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Un abogado a la Fed

Según la misma Fed, su hoja de balance es de 4.2 billones de dólares en bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, misma que empezó a reducir la señora Yellen y que también debe bajar el nominado si es que el Senado lo ratifica

Aunque en reiteradas ocasiones encomió la labor de la presidente del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Janet Yellen, y en algún momento dejó entrever la posibilidad de su reelección, finalmente el presidente Donald Trump nominó a Jerome Powell para el cargo, con muchas posibilidades de que el Senado lo ratifique. Como reacción, el dólar cayó en su paridad con monedas duras del mundo.

Sin embargo, ello no significa que vaya a haber una ruptura en las políticas que ha implementado la Fed de Yellen; pero, sí es posible que Powell, un abogado de Washington que desde 2012 forma parte del grupo de gobernadores del sistema y que es considerado como un experto financiero, modifique las tendencias de aplicar firmes regulaciones al sistema financiero para garantizar su adecuada operatividad.

Un abogado a la Fed

Yellen es considerada la persona que más sabe y entiende de economía y por ello mantuvo vigente su tesis de que el capital debe ser productivo. Sostuvo bajas las tasas de interés de referencia para obligar a los dueños del dinero a invertir en la creación de empleo bien pagado, a fin de crear el círculo virtuoso de inversión-producción-empleo-consumo-impuestos. También buscó racionalizar en balance monetario.

Estas medidas pueden ser consolidadas por el nominado, que conoce muy bien el entramado legal. Su experiencia es amplia y diversa: Trabajó en el Departamento del Tesoro, cuando Nicholas F. Brady (autor del Plan Brady que alivió la pesada deuda externa de países subdesarrollado, como México), era el secretario. En 1992, Powell se convirtió en subsecretario para finanzas nacionales, nominado por George H. Bush W.

Importante es destacar que como abogado y funcionario del Departamento del Tesoro, Powell supervisó la investigación y sanción de Salomon Brothers después de se descubrieran ofertas falsas de seguridad avaladas por el tesoro de Estados Unidos. Trabajando con un salario de un dólar anual, cabildeó en el Congreso para elevar el techo de la deuda de los EU durante la crisis del 2011. Advirtió sobre las implicaciones para la economía y las tasas de interés de incumplimiento o de retraso en la medida. También se ha manifestado a favor de aflojar las regulaciones excesivas que pueden afectar a los bancos pequeños, sobre todo las derivadas de la Regla Volcker, cuyo es objetivo evitar que los bancos hagan apuestas riesgosas con fondos de contribuyentes.

Al respecto, señaló David Wessel, experto investigador de la Brookings Institution, que: “Será un poco menos duro con los bancos que Yellen; pero para nada tan permisivo con los bancos como quiere el gobierno de Trump”. Si, como vaticinan los más pesimistas economistas del planeta, se está a la puerta de una severa recesión, entonces la postura del nominado parece ser la justa medida que se requiere ahora.

De hecho, la moderación y la aplicación diferenciada de las medidas regulatorias para el sistema financiero, sería la única diferencia entre Powell y Yellen, quienes han venido trabajando juntos a diario durante años, asumiendo responsabilidades de alto riesgo para lograr sacar de la secuela de la crisis financiera del 2008 a la economía de los Estado Unidos y de sus socios. Ambos coinciden en la conveniencia de mantener bajas las tasas de referencia y no calentar el sistema financiero, a fin de superar las posibilidades de la recesión contra la que no habría forma de defensa, pues ya no hay margen de maniobra como ocurrió en la primera década de la centuria, en que se elevó el balance financiero a niveles imprevisibles e irracionales.

Según la misma Fed, su hoja de balance es de 4.2 billones de dólares en bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, misma que empezó a reducir la señora Yellen y que también debe bajar el nominado si es que el Senado lo ratifica.