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¿Qué hacer con Reynosa?

A mediados del año que entra, en el contexto de las campañas políticas, la problemática de Reynosa será el centro de la previsible polémica acerca de lo que se ha hecho, lo que se hace mal y particularmente sobre lo que se requiere hacer en los siguientes años.

Con diferentes actores políticos se repetirá la disputa entre candidatos y  partidos respecto de las carencias que hay, principalmente, en la zona urbana del municipio. 

¿Qué hacer con Reynosa?

Atestiguaremos nuevamente las descalificaciones mutuas y el ensalzamiento propio entre los participantes.

Serán posturas de coyuntura.

La multitud de problemas que nos aquejan requiere de un análisis integral muy complejo por ejemplo, entre otros, sobre los aspectos urbano y económico en el municipio.

El crecimiento de la economía local impulsado particularmente por la actividad industrial basada en la mano de obra intensiva, propició un explosivo crecimiento de la mancha urbana de Reynosa. 

Sin embargo este fenómeno ha influido en el empobrecimiento de la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.

En general los fraccionamientos construidos para atender la demanda de vivienda de trabajadores de la industria maquiladora se convirtieron en dolor de cabeza para las autoridades, para sus habitantes y en general para la población.

La reducida superficie de las miles de viviendas destinadas a personas con salarios muy bajos no reúnen las condiciones mínimas para una sana cohabitación entre sus ocupantes. 

La carencia de  elementos esenciales en la construcción y distribución de los espacios implica riesgos para la salud emocional.

Aunado a eso, con la complicidad de las autoridades, muchos fraccionamientos se construyeron tan mal que hoy las urbanizaciones están completamente destruidas, creándose así condiciones para el acelerado deterioro del entorno de decenas de miles de personas. 

Los representantes de la industria maquiladora en repetidas ocasiones han declarado que tienen un enorme déficit de mano de obra.  Requieren de 10 mil nuevos empleados que aquí no encuentran.

Por eso algunas empresas están buscando gente de zonas con alto índice de pobreza en otras entidades del sureste del país. Esto puede replicar lo ocurrido desde hace varios años. 

Al paso del tiempo ha quedado demostrado que tiene mucho más negativos que positivos ya que terminó por reducir drásticamente la calidad de los servicios públicos que se prestan a toda la población.