Columnas > EL MENSAJE EN LA BOTELLA

Manilow

Últimamente en estas columnas me he dirigido mucho a los jóvenes. Ahora quisiera hablar de un tema que más bien es conocido por aquellos que como yo, disfrutamos en nuestra juventud la época de los 70’s (chamacos, no empiecen a aullar, no sean groseros).

1973. Comenzaba yo la secundaria y al mismo tiempo, empezaba a sonar en la radio una bella y romántica canción: “Mandy”. Desde que la oías por primera vez, te atrapaba con sus nostálgicas notas iniciales en el piano y las primeras palabras que reforzaban esa nostalgia: “I remember all my life…” (“recuerdo toda mi vida”). En ese entonces no teníamos todavía mucho qué recordar, pero algo se removía en nuestro corazón al escuchar esa hermosa melodía. En esa época en que, a raíz de la llamada “liberación hippie”, lo que más se escuchaba eran los grandes grupos de rock que “llamaban al destrampe” (Grand Funk, Iron Butterfly, Deep Purple, etc.). El oír la suave voz de un joven cantándole tiernamente al amor de su vida, era algo que “rompía el esquema” y por lo tanto llamaba la atención. “¿Quién es?”, nos preguntábamos todos y el nombre poco a poco se iba pasando de boca en boca: Barry Manilow.

Manilow

-

REPRESENTANTE DE UNA GENERACIÓN

Recientemente, la revista “Rolling Stone” lo nombró “Representante de nuestra generación” y ciertamente eso fue él para nosotros. Muchos nos enamoramos y soñamos escuchando sus canciones, que tenían por lo general el mismo corte romántico con el clásico piano iniciando suavemente y después subiendo de intensidad. Pero aunque eran parecidas, cada nueva canción te atrapaba como si fuera la primera.

Sus canciones hablaban del amor y de la vida y decían todo lo que en nuestra inexperiencia no sabíamos aún decir. “Can’t smile without you” (“No puedo sonreír sin ti”), “I write the songs that make the whole world sing” (“Yo escribo las canciones que hacen a todo el mundo cantar”), “Looks like we made it” (“Parece que lo logramos”), “Magic” (“Magia”), “Trying to get the feeling again” (“Tratando de recuperar el sentimiento otra vez”) y por supuesto la famosísima “Copacabana”, historia de amor de Lola, bailarina de un centro nocturno en La Habana y Tony, el barman del lugar (“eran jóvenes y se tenían el uno al otro, ¿quién podría pedir más?”). Él muere una noche por defenderla de un cliente que trata de sobrepasarse y 30 años después ella sigue sentada ahí, con su vestido de bailarina, pero la mirada perdida en la nada (“perdió su juventud, perdió a Tony, ahora también perdió la razón”). Y cuando alguien “andaba herido”, nada mejor que escuchar “The old Songs” (“Las Viejas Canciones”), que en un fragmento decía: “y tal vez las viejas canciones hagan renacer los viejos tiempos y la hagan desear quedarse a mi lado”. Después de eso, directo a cortarse las venas con una galleta de animalitos.

Hubo otro cantante, Ray Stevens, que compuso una canción llamada “Necesito tu ayuda, Barry Manilow”. Es la historia de un hombre que se siente fatal, su mujer lo dejó, está en bancarrota, está a punto de darse por vencido y en el estribillo de la canción dice: “necesito tu ayuda, Barry Manilow, me siento miserable y no se qué hacer; cántame una canción, triste y suave, nadie conoce el sufrimiento mejor que tú”. En el intermedio hay una parte hablada en donde se supone le habla a su ex esposa y en el diálogo utiliza nombres de canciones de Barry. Dice así: “Hola, ¿‘Mandy’?, soy yo. Estoy en el Copa, ya sabes, el ‘Copacabana’. Yo no se si ‘Yo escribo las canciones que hacen a todo el mundo cantar’, pero sí s3 una cosa: ‘no puedo sonreír sin ti’. ¿Recuerdas aquel ‘Fin de semana en Inglaterra’? En ese entonces yo pensaba que la ‘Magia’ sería eterna, pero ahora aquí estoy, ‘Tratando de recuperar el sentimiento otra vez’”. Búsquenla en Youtube y noten la gran ovación que se lleva en cuanto menciona el nombre de Manilow.

-

40 AÑOS DESPUÉS…

Barry Manilow sigue cantando y nosotros seguimos soñando. Y nos damos cuenta que hubo una época en que el amor nos atrapó y a partir de entonces, no nos ha soltado. “Las viejas canciones” nos ayudan a recordar que es este un mundo maravilloso, en donde por amor luchamos y vencemos tantas cosas. Y así comprendemos que a este mundo llegamos, crecemos, aprendemos, amamos y finalmente un día partimos. Pero si amamos suficientemente lo que fuimos y lo que hicimos, ese día podremos voltear, agradecidos por esta hermosa experiencia llamada vida y podremos decir con satisfacción: “parece que lo logramos”.