cubrir los gastos y en cambio sí están propiciando que se propague la enfermedad. 

Y en la CDMX todavía le están sacando la vuelta a una medida así y es que los restaurantes son fuente de empleo para muchos, no solamente son negocios.

Lo mismo se puede decir de ciudades como Monterrey, Puebla, Querétaro, San Pedro y Guadalajara, aunque los tapatíos, por las fotografías que han subido a redes sociales, han respondido con disciplina e inteligencia ante la medida de evitar propagar el virus.

Las avenidas de Guadalajara se vieron desérticas el domingo. La gente respondió muy bien al llamado del gobierno estatal, y ni modo que digan allá no hay nada que ver, simplemente están respondiendo con sentido común y conciencia. El grave daño al que estamos expuestos al salir a la calle, que eso no quiere decir que debemos recluirnos sin salir ni para ir por las tortillas. Hay que trabajar, lo único es que hay que hacerlo con cuidado y de plano olvidarse de los lugares de convivencia social como cafeterías, restaurantes, bares o cantinas, esto si luego no queremos pasar a formar parte de las estadísticas.

En pocas palabras, así está el panorama y aquí en nuestra querida Reynosa como que no lo hemos tomado muy en serio y corremos el riesgo de contraer el virus.

Ha decrecido el movimiento vehicular y la presencia de gente por cantinas y restaurantes. los casinos, palapas y salones de eventos, esos sí han cancelado las rentas hasta nuevo aviso. Incluso algunos festejos particulares, como el que estuvo organizando el empresario CAMILO MARTÍNEZ, para celebrar su cumpleaños, se suspendieron para evitar contagio.

Pero a como se están poniendo las cosas presiento que de un momento a otro si no es que ya se tomó, la alcaldesa MAKI ORTIZ va a decretar el cierre temporal de cantinas y restaurantes mientras que el gobierno del estado decretará un toque de queda.

Por lo pronto el Congreso del Estado posterga sus actividades legislativas como ya lo hizo el Poder Judicial, que cerró juzgados y solamente quedó personal de guardia para atender casos urgentes como ejecución de órdenes de aprehensión cuyos detenidos se tienen que poner a disposición y de inmediato ante un juez o bien cuando atrapan a malandracos en flagrancia, que también deben llevarlos directamente al juez. En esos casos no pueden estar cerrados los tribunales.

Lo mismo me dicen que pasó con las Juntas de Conciliación y Arbitraje, cerraron actividades hasta el 20 de abril y a postergar audiencias y por lo mismo amontonar la chamba, pero tenemos que entender que el coronavirus es una real amenaza y si no se toman medidas nos puede ir tan mal como en Italia o como en España y ya en Chile, la diferencia es que los ciudadanos de por allá entendieron prontamente que al COVID-19 no se le torea.

Es una situación triste porque está causando muchos daños económicos y afectaciones en el aspecto emocional porque de repente se vieron obligados a permanecer recluidos en sus respectivos domicilios, pero ese sacrificio es nada a cambio de evitar el riesgo del contagio que puede llevarlos a perder la vida sobre todo en personas por arriba de los 60 años y aun no tan viejos que padecen alta presión, diabetes, cáncer y otras enfermedades crónico degenerativas.

Y casualmente en nuestro México lindo y querido no estamos bien alimentados, pero tenemos obesidad para da y repartir, esa circunstancia nos convierte en blanco fácil del coronavirus.

No tenemos alternativa, hay que redoblar las medidas de prevención, incluso con los niños, aunque nos digan que ellos son inmunes a ese virus. Más vale no andarlos arriesgando.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com