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Cunde el pánico; plagian mujeres

Por toda la serie de hechos violentos que se han venido registrando en nuestra querida Reynosa ya nada más nos faltaría que de un momento a otro las autoridades dijeran, como lo hizo en su tiempo la alcaldesa de Monterrey, MARGARITA ARELLANES quien comenzó muy picuda en las tareas de seguridad y al poco tiempo terminó diciendo que dejaba la ciudad en las manos de Dios.

Y es que, oiga usted, ya no solamente nos traen locos con los asaltos, lo mismo a peatones que a automovilistas y no se diga la impunidad con que asaltan comercios, preferentemente tiendas de conveniencias y estaciones de gasolina, ahora está un flagelo todavía peor: el secuestro de mujeres, que ya causó cundiera el pánico por la ciudad, no solamente en esta sino también en las del valle del rio Grande ya no quieren venir por acá.

Cunde el pánico; plagian mujeres

Y es que, una familia de Weslaco, angustiada pide ayuda para localizar a su progenitora que, desde el pasado primero de diciembre, cuando vino a Reynosa, no han vuelto tener noticias de ella, al tiempo que aparece una mujer por la colonia Bella Vista con evidentes signos de violencia y lamentablemente sin vida.

Por ello la irritación popular porque como respuesta encuentran boletines informativos en donde se elogian logros en aspecto administrativo y lo que es peor, que, según ellos, el índice de criminalidad en Tamaulipas esta descendiendo.

De veras, las autoridades tienen que tomar el toro por los cuernos.

El hecho de que no haya denuncias ante las agencias del Ministerio Público no quiere decir que no se están dando hechos delictivos. Todos sabemos que si la gente no ocurre ante los fiscales es porque tiene la convicción de que su denuncia solo va a pasar a formar parte de las estadísticas y en no pocos casos, por temor a represalias, sobre todo en los casos de secuestro en los que es muy conocido la primera condición que le ponen a los familiares de la víctima es que ni se le ocurra en denunciar el hecho ante las autoridades porque hacerlo significa cancelar cualquier trato para que regresen con vida al secuestrado, de ahí que candorosamente dicen no tener conocimiento de los secuestros de mujeres en los últimos días.

Y todo indica van a persistir porque están desapareciéndolas con total impunidad. No hay quien responda y eso ya está causando alarma, y un sentimiento de inseguridad como nunca antes se había experimentado en la historia de nuestra querida Reynosa.

De veras, estamos en un problema que ya nos tiene con el rosario en las manos y poniendo nuestra vida en manos de dios.

Prendamos veladoras para rogar al todo poderoso por nuestro cuidado, pero también para que las autoridades dejen del lado esa infame insensibilidad de responder con boletines alegres en donde las cosas están en su lugar o de plano hacerle al occiso escudándose en la situación de no tener conocimiento de los hechos.

Entre tanto el mundo sigue rodando y hay que salir a trabajar, los niños y los jóvenes a estudiar con plena conciencia que hay que cuidarse. Los malandracos trabajan hasta turno extra, no saben de vacaciones y menos en estos días cuando saben que el dinero está fluyendo como consecuencia de los aguinaldos, que el ser asaltado ya es cosa menor. Se puede calificar de pecata minuta al lado de lo que está pasando. Las balaceras del miércoles pasado estuvieron atronadoras y aterrantes para los vecinos del sector de las colonias Aztlán, Fuentes y Cañada.

En esta ocasión los que entraron a hacerle frente a los delincuentes fueron los elementos de la policía federal, lo que me hace recordar la conveniencia de una coordinación entre todas las corporaciones armadas y que se reactive la policía municipal. Haber desaparecido esa corporación ha propiciado el incremento en el índice delictivo.

Cierto que no pocos de los elementos de dicha policía lo que menos traían en la mete era proteger al ciudadano, pero con un riguroso examen y desde luego con un salario acorde a la responsabilidad soy de los que creen que en menos de seis meses se podría contar con una policía municipal adecuada para el tipo de violencia que hoy padecemos.

Desde luego que no soslayamos que esa función es preventiva, pero por estar compuesta la municipal por personal de esta localidad no tenían que andar dando vuelta y vuelta por la sencilla razón de que ellos bien sabían por dónde se movían los malandrines y con sus rondines disuadían en parte a los potenciales delincuentes.

Es urgente la reactivación de la desaparecida policía municipal. Y así como los señores síndicos y regidores no tuvieron empacho para autorizarse compensaciones hasta de 60 mil pesos mensuales no veo porque les vaya a temblar la mano para autorizar que un policía preventivo gane 20 mil pesos mensuales, finalmente no hay proporción entre el riesgo de ser edil al de andar vigilando por las calles.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com