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Sin caballero no hay dama

Primera Dama, es el calificativo en que nos referimos a la esposa del presidente de México; la expresión no se refiere a un cargo electo ni un nombramiento, no tiene funciones, ni responsabilidades asignadas, ni autoridad sobre otras personas, no devenga un salario o compensación; habitualmente debe cumplir funciones de carácter protocolario como acompañante del presidente en viajes y recepciones oficiales; al no tener existencia oficial, las tareas de la esposa del presidente se han ido definiendo por imitación a otros países, usos y costumbres.

Tradicionalmente en México la esposa del Presidente había sido la encargada de las labores altruistas enfocadas a beneficiar a los más desprotegidos; hasta 1977 cuando Carmen Romano de López Portillo funda el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia con el formato que conocemos hasta el día de hoy; el director nacional del DIF solamente le reporta al Presidente de la República.

Sin caballero no hay dama

En el año 2000, Vicente Fox es electo Presidente y en su condición de “soltero” no hubo “primera dama” al frente del DIF, sin embargo no desaparece la institución; un año después contrae matrimonio con Marta Sahagún quien decide no hacerse cargo del DIF y funda su organización “Vamos México”.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, su esposa solamente ha aceptado el nombramiento protocolario de Presidenta del DIF dejando su funcionamiento primero, a Laura de Osorio Chong y después a Jesús Anime Liben; si bien esta institución actualmente depende “por así decirlo” de la Secretaria de Salud.

Hay tradiciones que con el tiempo llegan a perderse y en cinco meses veremos el fin del Sistema DIF; Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador, dijo que rechazará el título de Primera Dama cuando su esposo asuma la presidencia y tampoco ejercerá ningún cargo público; la figura de la Primera Dama desaparecerá y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia será adscrito en su totalidad a la Secretaría de Salud.

¿Qué le espera al DIF? ¿Se acabarán los apoyos y programas establecidos? En mi entender no desaparecerán las funciones benéficas que se llevaban a cabo a través del DIF sin embargo perderá su fuerza y será un organismo más de la Secretaria de Salud.

Lo que sí es un hecho es que con su desaparición se dará un golpe demoledor a las pretensiones y ambiciones de muchas mujeres que utilizaron esta noble institución como fuente de riqueza, soborno y enriquecimiento ilícito.

La hipocresía disfrazada de caridad por fin quedará en el olvido, y aunque hemos tenido primeras damas preocupadas y ocupadas por mejorar las circunstancias de los menos afortunados, la mayoría de ellas han pasado sin pena ni gloria –siendo estas las menos inofensivas, porque aquellas que han querido destacar por su poder, aspiraciones políticas, o que convirtieron las oficinas en un pasillo de desfile de modas y cirugías estéticas han dejando a nuestros “descamisados” más desprotegidos que nunca dilapidando el presupuesto en caprichos, lujos excesivos y vanidades.

Pero qué podemos esperar de mujeres que han dejado a sus esposos o exesposos sumidos en el desprestigio y ellas se dedican a vivir como hijas de la nobleza, residiendo en Europa y hermosas playas con la fortuna que amasaron con sus “obras de caridad”, mientras tanto quienes las hicieron ricas se pudren en la miseria y oscuridad de la cárcel.

Las marcas de lujo, las presunciones, las cirugías, los viajes a Las Vegas y playas de lujo, así como los caprichos de las esposas de los funcionarios públicos; en adelante deberán ser pagadas con los ingresos de sus esposos y no con el presupuesto del DIF, como siempre debió haber sido.

Desde el DIF muchas primeras damas operaron una organización más eficiente que la que utiliza la delincuencia organizada, cobrando su “diezmo constitucional”; las bondadosas y muy sufridas “primeras damas”, henchidas del poder presidencial, estatal o municipal hicieron del altruismo infantil un templo de ilegalidad y desvío de recursos; vendiendo sus preferencias a proveedores, constructores y criminales del presupuesto público.

Para ser una dama no es necesario tener un nombramiento, riqueza o una institución que nos respalde, sólo basta comportarse con educación, ética y valores y lo más importante tener un caballero a nuestro lado, porque sin caballero no hay dama…

P.D. “El que regresa, regresa más fuerte”, pronto veremos a un exfuncionario de la UAT regresar al ruedo y con traje de luces.