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¿Y dónde está el Reynosa del Informe Municipal?

Se destacan inversión y crecimiento, cuando la imagen urbana está olvidada, decadente y poco próspera

Salido de un cuento de hadas donde plasmado a papel se ve muy bonito y con final feliz, todo lo que se expresa, el Segundo Informe de la alcaldesa de Reynosa, Maki Esther Domínguez se contrapone con la cruda realidad que diariamente se enfrenta en la ciudad.

Actuar sin referentes puede que traiga confusión, lo que hace posible ciertas actitudes y acciones disonantes a través del tiempo. 

¿Y dónde está el Reynosa del Informe Municipal?

¿Será acaso este el problema mayor si no se advierte particularmente que se debe actuar bajo una “imagen” con experiencia política y populista?, por cierto la voluntad y los esfuerzos deben descansar sobre elementos con buenos resultados, dando características de credibilidad, confianza y seguridad en cualquier materia que demanda la necesidad de la sociedad y de la ciudad propiamente.

Hablar de un campo de retos y desafíos, no siempre es actuar correctamente sin un ejemplo que resulte motivador, las expectativas se traducen en palabras pero la acción mayormente evoca logros reales y duraderos.

Hablar de desarrollo y crecimiento no sólo significa simplemente de inversión física, hay algo que se debe construir y especialmente nutrir, una estructura cultural distinta y mejor a la anterior. 

Atreverse a hablar sobre aquello, puede traer experiencias que transformen de forma y fondo un activo en silencioso deterioro.

Se habla de un frente directo y claro contra la inseguridad, momentos precisos en que una mujer trabajadora fue víctima colateral del fuego cruzado entre un grupo armado y elementos de la Policía Estatal, afuera de un plantel educativo dónde vendía sus dulces, en medio del asombro de decenas de niños que les tocó ser testigos presenciales de la violenta escena que son algo común y cotidiano en Reynosa.

Se destacan inversión y crecimiento, cuando las imagen urbana está olvidad, decadente y poco próspera, luciendo inundaciones, charcas, aguas residuales por doquier y un sin número de calles sin pavimento.

Manifestamos cambios en auspicios surrealistas, tales como la necesidad de mejoramiento, gestión y empatía con aquello ciudadanos que lo necesitan. 

Digamos que en el ámbito social ‘‘alarmar’’ no es justamente la mejor forma de presentarse, pero si la más honesta.

Una mirada más detenida al asunto puede ser una forma de visualizar la entrega que merece la investidura de ser alcaldesa.