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Con buen fin

Ayer concluyó el Buen Fin, que en nuestra querida Reynosa transcurrió exitosamente. Fueron ventas en donde ganaron los comerciantes, pero también ganaron los consumidores, sobre todo aquellos que no cuentan con la anhelada visa láser, que una vez que la obtienen se encuentran con que las cosas no son como se las pintaban, lo mismo en las compras que en las estancias.

Una hamburguesa sin papas ni refrescos ni mucho menos papas fritas, cuesta alrededor de 100 pesos cuando aquí cualquier hamburguesería las vende entre 40 y 50 pesos, y algunos hasta con huevo y salchicha.

Con buen fin

Pero bueno, regreso al tema del Buen Fin que generó suculentas ventas al comercio local.

De veras que dio gusto ver la peatonal de la calle Hidalgo hirviendo de gente al igual que las llamadas tiendas departamentales, aunque hubo una que otra que recurrió al truco de elevar previamente al Buen Fin, el precio de los productos para que al hacerle el descuento salían en lo mismo antes de la oferta, una mentalidad muy chabacana que es una de las causas que ha impedido que el comercio local prolifere y prospere.

Pero fueron aislados, por los reportes que tengo, los casos de los comercios que recurrieron a los trucos. La gran mayoría sí cumplió con su palabra y aun así obtuvieron muy buenas ganancias. 

Y de nuevo quedó demostrado que Reynosa tiene para dar y prestar, las filas por los puentes internacionales a Hidalgo, Pharr y Mission, Texas estuvieron larguísimas, aunque también contribuyó a ello la afluencia de visitantes de Estados como Nuevo León, Coahuila y en menor media, de San Luis Potosí y Veracruz aprovechando el “puente revolucionario”, una fiaca que también se extendió a los centros turísticos que los reportaron hasta el chongo, y eso por un lado nos dice que no estamos tan jodidos como tercamente lo aseguran quienes escriben de temas socio económicos y políticos a los que el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR con sorna les llama “prensa fifí” y en el mejor de los casos “expertos”.

Y es que, oiga usted, desde que iniciaron las campañas presidenciales en mayo del 2018 esos expertos vaticinaron debacles económicas si ganaba AMLO y por otro lado los “expertos” en temas políticos le restaban importancia a las encuestas en las que regularmente López Obrador aparecía como puntero. Siempre dijeron: son fotografías del presente, y ha de ser, pero el caso es que las tendencias nunca variaron y así llegaron a la jornada electoral y, bolas don Cuco, como dijo PACO IGNACIO TAIBO, “AMLO se las dejó caer doblada a todos en bola”.

Luego, un día sí y otro día también han seguido machacando el tema con los errores del presidente, que en efecto los ha cometido, pero esos no han influido ni en la paridad cambiaria peso dólar ni en la Bolsa Mexicana de Valores.

El haber cancelado el proyecto del aeropuerto de Texcoco, que con todo lo sensato hubiera sido proseguir su construcción, aunque sin la corrupción con la que fue ideado, no provocó el vuelo de los empresarios e inversionistas. Los dueños del dinero que amagaron con irse dejaron los rayones en cuanto se las olieron que había otros que estaban más puestos que un calcetín para ocupar su lugar con todo y las políticas sociales del presidente de México.

No soy economista, pero por puro sentido común deduzco que, si México está en el lugar 20 de las economías del mudo, obvio que es negocio venir a invertir aquí, que para alguno no lo sea no quiere decir que aplica para todos. Ahí está el caso concreto de panificadora Bimbo y de Kimberly, estos últimos, fabricantes de productos de papel sanitario.

Por su amlolofobia amagaron con paralizar sus inversiones e incluso hasta irse. No tomaron en cuenta que no están solos en el mudo y que en cuanto lo hubieran hecho, hubieran entrado y con mucho gusto a cubrir el mercado empresas como Scribe y Maseca; esta última tiene tiempo que se pela por meterse al negocio del trigo, pero por los pactos empresariales no lo hace, nomás que si te vas, pues se acabó el pacto, y por supuesto que Maseca hasta se chuparía los dedos en cuanto viera que le están dejando solito el negocio del trigo.

Lo mismo haría Scribe, que su especialidad son los cuadernos, pero obvio que no tendría ningún problema para adquirir maquinaria y entrarle al negocio del papel de otro rubro.

Y así puedo seguir pintándole varios ejemplos, el caso es que los “expertos” siguen dándose frentazos. Y solamente prendamos veladoras porque AMLO no recurra al endeudamiento para cubrir el llamado gasto social. 

Lo que sí no parece tendrá modificación es la también ya famosa austeridad, le va a seguir en 2020 y a lo mejor hasta el 2021 comienzan a meterle billetes a otros rubros porque por ahora solo trae en mente cuatro macro proyectos: el aeropuerto de Santa Lucía, que ya marcha a todo tren; la refinería Dos Bocas, que ya están empezando, el Tren Maya, que una vez que den su consentimiento las comunidades indígenas por donde cruzará, echarán a andar su construcción; así como la modernización de las refinerías que dolosamente los gobiernos neoliberales gradualmente las fueron convirtiendo en montañas de chatarra con la perversa intención de empinar a Pemex y así dejar el terreno solito para los empresarios coludidos con los políticos al servicio del billete.

Y así ha venido transcurriendo el primer año de gobierno de López Obrador, que está próximo a rendir su informe, aunque ya se aventó otro porque en eso de la promoción política no hay quien le gane. Tiene a la oposición hecha talco, pero es por culpa de ellos mismos. La encuesta que publicó El Universal el domingo antepasado sobre la confianza ciudadana en las instituciones públicas y privadas dejó de manifiesto que están en la lona.

Las tres que cuentan con mayor credibilidad entre el ciudadano son la familia, en primer lugar; la iglesia, en segundo; y el ejército, en tercero. Y en cuarto lugar aparece, pero distante, el gobierno federal, nomás que lo que son los organismos privados están con porcentajes muy pobres entre un 10 y 11 por ciento, mientras que los gobiernos estatales y municipales superan levemente el 5 por ciento. Y en las mismas andan los diputados locales y diputados federales, y los partidos políticos, en el fondo del pozo con un pobrísimo 1.5 por ciento.

Entonces, ante esos niveles francamente deplorables de confianza ciudadana la oposición se ve como hombre al agua en medio del océano, a la que le urge le tiren un lazo nomás que la salvación está en ellos mismos. Tienen qué olvidarse de las prácticas corruptas y abusivas con que se han venido comportando para que comiencen a levantar.  De poco les servirán las metidas de pata de AMLO si ellos por su lado no le demuestran al pueblo que han cambiado. Así de sencilla está la solución, aunque lo que está muy difícil es que la lleven a cabo.

Entre los viejos restauranteros de nuestra querida Reynosa, como NICOLÁS LAM MACEDO, CARLOS ELIZONDO ROSALES, PEPE Huachinango GARCÍA, GLORIA GÓMEZ, MARIO LÓPEZ HINOJOSA, CARLOS DEANDAR, entre otros, y que fueron los que a Reynosa le dieron la fama de la Ciudad del Buen Comer, hay consternación por la muerte de don POLO PULIDO, ocurrida ayer.. 

Y por hoy, BASTA.