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El extraño caso Verástegui

Advertencia: Este mensaje puede “pisar algunos callos” o incomodar algunas sensibilidades. Si tal fuere el caso, lo lamento, pero no me disculpo por ello.

El compadrito éste nació en Xicoténcatl, Tamaulipas y se enorgullece de decirlo cada vez que tiene oportunidad. Mis primos que nacieron en esa ciudad me comentan que cada fin de año lo pasa ahí y se le ve conviviendo con la gente, recordando su niñez y juventud, cuando vendía hot-dogs en un carrito para ayudar a la economía familiar.

El extraño caso Verástegui

Los genes heredados se conjugaron a su favor y al crecer desarrolló unos ojos enigmáticos, rasgos varoniles y un físico atlético que decidió explotar en el ambiente artístico. Se dio a conocer en el grupo Kairo. Su físico y trabajo le abrieron puertas y a la vuelta de poco tiempo ya estaba actuando en telenovelas, anunciando calzones Calvin Klein, y hasta participando en uno de los videos de Jennifer López como pareja de ella.

Con el incipiente éxito obtenido en su país, decide brincar la frontera y se va a Hollywood a probar suerte. Hace una película llamada “Chasing Papi” (algo así como “Correteando a Papi”, ya se imaginarán la trama), algunos papeles menores en televisión, y aquel glamoroso mundo parecía listo para abrirle sus puertas aún más.

UN CAMBIO RADICAL

Platica Eduardo Verástegui en una entrevista que le hicieron en CNN que en ese entonces estaba él “viviendo la vida loca”. Diversión, dinero y mujeres eran sus prioridades, y éstas últimas, para él, no parecían tener mayor valor que las otras dos. 

Y entonces, un día, su maestra de inglés (una sabia mujer, por lo visto), le preguntó si tenía en mente algún día casarse y tener hijas, a lo que él respondió “claro, sí está dentro de mis planes”. La maestra le pidió que escribiera cómo le gustaría que fuera el hombre que se casara con su hija, y él hizo la típica lista: Leal, fiel, que la ponga en un pedestal como un diamante, que la ame, la respete, cuide de ella, etc. Al ver la lista, ella le preguntó si él era ese tipo de hombre, y él tuvo que responder que no, entonces ella le dijo: “¿Y por qué pides un hombre así para tu hija si tú no eres ese hombre para la hija de alguien más”?

Dice Eduardo que al oír esas palabras algo se rompió dentro de él, y se dio cuenta de la vida vacía y sin propósito que estaba llevando, tomando en ese momento la decisión de hacer un cambio radical en su vida. Entre otras cosas, decidió no volver a tener relaciones sexuales con nadie hasta que se casara con quien sería la madre de sus hijas y tratar a toda mujer como le gustaría que trataran a su hija, a su madre y a sus hermanas. Esto fue hace trece años y el hombre sigue buscando a esa mujer y manteniendo su promesa de abstinencia.

El entrevistador de CNN no daba crédito a lo que escuchaba y le dijo “¿pero cómo puede ser esto posible, si el sexo es algo básico?”. Verástegui respondió: “Mira, básico es respirar, si no respiras te mueres; básico es comer, si no comes te mueres. Pero hasta ahora no he sabido de nadie que se haya muerto por este tipo de abstinencia. Los seres humanos tenemos la capacidad de dominar nuestros impulsos, no somos animales”.

UN IMPACTO MUY FAVORABLE

¿Por qué digo que el caso es extraño? Porque me parece que hoy en día, la mayoría piensa más como el entrevistador, pero yo me pregunto cuál sería el impacto en la calidad y durabilidad de los matrimonios si más personas pensaran como el paisano Eduardo, y decidieran reservar ese aspecto tan íntimo de sus  vidas para cuando llegaran al altar, manteniendo después la fidelidad como una norma. Tiendo a creer que sería un impacto importante y favorable.

Hace algunos años circulaba un libro que se llamaba “Las chicas inteligentes no lo hacen; y los muchachos tampoco”, y abordaba, entre otros, este tema. Se dice que existen varios tipos de inteligencia, y yo también me pregunto qué tipo de inteligencia se necesita para tomar una decisión como la que comento. No sé cuál tipo de inteligencia sea, pero seguro debe ser una inteligencia muy especial.

Al leer este mensaje, algunos podrán pensar que soy arcaico, otros podrán pensar que soy iluso, pero no dejo de tener la esperanza de que tal vez haya personas que estén dispuestas a hacer esta inversión, para recoger los rendimientos en su vida conyugal. ¿Por qué no?