Columnas > ERNESTO HERNÁNDEZ ALARCÓN

La gran diferencia

Los Warriors de Golden State lograron su cometido. No había duda que eran los amplios favoritos y demostraron con creces que son un equipo superior a cualquiera.

Incluso pareciera que su mayor motivación proviene de la apatía, en especial cuando es evidente que sus rivales son sumamente inferiores.

La gran diferencia

¿Qué sigue ahora con el equipo de Steve Kerr? Si logran retener a Kevin Durant y amarran por lo menos una temporada más la temible alineación Thompson, Green, Iguodala, Curry, me parece que serán de nueva cuenta favoritos para la siguiente temporada.

Son una combinación única de talento y trabajo en equipo, este último elemento del cual adolecen otros conjuntos como los Rockets de Houston.

La gerencia de Golden State está dispuesta a soltar billetes grandes por los servicios de Durant, y para ello tendrán que hacer magia en las finanzas.

Debemos subrayar de la misma manera que estas finales fueron insípidas y a excepción del primer juego, que Cleveland pudo haber ganado, en general predecibles y un tanto aburridas.

Para ensalzar el ambiente agridulce, el trofeo de M.V.P. le fue concedido a Kevin Durant ante la sorpresa y desconcierto de muchos, entre ellos por supuesto, Stephen Curry, que también lo merecía (tal vez no contundentemente, pero pudo haberse generado mayor controversia).

Lo importante es que los Warriors, son un equipo dominante que ha logrado su tercer título en cuatro años y que se prospectan para lograr por lo menos uno más.

Ha nacido una dinastía en un ambiente no tan espectacular, a pesar –paradójicamente- que los de la bahía son una planilla realmente sorprendente. Será de verdad interesante los movimientos de la agencia libre de la sesión baja que se aproxima en las próximas semanas.

Los citados Rockets de Houston y los Celtics de Boston son los únicos equipos que en este momento, podrían retar al bicampeón. Claro, también está el tema de LeBron James. Su destino es una incógnita.

Se habla de los Lakers de Los Ángeles como el más probable, pero en lo personal pienso que no sería su futuro ideal, por lo menos a mediano plazo.

El “King” requiere una plataforma que ya esté lista para una final, no un equipo que aún está en desarrollo, con un entrenador no tan competente y con jugadores un tanto sobrevalorados.

El mejor ejemplo lo podemos observar en Boston, que también cuentan con jugadores novatos o de segundo año, un entrenador joven (como Luke Walton), sin grandes “estrellas” (Hayward e Irving lesionados) y que aún así, lograron avanzar hasta la final de la conferencia del Este. Los Lakers ni siquiera calificaron a los “play-offs”.

James es un súper dotado y un líder disruptivo, pero tampoco puede hacer maravillas y menos en una conferencia tan competida y –reitero- en un conjunto con muchas incógnitas.

Tal vez tenga más sentido permanecer en Cleveland y reestructurar la base de jugadores y traer apoyo de primer nivel.

Los Sixers de Filadelfia, con Simmons y Embiid como soportes, lo considero como otro proyecto muy interesante.

Recordemos que LeBron en realidad le restan tres años al nivel superlativo que está mostrando en la actualidad y por esa sencilla razón, los Lakers no son la respuesta a su necesidad implícita de obtener por lo menos un par de anillos más.

Se habla de que uniría esfuerzos con Paul George. En lo personal, he percibido que después de su lesión, su nivel no ha sido el mismo. Sigue siendo un excelente y brillante elemento, pero tampoco es la respuesta inmediata o absoluta para LB.

Sin duda el nacido en Akron, Ohio, enfrenta una de las decisiones más complejas de su gran carrera. Estaremos muy pendientes de la decisión que asuma y los movimientos de la NBA, una liga que requiere hacer ajustes en su formato de eliminatorias para lograr que se nivelen los estándares de competitividad.

Las comparaciones de LeBron James con Michael Jordan resultan fuera de contexto, porque simple y llanamente en la actualidad el catalizador de la NBA y el baloncesto mundial, lo rige la agenda del citado James, por ello es tan trascendente su futuro inmediato, que impactará el destino de un circuito ávido de más espectacularidad, mayor rating y proyección mundial…justamente como en los tiempos de Michael Jordan.

Esa es la diferencia.