Columnas > || DEL ABOGADO AMIGO ||

¿Honestidad o corrupción? Voto simple para los victorenses

En Veracruz, Mauricio Audirac, exsecretario de Finanzas de Duarte, procesado por el delito de coalición; en Coahuila, Javier Villarreal, exsecretario de Finanzas de Humberto Moreira, procesado por el delito de lavado de dinero.

En Quintana Roo, Juan Melquiades Vergara, exsecretario de Roberto Borge, está vinculado a proceso por el delito de lavado de dinero; en Chihuahua, Jaime Ramón Herrera, exsecretario de Finanzas de César Duarte, enfrenta procesos por desvío de recursos. 

¿Honestidad o corrupción? Voto simple para los victorenses

Y en Tamaulipas, el exsecretario de Finanzas de Eugenio Hernández, es, increíblemente, por segunda ocasión candidato a la Alcaldía de Victoria por el PRI. 

No me quiero preguntar si hay o no investigaciones abiertas en contra del hoy candidato, porque eso no me corresponde –además de que no es un tema personal ni partidista-, ni le corresponde a la ciudadanía sino a la autoridad; pero sí me atrevo a preguntar lo que miles de victorenses piensan: ¿Cómo es posible que siga participando en política? 

El candidato del PRI en Victoria fue pieza fundamental del que se presume como uno de los sexenios más corruptos que ha dado la historia de Tamaulipas. 

Por eso, repito, ya que estimo moralmente necesario decirlo: ¿Cómo se atreve, ya no a pedir la confianza del voto a la ciudadanía en la capital –cuestión que en sí misma considero es sinónimo de burla- si no, a seguir participando en política? 

No sé, de verdad, de qué debemos asombrarnos más los victorenses: si de su desfachatez o de su valentía, dado el humor social anticorrupción que impera en todo el país. 

Pero a la vez, por eso creo que en la capital la ciudadanía no encontrará mayor problema, estarán el primero de julio frente a una decisión simple: ¿Honestidad o corrupción? 

Y es que quien se queja de la forma de ser del Doctor Xico, responde a su simpatía con el PRI, o de plano a que no lo conoce. 

Aunque, bien vale la pena revisar el contenido de las críticas, que resultan  tan absurdas como vacías: que si baila zumba; que si usa botas; que si “es doctor y por lo tanto no sabe de administración”; que por qué le gustan tanto los caballos… Por Dios. Él es él, sin hipocresías: transparente. Se trata, estimo, de un candidato diferente: humano, humilde, íntegro, y sobre todo, honesto. El polo opuesto de su adversario. 

Entonces, ¿Honestidad o más corrupción para Victoria? Voto simple para los victorenses.