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La ‘rentrée’ literaria: pasión por las historias, espejo de Francia

Las relaciones felices o traumáticas y abusivas entre padres e hijas son una de las tendencias en el inicio del curso que ha traído 521 novelas a las librerías francesas

Pasan las pandemias, los gobiernos y las modas en Francia, pero hay una institución inamovible, fiel a la cita anual: la rentrée, el inicio del curso literario.

La escritora Amélie Nothomb, retratada en Barcelona en 2019.La ‘rentrée’ literaria: pasión por las historias, espejo de Francia

En esta rentrée, se han publicado 521 nuevas novelas. Entre ellas, destacan las que tratan de relaciones entre padres e hijas. Algunas, traumáticas, marcadas por el abuso, como Voyage dans l’Est, de Christine Angot. Otras, felices como Premier sang, de Amélie Nothomb.

La rentrée coincide con las primeras eliminatorias de los grandes premios literarios del otoño, con el Goncourt recortándose en el horizonte. Los miembros de los jurados seleccionan las mejores y consagran, al decidir los vencedores en noviembre y diciembre, a los autores del año, que serán traducidos a otras lenguas y emprenderán una carrera internacional.

“En Francia, entre septiembre y noviembre, la literatura asciende en la jerarquía de la curiosidad y la atención”, resume un veterano de las rentrées, Éric Fottorino. Vencedor en 2007, con la novela Baisers de cinéma, del premio Fémina, acaba de publicar Mohican. “En este momento, Francia —la Francia de los que leen, evidentemente— se entusiasma, se pelea, debate, discute sobre objetos que son ficciones, historias”, explica.

La rentrée literaria es una operación comercial: se trata de inundar el mercado de un producto en un tiempo muy breve. Aunque se circunscribe exclusivamente al género más literario y culto: los best sellers de ventas masivas, la literatura popular, tienen otros ritmos y mercados. A principios de septiembre, entre los 10 libros más vendidos en Francia, según la clasificación de la publicación Edistat, cinco eran cómics manga, cuatro diccionarios y una novela, la de Nothomb.

Una maquinaria engrasada

El origen del fenómeno se remonta a la posguerra mundial, explica Pierre Assouline, miembro de la Academia Goncourt, que concede el premio del mismo nombre. Fue entonces cuando los editores decidieron publicar sus libros más valiosos en septiembre, coincidiendo con la vuelta al cole, el fin de las vacaciones y el inicio del curso político. Y a tiempo para que estos libros pudiesen optar a los grandes premios literarios.

La maquinaria, en realidad, se pone en marcha antes, en primavera, cuando las editoriales envían a periodistas y críticos las primeras versiones de las novelas que llegarán a las librerías al final del verano y entrarán en esta feria de las vanidades y talentos que es la rentrée.

En el mundillo literario-periodístico, es una época de actividad desbordada y nervios desatados. Los autores quieren que sus editores publiquen sus libros en la rentrée para aspirar a los premios. Las editoriales quieren que los medios de comunicación se fijen en sus títulos. Los periodistas, críticos y miembros de los jurados se ven desbordados por una sobreabundancia que cada año provoca críticas y debates pero que no deja de repetirse. En 2020, año de pandemia y confinamientos en el que las librerías estuvieron meses cerradas, se publicaron 511 novelas, casi como en un año normal.

Nadie está capacitado para leer tanto en unas semanas. Hay que hacer una criba, guiándose por el olfato, las sugerencias y el prestigio de autores ya conocidos.

“Hay libros que, leyendo 10 páginas, ya basta”, dice Assouline, quien calcula haber leído este verano más de medio centenar de los 521 títulos de esta rentrée.

“Para mí, el verano es todo menos vacaciones”, añade este escritor, que conjuga su actividad como jurado del Goncourt con la de novelista y cronista literario. Él, aunque haya recibido algunos libros antes, no empieza a leerlos hasta el 15 de junio por consejo de Bernard Pivot, el hombre que revolucionó el periodismo literario en televisión y presidió durante años la Academia Goncourt. “Bernard Pivot me dijo: ‘Si empiezas antes del 15 de junio, en septiembre los habrás olvidado”, asegura.



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