Columnas > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

Debate demócrata

Los demócratas se siguen creyendo el cuento fantasioso de la intervención rusa durante las elecciones

Durante el segundo debate para ganar la nominación de la presidencia, representando al Partido Demócrata, hubo dos cosas que llamaron la atención: Primero, la intervención brillante de la Senadora Humala Harris y el desmoronamiento del exvicepresidente Joe Biden. 

Verá usted, amigo lector, los demócratas se siguen creyendo el cuento fantasioso de la intervención rusa durante las elecciones dónde el ahora Presidente Trump le acomodó una recia a la Hillary Clinton en estados dónde el voto cambia constantemente de sentido electoral. Si bien es cierto Estados Unidos tiene una de las democracias más sólidas del mundo, también su poderío militar y económico les hace sumamente vulnerables a que intereses extranjeros apuesten por ciertos personajes para su propia conveniencia. Eso siempre ha ocurrido. 

Debate demócrata

Por supuesto que Rusia movió sus hilos para descarrilar el intervencionismo atroz de la era Obama. Recordemos que Obama intervino activamente para derrocar gobiernos del norte de África, como Libia, Túnez y Egipto. Siguió con Yemen, dónde hoy existe una verdadera carnicería humana solo para defender los intereses de Arabia Saudita, y sobre todo la intervención en Siria que generó una crisis humanitaria terrible. Pero donde de verdad Rusia hizo valer su molestia fue en la intervención americana en Ucrania. Porque ahí si se vulneraba la seguridad interna de Rusia. 

De tal manera es cierto que Rusia en alguna medida metió la mano. Pero eso no solo es privativo de Rusia. Generalmente la nación más intervencionista en política interna de los Estados Unidos, incluyendo sus elecciones es Israel. Siendo incluso el país que más espía a los Estados Unidos. Recordemos que Israel es incluso financiado por Estados Unidos. De hecho el mayor caso de espionaje militar de la historia de Estados Unidos lo encabezó Israel. Pero es tan fuerte el Lobbing israelí, que políticos de ambos partidos se hacen de la vista gorda. 

Ahora bien, no solo intervinieron Rusia e Israel, todos y cada uno de los países del mundo les interesa el rumbo de la política norteamericana para proteger sus intereses nacionales. Bueno hasta México tuvo intervenciones constantes en la opinión pública ciudadana de los Estados Unidos. Vimos como expresidentes de México atacaron ferozmente al Presidente Trump. Y bueno, hasta el gobierno mexicano le invitó en aquella conferencia que le costó el trabajo a Videgaray. Cada país en la medida de sus capacidades busca intervenir de alguna manera.

Lo que si los demócratas no quieren aceptar es que el triunfo de Trump se debió que él tuvo la inteligencia para entender que la clase media norteamericana se sentía abandonada por los políticos de ambos partidos que solo trabajan en favor de las grandes corporaciones que financian sus campañas y no por el electorado. Trump supo explotar ese descontento. 

Además de que Hillary era una candidata con muy mala imagen. Sobre todo porque tiene fama de mentirosa, hipócrita y desapegada de las clases media y baja de los Estados Unidos. Así que en lugar de ponerse a trabajar los demócratas en recuperar el voto de la clase trabajadora, siguen privilegiando los grandes capitales. A excepción de Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

Muchos, sobre todo los medios americanos que suelen ser sumamente tendenciosos y superficiales, se fueron con las discusiones y posicionamientos de los candidatos. Pero dejaron de lado una señal escondida en todos aquellos argumentos generales; Quedó en evidencia que la era Obama fue un verdadero desastre para los Estados Unidos. Todo aquello que huela a Obama hace daño. Por supuesto, como antes señalé, el gobierno de Obama ha sido el gobierno más intervencionista después de la segunda guerra mundial. No solo intervino en los países que ya mencioné, en el continente americano depuso al Presidente Zelaya quien había sido democráticamente electo en Honduras para imponer a la ultraderecha que ahora está generando una pobreza extrema y persecuciones que  ahora repercuten a México. Intervino activamente para desmantelar la era Kirchner en Argentina e imponer a Macri, también de ultraderecha quien ya tiene en bancarrota al gobierno argentino y ha generado las manifestaciones más nutridas desde la dictadura militar. Y la cereza del pastel fue el golpe de estado disfrazado de golpe legislativo para deponer a Dilma Rouseff en Brasil.

Y si no fuese suficiente culpar a la administración Obama de las migraciones terribles que acosan a Europa, también se le debe responsabilizar de la permisibilidad de las fusiones corporativas que han disparado el desempleo y la fuga de fábricas de territorio americano hacia oriente llevando el déficit comercial de los Estados Unidos a rebasar los 500 millardos de dólares anuales.

Los mismos demócratas evidenciaron que la era Obama le había hecho daño al país y al mundo. Pero eso no les importa a los demócratas, lo que verdaderamente les duele es el daño que le hizo al mismo partido y la pérdida de poder. Por eso para los demócratas la era Obama se ha convertido en un pasivo.