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Rienda al caballo desbocado

El capitalismo salvaje no sólo ha dejado en cueros a los asalariados que todos los días se soban el lomo para mantener activo el sistema productivo; también los ha despojado de su futuro. Millones de personas que actualmente cotizan en el sistema de ahorro para el retiro, están enriqueciendo al administrador en perjuicio de sus ahorros. En el 2020 el ahorro acumulado de los trabajadores por poco alcanza los cinco billones de pesos, dejando a las 10 administradoras una ganancia de más 13 mil 753 millones de pesos.

En cambio, según el doctor en administración y especialista en finanzas Jorge Cardiel Hurtado: “Luego de 25 años de laborar, el 63.61 por ciento de los trabajadores mexicanos, cuyos ingresos son menores a dos salarios mínimos, obtendrá entre 135 mil 811 y 186 mil 348 pesos. El 28.07 de obreros calificados, que tiene ingresos por alrededor de seis salarios mínimos recibirá entre 326 mil 681 y 448 mil 243 pesos. Finalmente, el grupo de los que ganan alrededor de 16 salarios mínimos, el 8.32 por ciento del total de los trabajadores, obtendrá, al jubilarse, entre 803 mil 857 y 1 millón 102 mil 980 pesos”.

Rienda al caballo desbocado

Esos montos se pagarán una sola vez y con ello queda liquidado el compromiso de las administradoras. Ahora, si se toma como promedio que el trabajador vivirá quince años después de retirarse, en el primer caso tendrá que vivir con 894.88 pesos mensuales; en el segundo, de salarios medios, su gasto promedio tendrá que ajustarse a los 1,335.90 pesos o colocarse de cerillito en algún ‘súper’. Por lo que hace a los de ingresos altos, deberán cumplir todos sus compromisos con solamente 5,296.76 pesos.

Si su vida activa fue de penurias y miseria para engordar los caudales de los potentados y hacer de México un país de ultra ricos, luego del retiro deberán acudir a la mendacidad o, de plano, fallecer de inanición, una agonía terrible de la que no está muy lejos del drama cotidiano de los que amanecen con la pregunta de qué hacer para comer, cuando menos una vez al día. En tanto que los banqueros, esos pocos privilegiados por la colusión de los poderes político y económico, siguen cebando sus caudales. 

De acuerdo al especialista citado: “La Consar les ha permitido (a las administradoras) mantener comisiones excesivamente altas, además de que ha tolerado que cobren prácticamente por cualquier concepto: por moverse de una Afore a otra o por pedir un estado de cuenta. La regulación es totalmente laxa. No hay muchos candados. Y tenemos que desde su creación y hasta 2005 las Administradoras habían obtenido utilidades por más de 24 mil millones de pesos”. Para el 2020 el número quedó chico.

Luego expresa que: “Debe impulsarse una regulación más estricta. Entre el gobierno y las compañías deben aumentar los rendimientos para el trabajador, pues a él ya se le pidió mucho, ya se le exigió que se ampliaran los años de trabajo y aceptó. Qué más puede dar que no sea más trabajo y años de actividad. De no hacer algo, el tamaño de la crisis será enorme: los pasivos de las pensiones ya significan 1.5 veces el Producto Interno Bruto. No sé de dónde va a salir para pagarlas”. ¡Claro que sabe!

Como ha ocurrido siempre con las grandes transas, a nivel nacional o global, tendrá que ser el gobierno el que asuma las pérdidas con cargo al presupuesto que pagan ¡quién lo dijera!, los propios asalariados porque los ricos-ricos no pagan impuestos; por el contrario, estaban acostumbrados a recibir toda clase de ‘estímulos fiscales’ y subvenciones con el cuento de que fomentan la producción y generan empleo. Ya el régimen anterior convirtió las pensiones de los trabajadores de Pemex y CFE en deuda pública.

De ahí la importancia de las medidas que ha tomado la Secretaría de Hacienda para poner límites a los abusos de las administradoras de los fondos de ahorro para el retiro de los trabajadores. Es una buena noticia que deben celebrar todos los que en este país viven y trabajan, y que deberán defender a capa y espada todas las personas de buena voluntad, especialmente los que no han perdido su calidad humana.

Es tiempo de que la ambición enfermiza de quien teniendo todo, quiere más. Quieren más; pero, no ganándolo en legitima lid, con inteligencia, audacia y suerte en los negocios, sino despojando a los débiles de sus derechos fundamentales y exigiendo del gobierno apoyos con cargo al fondo público.

Dijo Samuel Aguilar Solís, diputado del PRI con Calderón: “No se ha cumplido con lo que dice la Ley: que los recursos se deben invertir en desarrollo regional, vivienda, infraestructura y papeles de gobierno. Pero resulta que en realidad sólo se ha invertido en papeles de gobierno. Con ello uno llega a la conclusión de que el gobierno tiene una caja chica con la cual ha estado financiando el déficit a corto plazo. El gobierno nada más estira la mano y tiene el dinero que quiere”.

¡Ahora, eso está cambiando!