Editoriales > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

Caos venezolano

Lo que hoy ocurre en Venezuela, tras una nueva intentona de golpe de estado dirigida desde la oposición venezolana contra el gobierno del Presidente Nicolás Maduro debe entenderse como un movimiento más del reacomodo mundial que se está viviendo con la incursión de nuevos intereses políticos internacionales. 

Desde el fin de la Guerra Fría Estados Unidos tuvo en sus manos el rumbo y las decisiones internacionales. Lo que una vez fue el bloque soviético estaba en quiebra, el comunismo dejaba de ser una opción viable para defender al pueblo oprimido y a las clases sociales desprotegidas. De manifiesto quedó que el comunismo no era la fórmula para acabar con la pobreza y apuntalar el desarrollo. 

Caos venezolano

De ésta manera los mercados conocidos como el Tercer Mundo pasaron a llamarse mercados emergentes y con ese triunfalismo se generó una política económica ultra liberal conocida como Neoliberalismo económico. Tuvo su decálogo, que de entrada cimentaba el libre comercio para que las empresas y los países no encontraran barreras arancelarias.

Ésta fórmula ha sido un desastre para las clases media, obrera y campesina de todo el mundo. Al abrir las fronteras las grandes empresas ponen a competir a los países entre sí para ver quién paga menores salarios para mudar sus fábricas y luego quien les cobra menos impuestos para mudar sus sedes financieras. 

De tal manera el endeudamiento público y el privado van creciendo al tiempo que la acumulación de capital va siendo excesivo en pocas manos. Una forma de comprobar esto son los mercados bursátiles y los fondos de inversión en tasas negativas. Ambos están creciendo a pesar de la desaceleración de las economías. A esto se le conoce como inflación de ricos.

Tras 38 años de Neoliberalismo el empobrecimiento de la mayor parte de la sociedad y el desmoronamiento de los pequeños negocios ha empujado al mundo a tomar medidas extremas en la selección de sus políticos. Tal es el caso de México con López Obrador, Donald Trump en Estados Unidos, Bolsanaro en Brasil y en su momento Hugo Chávez en Venezuela.

Pero nos solo han surgido líderes de ideas progresistas o radicales, también hay repercusiones separatistas, como el caso de Escocia en Gran Bretaña y el Brexit, así como también Cataluña en España. 

Ahora bien, ante las crisis en el norte de África, Medio Oriente y la pobreza creciendo en gran parte del mundo se ha debilitado la posición de los Estados Unidos. No solo por sus finanzas públicas sino porque además el crecimiento de China y Rusia les está poniendo como actores protagónicos en la escena mundial. 

Hace algunos años junto a India, Sudáfrica y Brasil fundaron Brics y formaron un bloque comercial que además creara su propia banca de desarrollo para debilitar al FMI y al Banco Mundial. Por eso de la intervención de la inteligencia de Estados Unidos para derrocar a Dilma Rouseff y la llegada al poder de Bolsonaro.

Así que lo que hoy vemos en Venezuela para nada tiene que ver con la búsqueda del bienestar del pueblo venezolano. Tampoco es una cita con la historia de algún personaje que intenta pasar a los libros como el salvador de la nación o mártir de la misma. Tanto Maduro como Guaidó están por intereses personales. 

Maduro con tal de mantenerse en el poder ha destruido la economía nacional y sobre todo ha truncado la posibilidad de un progreso en el bienestar familiar de los venezolanos. Mientras por el otro lado Guaidó es la antítesis del héroe que defiende a su pueblo de una invasión extranjera, es de fondo quien es capaz de entregar toda la riqueza y libertad de su pueblo a cambio del poder mismo. 

Por lo tanto Venezuela se ha convertido en la arena dónde hoy se enfrentan los grandes actores del poder mundial para medir sus fuerzas. Estados Unidos contra China y Rusia. Eu en medio de un creciente endeudamiento dónde lo único que le sostiene es su moneda fuerte y por otro lado dos potencias de gran envergadura, Rusia con su poder armamentístico y China con su poder económico. 

Estados Unidos respaldando a un títere traidor y los otros dos a un mentecato sin las destrezas y la inteligencia de Hugo Chávez. En medio el pueblo venezolano sufriendo las penurias de un naciente equilibrio mundial parecido al de los años de la Guerra Fría.