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Lo que le faltó señor presidente

Es responsabilidad del gobierno que dichas medidas no se concentren solo entre los que más tienen, sino que sean equitativas y justas para todas las parte

El pasado domingo 5 de abril, los mexicanos esperábamos ansiosos el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrados para que asumiera un rol de liderazgo para el rescate económico emergente ante la contingencia por la que el país atraviesa debido a la pandemia del Coronavirus Covid-19, pero nunca llegó.

Fue un informe de los muchos que ya ha realizado con su promoción a sus programas gubernamentales en lo social y económico, enfocado siempre a satisfacer sólo las necesidades de los más pobres.

Lo que le faltó señor presidente

Fue enfático en su decisión de no ceder y de seguir su lema de austeridad gubernamental para su cuarta transformación y por si fuera poco llamó a las políticas contra cíclicas y neoliberales, algo completamente erróneo acorde a la formación académica, pues de acuerdo a lo aprendido, estos son instrumentos macroeconómicos cuya intención son atenuar un ciclo de recesión en un beneficio par ‘todos’.

Es responsabilidad del gobierno que dichas medidas no se concentren solo entre los que más tienen, sino que sean equitativas y justas para todas las parte.

Mientras que gobiernos como los de Estados Unidos, Europeos, Canadá y actualmente Japón, han reconocido la emergencia económica, en México se sigue negando a ese reconocimiento. 

En importante mencionar que la economía mexicana se contrajo en el 2019 y que de acuerdo a a las cifras del primer semestre del 2020, próximas a publicarse no son nada alentadoras, pues en ella se vislumbran el inicio de un periodo de recesión, que nada tienen que ver con el coronavirus.

Poner una pausa a las actividades no esenciales por un mes para nuestras actividades federales no implica una situación emergente.

Situación que podemos poner en entredicho, porque los empresarios de todos los tamaños y de todos los sectores deben pagar, salarios, insumos, rentas y claro esta que también impuestos.

Lo que los mexicanos esperábamos eran medidas extraordinarias, junto con las ordinarias de las que si se informan, ‘cada mañana’, y podemos estar de acuerdo. Pero este domingo, se esperaba un plan detallado para atender a las empresas de todos los tamaños, de todos los giros, de todos los sectores.

Siguiendo la lógica de de dar más a quien menos tiene o gana, información que puede ser comprobable por que el SAT la tiene a la mano, pudiendo especificar el tipo de empresa y la cantidad de cada una de ellas.

AMLO prometió dar un millón en créditos para microempresas, cuando se tienen contabilizadas más de cuatro millones de microempresarios en México.

Pero por si fuera poco el millón de créditos no sólo incluye a los formales sino que la mitad de ellos va para los negocios informales. La bolsa de recursos ofrecida no es entonces un estimulo adecuado y es insuficiente para apalear la recesión.

Pero entonces, ¿qué fue lo que faltó?

Faltaron medidas extraordinarias y faltaron recursos extraordinarios, faltó incrementar la deuda pública que siguiendo la regla de oro esta no debe ser un problema en un gobierno donde se señala que terminó con la corrupción.

La deuda pública es un instrumentó económico válido siempre y cuando se use como una medid de inversión y se regrese a tiempo lo prestado, con todo y sus intereses. Esto es lo que sucede en gobiernos con bajos niveles de corrupción.

Lo que faltó, fue un anuncio del gobierno para un incremento emergente hasta por cinco por ciento del Producto Interno Bruto para un presupuesto en salud.

Recordemos que desde sus inicios, López Obrador se monto en su campaña de terminar con al menos 50 hospitales que se encontraban inconclusos en el país y que este era el momento propicio para terminarlos equiparlos para que dieran atención a los miles de enfermos de coronavirus,

Faltó condonar cuotas obrero-patronales del IMSS e Infonavit que podrían servir como un disminución par el pago de impuestos y liberar con ello el ingreso disponible que llevara a los empresarios a solventar los costos de cerrar un mes.

Faltó realizar una transferencia monetaria de por lo menos tres meses para personas mayores a los 18 años en situación de pobreza individual.

Faltó también suspender temporalmente los proyectos de inversión pública (tren maya, refinería, aeropuertos), para redirigir dichos recursos a obras de realización inmediata con impacto de empleo directo para servicios públicos como alumbrado, limpieza, mantenimiento, pavimentación etc.

Faltó canalizar crédito inmediato para mejora de vivienda y de empresas.

Faltó crear un plan de apoyo a emprendedores principalmente para proyectos de los jóvenes.

Faltó aumentar y canalizar por lo menos uno por ciento a proyector de ciencia y tecnología sobretodo en aquellos que están enfocados en el desarrollo médico y de salud.

Pero considero que sobretodo pues, faltó escuchar a los empresarios, a los especialistas a los que si saben de economías emergentes y de desarrollo para México.