Sin vejigas 'pa´nadar'

Asegura un viejo y conocido refrán que lo que se ve no se juzga, lo que implica que teniendo los pelos de la burra en la mano, es imposible negar que sea parda. Los retos del México actual son muchos y muy graves; pero, de todos ellos va saliendo bajo la conducción de un régimen que ha propuestos dos objetivos torales: el combate absoluto a la corrupción y la atención a las necesidades de quienes han venido a resultar víctimas del capitalismo salvaje montado sobre el brioso corcel de la globalización.

Los indicadores macroeconómicos, que son los elementos claves de la estabilidad, están en un momento de fortaleza que permitirá superar los estragos de la pandemia y sus consecuencias económicas, lo que evidencia eficacia, buena voluntad y acierto en las medidas que se han tomado en la coyuntura: Se ha reducido la tasa de referencia en forma notable sin que hayan ocurrido los desastres que decía el gordito Carstens, que su mamacita tenga a buen recaudo; se ha contraído la inflación, que en pleno abuso de algunos comerciantes y acaparadores, se mantiene a raya y anda alrededor de los 2.15 %.

El dólar de mantiene en una banda de fluctuación que en las últimas semana, se ha manifestado a la baja y la cotización de ayer era de 22.79 pesos, con una perspectiva muy favorable para los meses siguientes, cuando se normalicen las actividades productivas, especialmente las de comercio exterior, en la que el país tiene una ventaja sustantiva por cuanto forma parte de las grandes cadenas de suministro de industrias tan importantes como la aeronáutica y la automotriz. La exportación de petróleo se verá muy favorecida.

Por lo que hace a la reserva de divisas, esto es el respaldo en oro, dólares y otras monedas con las que se hace frente a los compromisos internacionales, van en franco aumento y ya llegaron a los 186 mil millones de dólares, con lo que crece la confianza de los inversionistas extranjeros, tanto en el país como en su industria insignia Petróleos Mexicanos, cuya recuperación es innegable y pronto será de nueva cuenta un sólido puntal de la economía nacional. La realidad está superando a las fake news.

Por si fuera poco, el Banco de México y Naciones Unidas, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), coincidieron en que: “El cambio climático y la degradación ambiental son desafíos críticos de nuestro tiempo, y el sector financiero tiene que desempeñar un papel clave para enfrentar estos problemas. Las recomendaciones de este informe, tales como plazos claros y compromisos al nivel de la junta directiva para incorporar aspectos sociales y ambientales en los principales planes de acción, políticas de gestión de riesgos, presupuestos anuales y planes de negocio, resonarán entre los tomadores de decisiones en los niveles más altos del sector financiero mexicano”, por lo que firmaron un acuerdo en el que están incorporadas las estrategias que habrá de seguir el país.

Estas estrategias, desde luego, no contemplan un mayor endeudamiento como demandan organismos financieros internacionales que en este momento tienen acogotados a varios países que no pueden cumplir con sus compromisos financieros por dos motivos. El primero de ellos, porque las deudas son impagables y el segundo, porque se emitieron de manera irresponsable sin que el acreedor tuvieran las garantías necesarias para solventar las decisiones crediticias. Todo fue para alimentar fortunas piratas.

Si los resultados que están a la vista de todos son muy halagüeños, no lo son menos los que se esperan como resultados de las actuales decisiones de gobierno, que está canalizando recursos para mantener el consumo popular, con lo que mantiene la dinámica de la economía a niveles sostenibles sin echar mano de fondos que no se tienen. Las políticas públicas que benefician primero a los pobres son un cultivo que a la larga dará como fruto el estado de bienestar en que todos gocen de iguales garantías constitucionales.

Viendo al futuro, la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, aunada a la rehabilitación de las ya existentes, permitirá el cabal aprovechamiento de los recursos petrolíferos, permitiendo el abasto de combustible para la industriara locomotriz sin depender de las fluctuaciones que se dan a nivel internacional y de insumos básicos para otras ramas productivas. De esperarse es que se logren a corto plazo los objetivos de reducir los subsidios a las gasolinas y otros combustibles, y que estos bajen de precio por los menores costos de producción.

El Corredor Interoceánico en la región del Istmo de Tehuantepec conectará el Océano Pacífico con el Golfo de México y será un gran proveedor de energía para el país. El proyecto lo integran 29 municipios de Veracruz y Oaxaca mediante más de 300 kilómetros de vía ferroviaria, que reducirán el tiempo y los costos de traslado, además de brindar mayor seguridad y generar empleos en toda la región. La reconversión del oleoducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) para la transportación de gas natural de Coatzacoalcos a Salina Cruz, con un costo estimado de 80 millones de pesos, abastecerá de este combustible al complejo industrial que se espera tenga una proyección similar a Puerto Altamira.

Por lo que hace al proyecto del Tren Maya, en el que inversionistas nacionales y extranjeros tienen un gran interés por su gran factibilidad y redituabilidad, convertirá a la Península de Yucatán, siempre tan olvidada, en un polo de desarrollo de proporciones planetarias. Millones de empleos bien pagados, directos o indirectos, darán alivio a las presiones sociales que agobian este región, que comprende también los países vecinos del sur, donde los estragos de la miseria y el abandono han dado lugar a una crisis social. 

Por donde se le vea, el presente y el futuro de México resulta venturoso y más cuando el grueso de los mexicanos están conscientes de los grandes retos que ha tenido la administración y que ha resulto con eficacia, así como las asechanzas que le esperan y los retos que tiene que vencer para incorporar a todos en el gran proyecto de nación. 

Todo ello, logrado sin vejigas para nadar, como recomiendan el Banco Mundial y el FMI.