Las 4 D’s para alcanzar el éxito
Habrán tal vez escuchado aquel chascarrillo que habla de la ocasión en que tembló en una comunidad enclavada en lo más alto de la sierra de Oaxaca, un lugar en el que no había más medio de comunicación que el telégrafo y correo tradicionales.
Las autoridades del gobierno estatal detectaron con sus instrumentos en la capital que en esa apartada comunidad había ocurrido un temblor de cinco grados en la escala de Richter y el gobernador, preocupado y queriendo saber cómo estaba todo por allá, le manda un telegrama al presidente de esa comunidad en los siguientes términos: “detectose movimiento telúrico en su área. 5 Richter. Favor de reportar flora y fauna”.
Pasan los días y las semanas y no se recibe contestación. Allá como un mes después, recibe el gobernador una carta en respuesta a su telegrama que decía lo siguiente: “estimado señor gobernador, con todo respeto doy contestación a su atento telegrama. Informo a usted que el movimiento telúrico ya fue identificado y este ya se encuentra preso. Los 5 Richter no los hemos localizado, pero tenemos a toda la ministerial buscándolos y confiamos en que pronto los atraparemos. Por otro lado, informo a usted que Flora ya se sintió mejor y acudió a trabajar, mientras que Fauna todavía se encuentra indispuesta”. Y continúa diciendo: “señor gobernador, pido a usted una disculpa por no haber podido responderle antes, pero ha de saber que tuvimos un terremoto aquí el mes pasado que pa’ qué le cuento”.
Este cuentecillo lo utilizo a veces en mis conferencias para ilustrar la importancia de entender lo que se nos dice, señalando a los muchachos que todo lo que yo les trato de decir cuando les hablo, es que todo eso no sirve de nada, a menos que lo pongan en práctica.
Y cuando se trata de desarrollar un nuevo hábito, de adquirir alguna nueva habilidad o actitud como las que menciono en esas conferencias o de alcanzar cualquier meta personal, es imprescindible, para tener éxito en lo que nos propongamos, utilizar las 4 D’s siguientes:
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DESEO
Todo empieza con el deseo de querer hacer algo. Si ni siquiera tengo el deseo, menos lo voy a poder hacer. Cuando escribí en una columna anterior sobre lo que llamé la “Operación brújula”, mi alumna Laura Virginia Trejo, una chica excelente, se acercó conmigo a pedirme sugerencias para aplicar ese concepto para fortalecer la unión en su familia. Así empieza todo, con un deseo.
DETERMINACIÓN
Tomar la determinación de hacer algo es proponerse firmemente hacerlo a pesar del desánimo, la aparente falta de tiempo o cualquier otro obstáculo que se pueda presentar. Siempre he dicho que si los deseos de año nuevo se convirtieran en las determinaciones de año nuevo, tendrían una vida útil mucho mayor. A veces nos quedamos sólo en el deseo y eso no ayuda. Hay que pasar al siguiente nivel.
DEDICACIÓN
Lo que sigue es precisamente dedicarle el tiempo y los recursos necesarios para alcanzar lo que buscamos. Se dice que el éxito es 1% inspiración y 99% transpiración. O sea, hay que sudar la camiseta. No hay desayuno gratis. Todo cuesta en esta vida, al menos, las cosas que valen la pena. En otras palabras, “pídele a Dios que bendiga tu trabajo, pero no esperes que él lo haga por ti”. Así que si ya lo deseaste y ya tomaste la determinación, aplica ahora el factor DNA. (Despega las Nachas del Asiento).
DISCIPLINA
Mucha gente empieza algo, pero pocos lo terminan. ¿Por qué? Porque les falta la disciplina para seguir adelante. Lo difícil no es empezar, sino llegar hasta el final. Se trata de perseverar lo necesario hasta alcanzar la cima de aquella cumbre que nos propusimos conquistar.
Así que, Laurita o cualquier persona que encuentre este mensaje en la botella, recuerden: “D + D + D + D = ÉXITO”. Es una fórmula tan importante como la famosa fórmula de Einstein: E = mc2, porque aún para descubrir esta fórmula, el famoso genio tuvo que aplicar la primera.
Conseguir el éxito no es cuestión de suerte. Si se aplican principios como este, entonces, como el día sigue a la noche, el éxito llegará de forma natural, aunque a veces tarde un poco.