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LOTERÍA MACABRA

Visto está que nadie escarmienta en cabeza ajena, lo digo porque se ha insistido o más bien se ha machacado que se abstengan de andar saliendo a la calle por el riesgo de contagiarse por el mortal coronavirus. Incluso las autoridades sanitarias han dicho que al empezar el pico de la pandemia es cuando menos debemos andar por las calles, pero esto aquí en Reynosa entra por una oreja y sale por la otra.

Lo lamentable es que ya una familia completa de esta ciudad está contagiada por este letal virus. Y lo dio a conocer el doctor ARMANDO COVARRUBIAS, el jefe del área de medicina preventiva y epidemiología del ISSSTE en esta localidad.

LOTERÍA MACABRA

El problema se dio porque uno de sus integrantes, aprovechando las “vacaciones” fue a la Ciudad de México a visitar a unos familiares, se contagió, obvio sin darse cuenta, y regresó y ahora tiene contaminada a toda la familia.

El desenlace es incierto, pero amigo lector si usted cree que esta noticia paniqueó a los reynosenses está totalmente equivocado. Para las siete de la mañana de ayer el tráfico vehicular ya era intenso por las calles de nuestra querida Reynosa, y eso que todavía no se autoriza el reinicio de actividades de las no esenciales, que son la mayoría y en las que sí lo son pues están jugando prácticamente a los volados y no con el merenguero, sino con la muerte.

También me parece una lotería macabra que haya científicos que recomiendan salir para lograr inmunizarse mediante el llamado rebaño. Dicen que es una buena forma de lograrlo, pero también reconocen que una parte de ese rebaño se contagiará, así que eso de que propongan andar en rebaño al cabo nomás a una parte le va a caer el chahuistle es como andar jugando a la lotería de la muerte o a la ruleta rusa.

En pocas palabras, es bien grave este asunto por lo que no debemos aflojar las medidas sanitarias, hay que esperar al fin de mes y a ver que deciden las autoridades sanitarias que van a ser las de Tamaulipas las que den el visto bueno si se da por terminada la cuarentena, que ya es sesentena y comienza la actividad, que a como se ven las calles por nuestra querida Reynosa en caso de dar la cuarentena por concluida prácticamente sería de manera simbólica. Una buena parte de los reynosenses ya consideran estar fuera de peligro, pero el hospital del ISSSTE nos dio una señal de alerta bastante macabra, toda una familia contaminada a causa de la imprudencia de uno de sus componentes.

En cambio, el gobierno norteamericano decidió prolongar el cierre de sus fronteras con México y por lo mismo los regios se quedaron con las ganas de ir a gastar su dinero, y no se diga los de por aquí.

Y es que, oiga usted, no están tomando en serio el problema. En Matamoros, la directora del parque olímpico, ROSY PÉREZ, tuvo la ocurrencia de irse a la playa Bagdad y tomarse fotos para mostrar por medio del Facebook que en el mar la vida es más sabrosa. El colmo es que lo hizo acompañada de un niño. Y le llovieron críticas por andar con semejantes desparpajos.

Las gentes que forman parte del servicio público son las más obligadas a predicar con el ejemplo y con el confinamiento social a que mandatan las medidas sanitarias. El hecho de irse a la playa o a una alberca, aunque fuese privada es enviar señales de relajamiento.

Esto me recuerda que en el último número de una revista especializada en cubrir las andanzas de la gente bonita de la CDMX hizo reportajes sobre la forma en que estaban llevando a cabo el confinamiento algunos de los pirruris de por allá, unos en casa de campo y otros en retiro en casas de playa.

Les llovieron críticas por esa falta de solidaridad con quienes tienen que llevar a cabo el confinamiento en espacios reducidos que usted como yo amigo lector son la mayoría de los mexicanos.

Pero también sabemos que los riquillos nunca se han caracterizado por su espíritu de solidaridad. Dan la impresión de que no saben con que se come ese sentimiento mientras que las pirruris cuando hacen labor altruista, algunas, no todas desde luego, la publicitan y con ello deja de ser altruismo para pasar a ser soberbia porque dan a entender que la vida los trata tan bien que hasta les permite desprenderse de algo para ayudar a los que menos tienen.

En estos tiempos de pandemia mucho cuidado se debe tener de andar haciendo alardes porque el horno no está para bollos.

Entre tanto el COVID-19 está todavía sin freno, el número de infectados y decesos sigue subiendo, no en forma vertiginosa pero el pico no se ha aplanado, aunque por nuestra querida Reynosa pareciera que sí. Me reportan que por los hospitales COVID que hay en esta localidad, uno en el Materno Infantil y el otro en el General, afortunadamente están vacíos, señal de que los que se han contagiado no han ameritado hospitalización.

Pero ese dato me lo proporcionaron con anterioridad al del hospital ISSSTE que reportó a una familia completa contagiada por el coronavirus, una pandemia que también está embullando a buena parte de la clase política. A algunos gobernantes, de dos que tres masticadas, e incluso hasta el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR le llegó a dar algunas tarascadas cuando cometió el error de no hacer caso a la sana distancia, al contrario, que apapacharan a los viejitos sin tomar en cuenta el gran riesgo al que nos expuso, aunque algunos dirán: ni que fuéramos tan obedientes, pero ese no era el caso.

Es cierto que a socarrón no hay quien nos gane, pero era el propio presidente que viendo la tormenta en lugar de hincarse nos recomendó pasear y abrazar.

Afortunadamente reaccionó y comenzó a proponer las medidas que eran las adecuadas y en medio de la pandemia los gobernadores del noreste tuvieron la ocurrencia de reunirse para pedir que la federación los apoyara con más recursos porque ya estaban pensando mejor en retirarse del pacto fiscal.

El de Jalisco les hizo la segunda, pero se fue hasta home insinuando que, si no hacía caso la federación, con mucha pena se tendrían que separar de la misma.

Esa insinuación provocó una rápida reacción de los empresarios jaliscienses y dejaron a don ENRIQUE ALFARO colgado de la brocha, reiterando que ellos estaban muy orgullosos de ser mexicanos.

Algo así también le pasó a SILVANO AUREOLES, el gobernador de Michoacán que saltó al ruedo con el capote, pero al ver que el miura se le venía encima optó por la graciosa huida.

En cambio, el de Durango, JOSÉ ROSAS AISPURO, se unió los del Noreste. Clama también más recursos.

Desafortunadamente para ellos en estos tiempos de pandemia no hicieron eco esas reclamaciones ni en el gobierno de AMLO ni en la opinión pública, aunque sí sirvieron de material para que la comentocracia tratara de hacer creer que estamos ante una inminente división geográfica en nuestro México lindo y querido.

Todo quedó en guiri - guiri porque como dicen en el rancho: no es lo mismo andar provocando al diablo que verlo personalmente en persona.

Y por hoy, BASTA.

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gilberto.banda@elmanana.com