Se pone la piel de su personaje
Julio 15, 2019 -
Ambrosi explica que la finalidad no es hacer crítica política
Ciudad de México.
Con su nuevo personaje como parte del elenco de la serie “Preso No. 1”, Alejandra Ambrosi dice que ha aprendido más a fondo lo que implica ser un periodista comprometido con la verdad.
La actriz interpreta a Carolina Arteaga, una periodista que trabaja para Salvador (Damián Alcázar), el director de uno de los periódicos más importantes del país.
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“Es el compromiso que tienen estos periodistas con la verdad, la justicia, dar a conocer la realidad de las cosas”, dijo en entrevista.
“Necesitamos más personas así en este país, más soñadores que quieren cambiar, que buscan estar comprometidos con la verdad, equidad, justicia, transformación social, que haya menos diferencia de clases sociales”.
ACCIÓN, COMEDIA, PASIÓN E INTRIGA
La actriz explica que Carolina estará dispuesta a perder la vida con tal de que se haga justicia en la producción de Argos para Telemundo, que estrena el próximo martes 30 de julio a las 22:00 horas y que envolverá desde acción, comedia y pasión hasta conflictos de interés e intriga política.
“Se centra en un drama de intriga política en donde el presidente de México quiere hacer todo lo posible por transformar al país, hacerlo más justo y acabar con la corrupción. Sin embargo, se encuentra con muchísimos obstáculos para lograrlo y de ahí que acabA en la cárcel”.
En el elenco se encuentran nombres como el de Arturo Peniche, Fernando Ciangherotti, Luis Gatica y Mariana Seoane, entre otros y la dirección está a cargo de Pitipol Ibarra, Javier Patrón Fox y Javier Solar.
NO ES CRÍTICA POLÍTICA
Ambrosi explica que aunque la finalidad no es hacer crítica política, esta se da casi naturalmente, pues hoy más que nunca es necesario hablar de estos temas.
“Queremos atraer al público, no lo queremos alejar, no pretende criticar a personajes específicos de nuestro país, ni hacer una reflexión histórica y profunda de por qué vivimos en un país corrupto. Hay una crítica intrínseca. El paralelismo es obvio, hay una coyuntura política y social muy importante”, explica.