buscar noticiasbuscar noticias

África, al borde del abismo climático: “Nunca antes la expresión ‘cambiar o morir’ fue tan cierta”

El escritor Johari Gautier Carmona publica ‘África: cambio climático y resiliencia’ donde analiza los problemas y las oportunidades que el calentamiento global acarrea para el continente

“África es el continente que menos contribuye al calentamiento global en términos absolutos y por persona. África es responsable de la menor parte de emisiones de gases invernaderos […], y a pesar de todo, África es una de las regiones más vulnerables ante el cambio climático”, afirma Johari Gautier Carmona en su nuevo libro África: cambio climático y resiliencia. Retos y oportunidades ante el calentamiento global (Ediciones UAB, 2022).

Un niño protesta en las calles de Kampala, Uganda, contra el cambio climático.África, al borde del abismo climático: “Nunca antes la expresión ‘cambiar o morir’ fue tan cierta”

Es por eso mismo que, si autores como Chinua Achebe, Leonora Milano, Mia Couto, Mohamed Chuckri, Achmat Dangor… Tuvieran que reescribir sus obras cumbres, tendrían que modificar el contexto en el que sus protagonistas se desenvuelven. Porque la realidad de África ha cambiado bastante desde entonces, elucubra Gautier.

La exposición del continente al aumento del nivel del mar, a las lluvias torrenciales, sequías y conflictos hacen que el círculo vicioso recaiga sobre África “con todo el sufrimiento y la ferocidad de una tragedia sin precedentes”

Sí, las cosas están mal en África en lo que se refiere al cambio climático. Los países que la componen son conscientes de ello. Por eso, llevan años hablando con una sola voz en los foros internacionales sobre el clima, tal y como Gautier repasa detenidamente en uno de los capítulos de su obra. Pero, el continente no consigue hacerse oír.

Los intereses de las grandes potencias, las más contaminantes, como Estados Unidos, China y la Unión Europea, propician que nunca se tomen medidas drásticas o se ofrezcan compensaciones y ayudas adecuadas al continente para contrarrestar los efectos de un calentamiento global que él no ha causado, pero que sufre como ningún otro. En él son más evidentes que en otras partes del mundo las olas de calor, las sequías y desertificación, las inundaciones, las plagas, el aumento del nivel de mar, el descenso de la productividad agrícola. Y todo eso se ha visto agravado por la reciente pandemia de covid-19. Que no será la última de este tipo, ya que la destrucción del medioambiente hará posible la aparición de mucha más.

El cambio climático está detrás de bastantes de los conflictos y disputas que plagan el suelo africano. De igual modo, es responsable de que muchas personas tengan que abandonar sus hogares y buscar refugio lejos de ellos debido a que ya no pueden vivir de la agricultura o la ganadería, como lo han hecho durante generaciones sus antepasados.

“Mitigar el cambio climático significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera para evitar un calentamiento insostenible, y adaptarse implica mejorar un modelo económico y social, buscar alternativas en nuestros comportamientos y hábitos para proteger los hogares, las economías y el planeta en su globalidad”, se puede leer en el libro.

Pero en el caso de África, el escritor opina que el reto es “más grande y exigente” porque el continente reúne una serie de realidades que entorpecen las agendas climáticas de la mayoría de los gobiernos nacionales. En primer lugar, porque cuenta con unas características geográficas y ambientales muy particulares que lo hacen un tanto más vulnerable a esta crisis. Las tierras áridas representan un 60% de la superficie y, además, el 31% de las de pastoreo y el 19% de los bosques y zonas forestales están clasificadas como degradadas.

En segundo lugar, está la realidad social y económica de países al borde de la bancarrota, envueltos en conflictos internos que ponen en riesgo la estabilidad de regiones enteras. Tomar medidas duraderas en semejante contexto y comprometerse a seguirlas es un reto titánico para todos, incluso para los que desean acelerar esa dinámica de adaptación.

Los gobernantes africanos son conscientes de que en momentos de máxima incertidumbre se requieren respuesta a gran escala y por eso toman medidas especiales. Como puede ser la Gran Muralla Verde del Sahel. Que más allá de ser una “simple iniciativa que fomenta la siembra de árboles, el proyecto articula también una serie de proyectos sociales y ambientales que velan por la recuperación de distintos cultivos locales y plantas medicinales, la adaptación y mejora de técnicas de plantación, o tienen como énfasis la conservación y la gestión del agua”, asegura Gautier.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD