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Faltan 3 semanas

No soy abogado de Anaya. Ni lo soy del PAN. Pero sí soy abogado.

¿Realmente creen en los ataques que le profiere el gobierno federal a Anaya? ¿No parece una novela de Televisa? Los grandes corruptos de este país deben estar disfrutándola.

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Mucho se ha hablado en los últimos días del pacto entre Peña Nieto y Andrés Manuel. Yo lo creo. 

En este país se ha demostrado que más fuertes que las alianzas y coaliciones entre partidos políticos, lo son precisamente los pactos de impunidad entre actores políticos. 

Y esos, trascienden más allá de los colores: ahí no entran ideologías, pasados partidistas y mucho menos la moral, lo único que se privilegia es el saludo franco en lo obscurito entre dos corruptos que hablan el mismo idioma: sus intereses por encima de la justicia que desea el pueblo. 

Ese saludo ha hecho tanto daño y sus alcances han llegado, desde mi punto de vista, a terminar de podrir la política en México. 

Su tesis es simple: “Tú dale. Roba, sé corrupto: más y más millones. Al final, para dejar pasar a tu sucesor, le das la mano franca en lo obscurito, y pactas abrirle la puerta a cambio de impunidad para ti y los tuyos.”

Qué irónico es pensar en que, precisamente Anaya desde que empezó campaña es el único candidato que ha hablado de romper dicho “pacto de impunidad”, pero él lo hablaba genérico, refiriéndose en general, al pacto que se presume se dio entre Calderón y Peña en 2012 por ejemplo, y que se da también en las gubernaturas.  

Y hoy, Anaya tiene frente a sí, “el pacto de pactos de impunidad” o, “la grosería de pacto”, o dígame estimado lector, ¿Cómo le llamaría Usted al pacto entre el PRI y MORENA? 

Ya hay quienes le llaman PRIMOR, pero del rechazo que me causa batallo hasta para decirlo.

Y es que del PRI podemos esperar cualquier cosa, máxime de esta administración ¿Pero, del partido que se ostenta como “la esperanza de México”?

Lo he dicho en otras ocasiones, voté por AMLO en 2012 y no me arrepiento, me parecía congruente. 

Hoy, hoy dirige al nuevo PRI. No solo por rodearse y hacerse de los peores priístas para MORENA, también piensa y actúa como uno de ellos:

¿Pactar con Enrique Peña Nieto después de todos los escándalos de corrupción? Esa sí que es -sin duda- la decisión política más priísta que cualquier mexicano podría presenciar en los últimos tiempos.

MORENA se está constituyendo como el nuevo PRI. Literalmente “la esperanza de México” es más PRI.

En fin. Cuando escribí sobre la auto consumación del PRI, sostuve que se extinguía por subestimar la inteligencia de los mexicanos. AMLO está cayendo en eso. 

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