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La perseverancia de la primera mujer hindú en ser médica

Anandi Gopal Joshi vivió sólo 21 años, pero es referente mundial en la lucha contra las trabasde la sociedad india del siglo XIX

También conocida como Anandibai Gopalrao Joshi, fue la primera médica india y también la primera mujer del sur de Asia en lograr un título occidental en medicina en 1886. También fue la primera mujer hindú en pisar suelo estadounidense y en recibir ahí una educación profesional y graduarse en ciencias médicas.

Anandi Gopal Joshi.La perseverancia de la primera mujer hindú en ser médica

MODELO DE SUPERACIÓN

Su lucha contra la adversidad rompiendo barreras y conseguir su sueño de ser médica, la convirtieron en un ejemplo para la sociedad india a raíz de descubrir su vocación a través de una desgracia familiar.

Su legado continúa vigente hoy y su reconocimiento llega hasta la Vía Láctea, ya que un cráter de Venus lleva su nombre. Sólo su corta vida, al morir antes de cumplir 22 años, impidió que su trabajo como médica fuese tan reconocido como las vicisitudes que pasó hasta lograrlo.

Yamuna Joshi, su verdadero nombre, nació hace 153 años —el 31 marzo de 1865— en el seno de una familia rica brahmán hindú en la ciudad de Kalyan, en el estado indio de Maharashtra.

SU VIDA

Como era la costumbre en la India del siglo XIX, Anandi Gopal Joshi se casó siendo una niña a la edad de nueve años con un viudo 20 años mayor llamado Gopalrao Joshi. Su nombre fue cambiado después del matrimonio y pasó de Yamuna a Anandi. Su esposo, que trabajaba como empleado de correos, siempre fue partidario de la educación de las mujeres y uno de los motivos por los que se casó con ella fue para educarla y que después siguiera sus estudios.

Gopalrao comenzó a enseñar a Anandi Gopal Joshi a leer y a hablar en inglés. Si bien el sánscrito era la lengua común hablada entre los brahmanes, Anandi demostró ser una excelente estudiante y aprendió rápidamente, interesándose por el inglés gracias a su esposo.

Cuando sólo tenía 14 años dio a luz a su primer hijo, pero el niño sobrevivió sólo diez días debido a la falta de atención médica. Esta tragedia fue la que inspiró su vocación médica y la impulsó a querer estudiar la carrera de medicina.

Tal fue su interés, que su marido intentó conseguir su admisión en numerosas universidades de Estados Unidos, pero la mayoría de ellas exigía que su pareja se convirtiera al cristianismo desde su religión ortodoxa brahmana.

Sin embargo, una mujer, Theodicia Carpenter de Roselle, se enteró de su historia en New Jersey, ya que se publicó en la revista Missionary Review’ y le impresionó tanto el deseo de Anandi por estudiar medicina como el apoyo de Gopalrao para que lo hiciera realidad, así que comenzaron a intercambiarse cartas.

Anandi empezó a considerar a la señora Carpenter como su tía y el intercambio de cartas era también una discusión sobre muchos temas, como los matrimonios tempranos, la salud de las mujeres, la religión hindú y el estado de las mujeres en la India. Pero a la juventud de la decidida Anandi no le acompañaba la salud y con frecuencia sufría fiebre y debilidad, hasta el punto de que la propia señora Carpenter le envió medicinas desde Estados Unidos.

En 1883, cuando Anandi Gopal Joshi tenía 18 años, su marido Gopalrao fue destinado a Serampore, en el estado de Bengala Occidental y fue la circunstancia que llevó al matrimonio a aceptar la generosa oferta de la señora Carpenter para acoger a Anandi en Estados Unidos para que completara sus estudios. Esta decisión, sin embargo, fue condenada en la sociedad hindú y la pareja sufrió acoso y amenazas, con lanzamiento de piedras y estiércol a la puerta de su casa.

Anandi Gopal Joshi convenció a las personas de su comunidad en el Serampore College Hall, al compartir su tragedia personal de perder a su hijo y hacer hincapié en la necesidad de que hubiera más médicos hindúes en la India. Asimismo, transmitió su sueño de abrir una facultad de medicina para mujeres en la India al regresar de Estados Unidos.

Para que su testimonio y su compromiso fueran aún más convincentes, aseguró que no olvidaría sus raíces brahmanes hindúes y que no se convertiría al cristianismo. Su discurso en el Serampore College fue tan importante que se difundió en diferentes foros y gracias a ello, recibió contribuciones financieras de toda la India, incluidas del virrey de la colonia británica.

CAMINO AL ÉXITO

Anandi Gopal Joshi viajó a América acompañada por dos misioneras estadounidenses. Hicieron el largo viaje desde Calcuta a Nueva York en barco y la señora Carpenter la acogió como si fuera su hija. La joven hindú escribió al Medical College of Pennsylvania —con el primer programa médico para mujeres en el mundo— y solicitó la admisión en su programa médico. La secretaría del colegio quedó impresionada por las dificultades que tuvo que sufrir para llegar a Estados Unidos y poder conseguir su título en Medicina.

La universidad aceptó inmediatamente su solicitud y la inscribió en su programa médico. Anandi Gopal Joshi comenzó su educación médica a la edad de 19 años y le ofrecieron una beca de 600 dólares por los años que ella iba a estar ahí. Sin embargo, su salud comenzó a fallar debido al clima frío, ya que su habitación en la universidad no tenía calefacción. Los desmayos, la fiebre alta y la tos comenzaron a ser demasiado frecuentes.

Su maltrecha salud le siguió dando sustos y le diagnosticaron tuberculosis, pero como la enfermedad aún no había llegado a sus pulmones decidió regresar a la India. El viaje de vuelta a casa tuvo un efecto contraproducente porque empeoró, ya que los doctores del barco se negaron a tratar a una mujer “morena”.

UNA HEROÍNA

A pesar de todo, a finales de 1886 la doctora Anandi Gopal Joshi llegó a casa y fue recibida como toda una héroe, hasta el punto de que el Estado de Kolhapur la designó Lady Doctor para hacerse cargo de la sala de mujeres en el Hospital Albert Edward. Pero en India tampoco recibió el tratamiento adecuado, entre otras razones porque un reconocido especialista ayurvédico se negó a tratarla porque la acusaba de haber traspasado los límites de la sociedad a la que pertenecía.

La tuberculosis al final ganó la batalla y falleció el 26 de febrero de 1887, justo antes de cumplir 22 años. Su muerte fue llorada en toda la India y sus cenizas fueron enviadas a la señora Carpenter a Estados Unidos, donde reposan desde entonces en el cementerio de su familia en Poughkeepsie, Nueva York.

Debido a su muerte prematura, Anandi no pudo poner en práctica su preparación médica, pero realizó una gran contribución a una India mucho mejor al luchar contra las normas sociales y convertirse en médico con el apoyo de su esposo. (EP)




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