¿Qué harías si fueras millonario? ¿Es con dinero que compras la llave de la felicidad?

Escucho infinidad de veces a personas que dicen: “¡Si tan sólo tuviera más dinero, mi vida sería muy diferente!” Es peculiar, pero estudios revelan que 9 de cada 10 personas que ganan algún juego de azar (lotería, sorteos, “raspaditos” o apuestas) al término de año y medio vuelven a estar como estaban antes de ganarse el premio o peor aún, endeudados por haberse engolosinado con el dinero.
Lo que sucede en estos casos es que lo único que cambia es el saldo bancario, más no la conciencia o comprensión de lo que verdaderamente genera abundancia en la vida.
Particularmente en estas fechas navideñas, entre las posadas, los intercambios, la mercadotecnia y los “compromisos de regalo”, el tema de las finanzas se puede ver amenazado. No obstante, si te detienes a observar, hay muchas personas que durante todo el año se quejan de que el «cochinito» está flaco y muy a menudo, tienen que hacer peripecias para sacar el mes o «salir tablas».
Alguna ocasión siendo adolescente, leí un letrero en el periódico mural de mi preparatoria, decía: “El dinero no abre la puerta de la felicidad”, alguien comentó: “El dinero no la abre, pero con dinero compras la llave para abrirla”. A más de veinte años de esa anécdota, me doy cuenta que el dinero es un medio muy importante y que el único y verdadero propósito que tiene es ofrecerte TRANQUILIDAD, pero ojo, tranquilidad no es sinónimo de PAZ INTERIOR. El dinero no puede comprarla, porque no es algo adquirible, sino algo que generas de adentro hacia fuera, y no a la inversa.
Un saldo en una cuenta bancaria no son lingotes de oro, centenarios o propiedades (claro, con ese saldo podrías adquirirlos, estoy de acuerdo), no obstante, eso no quiere decir que hay acceso a la paz interior, lo cual significa estar tranquilo y en calma confiando en el proceso de la vida (o en Dios, según sea la fe).
Hace unos días, platicando con una persona que está atravesando por un proceso de divorcio le pregunté: “¿Qué vas a hacer ahora que te divorcies, qué decisiones tomarás después del trámite legal?”
Me respondió: “Volveré a trabajar, viajaré, pasaré más tiempo con mis hijos, alimentaré mi parte espiritual, visitaré a personas que hace mucho no veo y haré más ejercicio.”
Acto seguido le pregunté: “Y si por alguna razón, tu situación matrimonial se resuelve y no te divorcias, ¿qué decisiones tomarías?” Para mi grata sorpresa me contestó: “Decidiría hacer exactamente lo mismo como si me hubiera divorciado”.
Te preguntarás qué tiene que ver lo del divorcio con la cuestión financiera. A mi punto de vista, lo mismo sucedería si tuvieras los millones que hoy día no tienes. Lo más probable es que tu vida seguiría muy parecida a lo que hoy es, naturalmente sin la presión de cómo pagar tus cuentas. Es aquí el meollo del asunto que quiero compartir contigo. Obviamente si tuvieras más recursos económicos, es probable que viajes en primera clase o que la calidad de tu ropa o la casa donde vives cambie, no obstante, lo que verdaderamente eres en esencia, será muy difícil que cambie. Al final del día, si en la actualidad realizas lo que te gusta laboralmente y lo disfrutas, si nutres tu espiritualidad, atiendes a las personas que te importan y en general, vives en congruencia, entonces es muy probable que tengas paz interior y lo más seguro, es que aunque te convirtieras en millonario, tu vida seguiría muy parecida a lo que hoy es.
A vísperas de Navidad, mi recomendación más genuina es que en lugar de desgastarte y consumirte pensando en cómo hacer más dinero (si es que ese tema te angustia), invierte más tiempo en crear paz en tu vida, de esta manera el dinero y las oportunidades se aparecerán solas en tu camino. Créeme, la forma más sencilla de generar abundancia es cuando te dejas de obsesionar por el dinero y cuando te das cuenta que tu valor como ser humano no tiene nada que ver con tu estado de cuenta bancario. No vales por lo que tienes, sino por lo que contienes. Si vas a buscar la llave que abre la puerta de la felicidad, no la busques con los ojos abiertos, búscala con los ojos cerrados, porque en tu interior está todo aquello que el dinero no puede comprar y que verdaderamente te da riqueza. Recuerda que hay gente pobre, tan pobre que lo único que tiene es dinero. ¿Tú qué eliges? Nos leemos en Noche Buena.
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