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Vuelta atrás

Tras la Segunda Guerra Mundial el mundo quedó destruido, sobre todo Europa

El presidente Donald Trump ha escalado una serie de medidas internacionales que parecen estar devolviendo a los EU al espacio político internacional previo a la Segunda Guerra Mundial. Y me refiero a esto porque la herramienta financiera construida por la Unión Europea para dar la vuelta al Swift y evitar las sanciones impuesta por Estados Unidos a Irán parece estar funcionando y ya hay quienes piensan que es el principio del fin de la hegemonía del dólar como moneda de respaldo internacional.

Déjeme le explico; Tras la Segunda Guerra Mundial el mundo quedó destruido, sobre todo Europa. EU se convirtió rápidamente en la fuerza militar, tecnológica y sobre todo económica del mundo. El plan de reconstrucción conocido como Plan Marshall perfiló al dólar como la moneda de referencia mundial, incluso invitando a otros países a respaldar la emisión de su moneda en dólares y no en oro, como tradicionalmente se hacía. 

Vuelta atrás

Sin embargo el crecimiento mundial empujó al dólar a eventos internacionales que podían generar incertidumbre sobre el respaldo en el mineral dorado. Recordamos claramente aquel incidente internacional que enfrentó a la Francia de De Gaulle contra los Estados Unidos cuando éste le exigió que Estados Unidos entregara en oro las reservas de dólares en posesión del gobierno francés. Para evitar nuevamente estos embates el gobierno del Presidente Nixon decidió desligar el dólar del oro y darle respaldo con la misma economía norteamericana y su poderoso PIB. 

Desde entonces la emisión de dólares solo está respaldada por la fe puesta sobre la economía norteamericana, pero sobre todo porque el dólar es la moneda más utilizada para las operaciones internacionales comerciales. Entre éstas operaciones las que más fortalecen al dólar son las de carácter energético como el petróleo, gas y otros minerales.

Ya dentro de la era digital Estados Unidos creó el sistema Swift con sede en Bélgica del cual tiene el control absoluto. Con este sistema de intercambio digital los Estados Unidos pueden imponer sanciones comerciales a países o particulares con los que tenga diferencias. Es un arma de control internacional fabulosa, porque es el instrumento necesario para comerciar todas las operaciones financieras del mundo. 

A través de Swift el gobierno del Presidente Obama impuso medidas extraterritoriales contra empresas e individuos en el caso de Panamá Papers, por ejemplo. Así que los tentáculos del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos pueden obligar a acatar leyes norteamericanas en suelo extranjero. 

Desde el año pasado en que la administración Trump decidió desconocer el tratado nuclear de Irán, la Unión Europea aceleró un proyecto emergente para dar la vuelta al sistema Swift, creando lo que llamaron INSTEX. Que es una plataforma alterna para dar la vuelta a las sanciones norteamericanas para quien comercie con Irán. Y que funciona como una mesa de conciliación comercial al estilo de las mesas de conciliación bancarias. Aun así el gobierno norteamericano a través de su Secretario de Estado aclaró que sin importar la alternativa comercial, Estados Unidos impondrá sanciones comerciales a las empresas que comercien con Irán. Lo que podría afectar a las grandes empresas que ocupan del mercado o banca norteamericana. Sin embargo esto no afectaría a las pequeñas empresas que no tienen negocio con Estados Unidos.

Lo que los analistas económicos europeos están estudiando cuidadosamente son las repercusiones en las futuras operaciones comerciales en caso de que INSTEX funcione de manera eficiente. Ya de por sí Rusia, China y la India llevan varios años usando su propia plataforma comercial y así evitar las sanciones de Estados Unidos, y a través de Brics y de un nuevo Banco de Desarrollo fundado por ellos para desafiar los poderes del  Banco Mundial y el FMI. 

Ahora toca el turno a los europeos encabezados por Alemania, Gran Bretaña y Francia quienes suman esfuerzos para buscar una independencia estratégica de los Estados Unidos y por lo mismo de su moneda. Porque si el intercambio comercial de INSTEX funciona hará que el dólar deje de ser una moneda de referencia global, convirtiéndola simplemente en una moneda más de mercado. 

Si esto ocurre Estados Unidos estaría destinado a mantener el mismo poder comercial de antes de la gran guerra. Y el mundo estaría dando un giro hacia un reparto más equilibrado del poder económico y comercial. Pero también a que Estados Unidos vuelva a sus sistema productivo original y regresar a suelo norteamericano toda esa industria que hoy está en oriente. 

Si esto último ocurre Trump estaría cumpliendo su “Make America Great Again”. Y la clase trabajadora norteamericana se beneficiaría sobre los grandes intereses corporativos americanos que hoy rigen al mundo.