Pleitos en la pareja por dinero

Dicen el dinero cambia a la gente y que es el causante de muchos divorcios. ¿Será acaso que el dinero tiene tal alcance? A título personal les puedo asegurar que además de bienes, el dinero lo único que te puede dar es tranquilidad, lo cual no es sinónimo de paz interior. ¿Por qué si el dinero provee tranquilidad puede causar tantos conflictos y pleitos en un matrimonio? Porque el dinero no es el conflicto, hay otros menesteres detrás de él. Aquí te comparto unos ejemplos: 

• Cuando tu esposo controla cada centavo que gastas. Tú no tienes acceso a su cuenta bancaria, desconoces el saldo real, pero ves la forma descomunal en como gasta y te da un presupuesto raquítico para surtir lo mínimo indispensable. ¿El problema es el dinero? No. Aquí el problema es la agresión o violencia económica. El como una persona ejerce sometimiento y control a través de las finanzas. 

 •  Cuando la damita gana más que el caballerito. Si fuera por el ingreso de él se irían de vacaciones un fin de semana a un balneario y a ti te alcanza para ir, los dos, una semana a Nueva York. ¿Qué harías? 

a) Lo invitas b) Te vas sola c) No vas

¿El problema es el dinero? No lo es. El verdadero problema es la ausencia de confianza, porque por un lado te da miedo que termines manteniéndolo y, por otro lado, no vaya a ser que el señor se ofenda si tú pagas todo. ¿Ya ves como aquí tampoco el dinero es el verdadero problema?

 • Cuando él quiere impresionarte y que creas que es Juan Camaney. Te invita a lugares carísimos, te da extensión de su tarjeta de crédito, cada aniversario hay una bolsa nueva y cada dos años te cambias tu “mamámóvil” por una del año. Lo que tú no sabe es que él está con las deudas hasta el cuello y que su teléfono no deja de sonar por la cantidad de pagos pendientes que trae. ¿Acaso será el dinero el problema? No. Aquí el problema es la baja autoestima de él. Equivocadamente cree que la única razón por la que una mujer estaría a su lado es por dinero y no por él. #Anótele

 • No terminan de ponerse de acuerdo en qué gastar y en qué no gastar. Este es un caso muy peculiar, porque no necesariamente se lo pasan mal, al contrario, ¡la relación sigue de fiesta! De repente, a él le llega una comisión en el trabajo o a ella un bono y lo primero que hacen es irse el fin de semana a la playa a un “todo incluido” y al final de mes, cuando llegan los otros recibos por pagar están que se arrancan los pelos. En esta situación llegó un dinero adicional, ¿será ese el problema? No. El problema es que no han permitido que la relación madure y siguen tomando decisiones como si todavía fueran novios e hijos de familia, sin establecer metas a mediano y largo plazo. 

 • El disfraz de la justicia. De repente te la piensas en comprar un par de zapatos. Te los pruebas, te enamoras de ellos y al final decides no comprarlos porque, aunque están en oferta te parece un gasto exagerado. Cuando llegas a la casa ves a Don Señor desempacando la última consola de video juegos que le llegó por Amazon ¡Tú te quieres morir! ¿Acaso el dinero aquí fue el problema? En lo absoluto. Aquí el verdadero problema es la envidia. Si él gasta, tú quieres gastar. Si ella compra, tú quieres comprar. Como niños de primero de primaria. No por justicia, sino por envidia. 

Como te darás cuenta, el dinero no es siempre el problema. En ocasiones hay hombres casados que cuando logran el éxito económico se confunden y andan de pica flor poniendo su matrimonio en riesgo. ¿Por el dinero? No. Porque decidieron andar de cabrones. Hay que ser adultos, el problema no es el dinero, sino el uso y poder que le des. Alguien con seguridad, autoestima, madurez y generosidad prudente jamás tendrá problemas en su matrimonio por causa del dinero. Así es que ya les dejé 5 razones a considerar para que dejen de echarle la culpa al dinero y atiendan el verdadero problema. Nos leemos la próxima semana. 

Agenda una cita conmigo a través de mi página oficial de Facebook: Coach Gerardo Moreno