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BIEN PANIQUEADOS

Intensa, rayando en paniquiada, ha sido la semana en una parte de los empleados del servicio público. Los del privado siguen al pie del cañón, los patrones se resisten a tomar medidas, pero se comprende, los negocios tanto el año pasado como en lo que va del presente han estado a niveles de subsistencia. Darles vacaciones adelantadas es algo que está fuera de toda posibilidad pues no tendrían con que pagarles sus salarios si cerraran las puertas los negocios.

No olvidemos que estamos en México, un país de segundo nivel tirando a pobre así nos digan lo contrario los tecnócratas que nomás en las cuentas de ellos aparece que México ha tenido crecimiento económico.

BIEN PANIQUEADOS

Usted como yo amigo lector bien sabemos que las cifras de los tecnócratas han son puro camuco y ahí le doy enteramente la razón al presidente López Obrador cuando denuncia que los neos son los culpables de que México hoy en día cuente con 60 millones de pobres, y los de la clase media pujando para no pasar a formar parte del ejército de los que menos tienen, como eufemísticamente les llaman a los jodidos.

El caso es que no hay forma de cerrar negocios y seguir pagando nómina.

En Estados Unidos el presidente DONALD TRUMP ordenó apoyar con mil dólares mensuales a todo aquel ciudadano norteamericano que por causa del COVID-19 se quede sin empleo, una cantidad que traducida a pesos en México serviría para pasarla bien mientras transcurre la pandemia, pero en el vecino país del norte mil dólares son apenas lo necesario para comer y uno que otro gastillo.

Las deudas hipotecarias las van a postergar hasta tres meses mientras termina esta contingencia biológica pero así nos está tocando bailar.

En nuestra querida Reynosa, restaurantes del bulevar Morelos que hace unos días se veían pletóricos de comensales en estos días no ocupan mesas ni en un 20 por ciento, lo que también perjudica a los meseros que viven fundamentalmente de las propinas. El sueldo es de salario mínimo y si no hay clientes, no hay dinero extra.

En cambio, los centros comerciales tuvieron ventas digamos explosivas, se agotaron productos como gel antibacterial, limpieza y papel sanitario, entre otros, pero me dicen que ya los van a reabastecer, aunque las ventas serán limitadas a dos artículos por cliente, y quien pague en dólares solamente le permitirán que adquieran mercancía hasta por cien billetes verdes.

En tanto, los gobiernos de México y Estados Unidos anunciaron ayer lo que podría ser el cierre parcial de su frontera, esto es, quedan suspendidos los cruces fronterizos entre ambos países con fines recreativos y turísticos, medida que entró en vigor en el primer minuto de hoy.

Pero la prohibición de ingresar a Estados Unidos, en estos momentos carece del mínimo atractivo internarse en tierras del tío Sam. Los negocios paulatinamente han venido cerrando y se estima que para mediados de la próxima semana ya no habrá ninguno abierto, estarán en cuarentena total, de ahí la medida de auxilio del presidente Trump de apoyar con mil dólares por mes a los ciudadanos y residentes legales que queden sin empleo mientras pasa la contingencia.

Obvio que los indocumentados no califican para esta ayuda, como obvio también que los trámites migratorios de cubanos, venezolanos y centroamericanos quedan suspendidos porque si no van a permitir el acceso a los mexicanos con visa láser o pasaporte es normal que no permitan el ingreso de gentes de otras partes del mundo, de ahí que no le encuentro sentido a la disposición del gobierno americano de no permitir que aterricen en su suelo aviones provenientes de Europa y de Asia.

Pero el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, que quiere convertirse en el amigo de todo el mundo les abre las puertas. Les dice que aquí les recibirá con abrazos.

No sé para qué pitos podrían querer aterrizar en nuestro México lindo y querido los aviones de España, Italia y Asia que tengan como destino Estados Unidos y que por prohibir su aterrizaje lo hagan en territorio mexicano. Podrán decir que en la CDMX transbordarían aviones con rumbo a la frontera con el vecino país del norte, Reynosa, por ejemplo, pero en la aduana de aquel país encontrarían que no les permiten el paso, de ahí que no tiene ningún sentido que esos aviones sean desviados a México.

En estos momentos no estamos en las mejores circunstancias para recibir el turismo. Las playas ahí están, los hoteles igual, pero si el propio gobierno mexicano recomienda no acudir a lugares de concentración masiva y guardar sana distancia, ¿qué objeto tiene ofertar se vengan a turistear a destinos turísticos de nuestro país?

Sería un contrasentido, aunque buena parte de la culpa la tiene el propio López Obrador, que no atiende las indicaciones de no abrazar y repartir besos ni andarse metiendo entre la gente.

Podrá estar muy sano y protegido con la estampita del Sagrado Corazón de Jesús, como la que mostró en la mañanera del miércoles, pero eso no lo convierte en santo y menos en invulnerable.

Y ahí va transcurriendo la vida en medio de pesadumbre. No recuerdo una etapa así, ni cuando el Behula que nos dejó inundados, sin agua potable y electricidad por casi dos semanas. Eso sí, fue todo un problemón, pero sin el amago de contraer enfermedades como la que hoy ya se cierne sobre nosotros que si no atendemos las recomendaciones para cuando queramos cabecear ya estaremos bien enlazados al COVID-19, que dicho sea de paso está afectando entre la gente joven y los llamados chavo rucos. Como que los ancianos lo tomaron en serio, no se ha registrado todavía ningún adulto mayor como víctima del coronavirus.

Estamos en un mal momento y tenemos que hacer de tripas corazón y echarle ganas.

Dicen los que saben que nos falta una semana muy riesgosa, después de ella empezará a decrecer la posibilidad de contagiarse con ese virus, pero no por eso se podrán bajar los brazos, un descuido, aunque sea al cuarto para las 12 costaría pasar a formar parte de la estadística macabra.

Hay que cuidarnos que todavía hay mucho peligro.

A todo esto, hace unos días alguien subió a las redes sociales un mensaje que decía, palabras más palabras menos: Quiero ver a los políticos que en campaña recorren las calles repartiendo camisetas, vasos de plástico, volantes y gorras, pero que ahora aparezcan regalando gel, productos de limpieza y cubre bocas.

Tal vez en respuesta a ese llamado, el delegado de Movimiento Ciudadano, JUAN CARLOS ZERTUCHE ROMERO, anda por las calles de nuestra ciudad precisamente repartiendo ese material que podría utilizarse como protector del coronavirus.

Buen detalle sin duda alguna, sobre todo porque se trata de productos que se agotaron en el mercado local y de todo el país tan pronto se supo de este terrible mal que ya es pandemia.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com