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Enojarse bonito Vs. Enojarse feo

Pero tampoco hay que ser ‘jarrito’ de Tlaquepaque.

Antes de convertirme en Coach y terapeuta, durante mi década de los veinte, en el colegio donde trabajaba tenía una directora que, literal, sudaba agua bendita y la mayor parte del tiempo estaba serena, incluso cuando se enojaba. Sinceramente este personaje era un homenaje a la prudencia y ante situaciones difíciles siempre conservaba la elocuencia y yo, en tenor de broma, le decía qué “bonita” forma de enojarse tenía.  

¿Será acaso que existe la posibilidad de enojarse bonito? Vayamos por partes. Hay una gran diferencia entre temperamento y personalidad. El temperamento es el carácter que uno trae de nacimiento y la personalidad se construye de acuerdo al entorno en el que crecemos. ¿Me expliqué?

Enojarse bonito Vs. Enojarse feo

Por lo tanto, muchas de nuestras reacciones obedecen a ese aspecto genético. Pero qué sucede cuando tenemos un temperamento de la fregada (explosivo, agresivo, volátil, mecha corta, etc.) ¿Acaso significa que no tenemos remedio? No es así. Hay una luz al final del túnel. No obstante, aprender a regular los impulsos requiere de una disciplina y compromiso titánicos. No es simplemente enchílame otra gorda o bájale dos rayitas. 

Es complicado lidiar con personas que a la menor provocación o cuando las cosas no resultan como ellos esperan, explotan, vociferan o incluso, se tornan violentos. Es verdaderamente un infierno convivir con ellos. Recuerdo a un personaje que cuando se enojaba (por cuestiones del trabajo, por ejemplo) se desquitaba con su esposa; en ocasiones le vomitaba una serie de insultos y otras veces, la golpeaba descargando su furia en ella. Por su puesto que este animal no tenía una pizca de tonto porque el muy estúpido la golpeaba donde no se veía. 

Hagamos una distinción. Enojarse no es sinónimo de violentar, es decir, alguien puede estar trinando de coraje y eso no significa que agredirá físicamente a otra persona. No es lo mismo maldecir una acción, que maldecir a una persona. Una cosa es decir: “Esto es una pendejada” a decir, “eres una pendeja”. Y créanme, estoy siendo elegante, porque he escuchado peores barbaridades.

Las personas que se enojan feo son aquellas que atropellan a los demás y no bastando con hacer su berrinche, todavía se hacen los dignos y tienes que tratarlos con pincitas para que se vuelvan a contentar. ¡Háganme el favor, pelón y con piojos! 

Sin embargo, el pastel tiene varias rebanadas y hay que reconocer la rebanada que a cada quien le toca. A ver, una cosa es que alguien se enoje feo y otra muy distinta, los sentiditos por todo mejor conocidos como ‘jarritos’ de Tlaquepaque, es decir, que nada les puedes decir y por más moños que le pongas al enojo, terminan endramados. 

Las personas que se enojan feo necesitan guía profesional para descubrir cuál es la verdadera causa que los trae de “mírame y no me toques”. Y las personas que viven con un letrero de “frágil, manéjese con cuidado”, también necesitan subir su umbral de resistencia y tolerancia porque en la vida se enfrentarán a muchas situaciones donde será necesario “aguantar vara”.

Definitivamente la recomendación número uno cuando estés que revientas de coraje es permanecer en silencio. Sé que cuesta mucho trabajo guardarlo, que nuestro ego se apodera y queremos inmediatamente “defendernos” y la realidad es que la mayoría de las veces nos sale el tiro por la culata. Estoy convencido la respiración es un recurso que está al alcance de todos en el botiquín de primeros auxilios emocionales. Respirar consciente en un momento de enojo colabora significativamente para diluir los impulsos y a tener mayor claridad. No te digo que lo lograrás con la primera respiración, pero si te aseguro que con constancia y orientación profesional verás resultados graduales, no sólo para beneficio de las personas que quieres y con las que convives, sino principalmente para ti, porque cuando andamos de un genio negro, la vida pesa más y se hace un efecto dominó afectando las demás áreas de tu vida. Y procura NO explicar con huevos, lo que puedes explicar con manzanas. #Anótele 

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