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El mundo es un círculo

Ya he mencionado que de niño viví en la colonia Altamira. Cerca de mi casa estaba el cine Bahía y el cine Latino, así que desde ese entonces me aficioné a las películas. Me volví cinéfilo (una amiga de Tampico me dijo una vez, en referencia a eso, que yo era bien “peliculero”, pero creo que eso se oye muy feo; dejémoslo en cinéfilo).

El caso es que seguido, los fines de semana, ya cuando era yo “niño grande” (unos nueve años) agarraba caminito y me iba solo a ver alguna película. Muchas películas vi en esos cines: “La aventura del Poseidón” (la original), “Misión imposible” (la original). Oh, creo que ya estoy viejo. Mejor no le sigo por esa línea porque no faltará quien me pregunte si también vi “Titanic” original (no la película, sino la catástrofe original).

El mundo es un círculo

Me “refiné” ahí varias películas de Cantinflas, varias de la serie “Aeropuerto”, “Love Story”, que en ese momento me pareció aburridísima (todavía no le hallaba sabor a “las cosas del amor”) y por supuesto, muchas de mi “superhéroe” favorito: Santo, el enmascarado de plata (jeje).

Hubo una película musical que vi cuando tenía 12 años y que incluía una canción cuya melodía se me quedó muy pegada. El tiempo pasó (es lo que mejor sabe hacer, como dice Catón) y olvidé el nombre de la película y la trama, pero la melodía de vez en cuando seguía asomando a mis recuerdos, aunque sin saber ya en dónde la había escuchado. Cada que la recordaba me remontaba a mi niñez, pero sin saber por qué y deseaba poder recordarlo.

Muchos años después (pero muchos), viviendo en Monterrey, un sábado estaban mis hijos viendo la tele y empieza una película: “Lost Horizon” (“Horizonte Perdido”). Yo iba pasando por donde estaban ellos y al ver las escenas iniciales me detuve, pues me parecían familiares. Siguió avanzando y algo me decía que la siguiera viendo. A los pocos minutos de haber iniciado, escucho que empieza a sonar la añorada melodía de la que tantas veces había deseado recordar su origen. Descubrí entonces que la canción se llamaba “El mundo es un círculo” (“The world is a circle”). En ella, una maestra le canta a sus pequeños alumnos y les dice cosas tan ciertas como las siguientes: al hablar del mundo, está hablando más bien de la vida y al hablar de que es un círculo, lo está asemejando a una ruleta o rueda de la fortuna.

“El mundo es un círculo que no tiene principio y del que nadie sabe dónde termina. Y todo depende del lugar en el que estás dentro de ese círculo que está girando y en donde, buena parte del tiempo, te tocará estar abajo.

Y sólo porque pienses que eres pequeño no significa que eso sea completamente verdad. Porque así como una delgada rama es como un árbol para una hormiguita, para alguien más, tú eres grande.

Y sólo porque te digan que eres débil, no significa que realmente lo seas y aún si esas voces fueran parcialmente correctas, al menos estarían también parcialmente equivocadas. Para alguien más, tú eres fuerte.

Y sólo porque te digan que eres lento, no significa que realmente sea así, pues aún cuando no llegues primero, a alguien que llegue después de ti, le parecerá que eres rápido”.

Muy cierto el mensaje de esta bella canción de Burt Bacharach (el mismo que compuso “Raindrops keep falling on my head”). Algunas veces estarás arriba, otras veces te tocará estar abajo. Lo importante es que cuando esto último ocurra, no hagas caso de esas voces (incluyendo la tuya propia), que estarán tentadas a decirte que eres insignificante, que eres débil, que eres lento.

Busca la parte fuerte de tu corazón, busca la parte grande de tu alma y lucha con todas tus fuerzas para volver a subir y no me refiero al aspecto material, sino a la actitud con la que enfrentas la vida. Si alguien te lanza piedras, úsalas como escalones para poder subir y no como anclas para hundirte en el mar. 

Y si un día necesitas levantar el ánimo, busca y escucha en Youtube “The world is a circle”, la canción que ese “círculo que gira”, me trajo de regreso después de tantos años. Seguramente tu ánimo mejorará.

Si quieres ver la película completa, también está en Youtube. Trata sobre la leyenda de Shangri-La, un mítico lugar en el Himalaya donde no existe el sufrimiento, ni el dolor. Disfrútala si decides verla, pero principalmente, disfruta el paseo en esta rueda de la fortuna, este círculo que es la vida, pues aún con todos sus altibajos, sigue siendo maravillosa.