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Nuevo sindicalismo

Desde el domingo por la tarde comenzaron a circular por las redes sociales mensajes para sintetizar el canal del Congreso de la Unión en el cual se anunciaría el nacimiento de un nuevo sindicalismo, en el que se considerarían cambios sustanciales en las organizaciones gremiales, sobre todo en lo que se refiere a sus dirigencias.

De entrada, al columnista no le sorprendería lo anterior pues en reiteradas ocasiones he escrito, por ejemplo, que el STPRM de CARLOS ROMERO DESCHAMPS no encaja en la Cuarta Transformación. Y por lo mismo los “romeritos” que don Carlos tiene diseminados por las 36 secciones petroleras de la República Mexicana irán cayendo como fichas de dominó, aunque algunos creen que van a presentar pelea.

Nuevo sindicalismo

Yo tengo la impresión de que algunos dirigentes de sindicatos nacionales se irán sin hacer ruido. El corrido ya se les acabó y además se van con las alforjas repletas de oro como para no trabajar en lo que les quede de vida e incluso para asegurar el futuro de sus respectivas familias.

En el caso del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana se especula que podría ser el primero en ser disuelto para dar paso a una agrupación denominada Petroleros de México (PETROMEX), aunque hay que tomar en cuenta que el STPRM es el que tiene la titularidad del contrato colectivo de trabajo con la empresa productiva de Estado, Petróleos Mexicanos.

Un nuevo sindicalismo significaría una mentalidad acorde a las directrices de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR que todos sabemos son: ser austeros y también honestos, de ahí que hay algunos dirigentes que nomás no tienen cabida en el nuevo tipo de sindicalismo que requiere el país.

Por otro lado, comienzan a saltar del cazo los tamales con la situación de que los súper delegados federales serán quienes titularán los consejos de seguridad pública que habrá en cada Estado. A los gobernadores del PAN y al de Jalisco que participó con las siglas de Movimiento Ciudadano, pero ahora sale que es independiente, no les parece que los representantes de López Obrador vayan a ser los jefazos y estén ellos sólo en calidad de invitados.

Recuerdo que todavía hasta hace unos días andaban tan avispados que anunciaron recurrirían ante la Suprema Corte de Justicia para demandar el respeto a las soberanías estatales, pero alguien les está diciendo o sugiriendo que se lleven la fiesta en paz, y en el primero que surgió efectos fue en ANTONIO ECHEVERRIA, el gobernador de Nayarit, y tras él otros ya optaron por no hablar del tema.

Se sabe que ya solamente cinco de los 12 gobernadores panistas están firmes en la decisión de demandar a presidente López Obrador al igual que el gobernador de Jalisco están en su derecho, pero también tienen la obligación de tomar medidas para menguar la creciente violencia que ya se ve por todos los estados, salvo uno o dos, los demás no pueden presumir tener entidades bajo control.

Entonces esta hasta estrambótico que por un lado no quieran estar supeditados en materia de seguridad a las decisiones de los súper delegados, pero por el otro está muy a la vista que no pueden frenar la delincuencia.

En el caso de Tamaulipas todos sabemos que este negativo fenómeno comenzó a gestarse hace unos 20 años. En los dos últimos años del sexenio de MANUEL CAVAZOS LRMA comenzó a brotar la violencia; en los seis de TOMAS YARRINGTON, hubo digamos un control, pero los ajustes de cuentas eran pan cotidiano y no era ningún secreto que los delincuentes ya tenían mando sobre la policía ministerial.

En el sexenio de EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES ocurrió lo mismo y en el de EGIDIO TORRE CANTÚ fue el acabose: la delincuencia la toleraba como gobernador pero este sujeto que sin ningún recato aceptó entrar en sustitución de su hermano RODOLFO, víctima precisamente de la violencia, lejos de ordenar una persecución se enconchó para terminar campanudamente el sexenio. Y en esas circunstancias arribó FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA que se le reconoce que por medio de la policía estatal se da sus topones con la delincuencia pero también visto esta que esas acciones han sido insuficientes lo que a cualquiera le hace concluir en que los gobernadores requieren y en calidad de urgente que el gobierno federal les tire esquina y para eso van a poner al frente a los súper delegados y eso no creo que al ciudadano le moleste en lo más mínimo.

No tengo dudas que hasta le resulta indiferente quien va a la punta de las acciones, lo que si ya asfixia es saberse que en cualquier momento pude ser víctima colateral de las irrupciones violentas.

En mi personal enfoque los gobernadores deben dejar de lado los celos y mostrar total cooperación.

Si ellos insisten en que sea la Suprema Corte de Justicia la que decida si son constitucionales o no los súper delegados y sobre todo sus facultades, están en su derecho. Una demanda de esa naturaleza no va a ofender a AMLO quien incluso días antes de asumir el poder expresó que él se sometería a lo que decidiera la Corte. Entonces, si hay ambiente para dirimir diferencias por medio de la legalidad lo razonable es que se conduzcan por los cauces legales lo que no les parece, pero lo que es impostergable es que mientras en la Corte resuelven ellos se sometan a las indicaciones del Consejo Nacional de Seguridad porque este problema de la violencia no admite dilaciones.

La gente ya no aguanta y más se va a molestar cuando se entere bien a bien que mientras las autoridades estatales y federales pelean por quien debe tener el mando, a ellos les afecte en las calles y carreteras de Tamaulipas. Y quien reapareció muy a su estilo, o sea protagónico fue el reynosense avecindado en McAllen, MANUEL ZÁRATE LIZCANO.

Aprovecho la apertura al público de Los Pinos para acaparar reflectores y vaya que lo logró. Montó guardia durante tres días para ser el primero en ingresar a lo que fuera la residencia oficial de 13 presidentes de México, desde LÁZARO CÁRDENAS hasta ENRIQUE PEÑA NIETO.

Haberlo logrado le mereció que medios nacionales lo entrevistaran y con eso colmó sus ya conocidos afanes protagonistas.

Incluso hizo el patético circo de traspasar el portón principal de Los Pinos arrodillarse y besar el suelo como si ese lugar fuera tierra bendita siendo que ahí sucedió todo lo contrario. Muchas cosas se gestaron ahí y no para bien de los mexicanos, algunos porque se equivocaron y otros con actitud francamente dolosa como CARLOS SALINAS DE GORTARI, ERNESTO ZEDILLO, VICENTE FOX, FELIPE CALDERÓN y ENRIQUE PEÑA NIETO.

Por algo López Obrador no quiso radicar en ese lugar. Es fama pública su misticismo y ha de haber dicho: ni sumariado voy a salir con bien de dicho lugar.

Por cierto, a los tamaulipecos nos urge una limpia. No es posible que al congreso del Estado regularmente arriben gentes con la finalidad de acatar lo que diga el gobernador en turno y por lo mismo aprueban leyes absurdas que retienen las que si son de interés para el ciudadano.

Y pensar que tres de los actuales diputados locales que “representan” a nuestra querida Reynosa pretenden reelegirse. De veras que no tienen perdón de Dios. 

Y por hoy, BASTA.