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Respeto a los mexicanos

Exigir respeto a los mexicanos y a sus derechos, en el extranjero, sin respetarlos al interior del país, es un absurdo. El Artículo 16 de la Constitución es muy claro por cuanto señala: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”. Claro, preciso y conciso; pero nomás.

Todavía es hora que no se tiene un conocimiento pleno del motivo de la detención ni del paradero del empresario hotelero de Reynosa, Camilo Martínez Cortés, de quien sólo se dice que ‘fue levantado’ por elementos de la Policía Investigadora para ser trasladado en avión al centro penitenciario de Puente Grande, en Jalisco. No hay elementos para confirmar que así fue, ni de qué delito lo acusa la PGR.

Respeto a los mexicanos

En las circunstancias dramáticas que está viviendo el país, con un proceso electoral que no está dejando conforme a los ciudadanos, y con la violencia desatada en varios frentes a todo lo largo y ancho del territorio nacional, eventos como este, ocurrido al filo del mediodía del jueves pasado, vienen a dar mayores motivos de preocupación. No se abona al estado de Derecho ni a la confianza de las personas en sus autoridades.

Las acciones emprendidas por la actual administración en cuanto a la creación de instancias que fomenten el respeto a los derechos humanos y mejoren la procuración y la administración de la justicia, de manera muy especial con la legislación que creo el Nuevo Sistema de Justicia Penal (del que se esperan resultados magníficos), en el cual los puntos torales son la presunción de inocencia y la máxima publicidad de las decisiones de la autoridad, se ven mancillados con acciones como la ocurrida en estos días.

Si el conocido empresario, que fue presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Reynosa y posteriormente de la Asociación de Hoteles y Moteles de la misma, tiene algo pendiente con la justicia, que sea llamado a cuentas, él sabrá defenderse de la manera que más convenga a sus intereses; pero, que él, o cualquier otra persona sea detenida sin mayores explicaciones y sea llevada lejos de su casa y de su familia, con escasa posibilidad de defensa, deja mucho que desear y quizá sea violatorio de la ley.

Ora que está de moda dejar en libertad a delincuentes a los que se ‘violó el debido proceso’, y que esta figura se ha convertido en muletilla para todo tipo de anomalías, bueno es que las autoridades pongan interés en transparentar y sustentar todas sus actuaciones, como corresponde a un auténtico estado de Derecho, en el que lo que es parejo no es chipotudo. No pueden las autoridades actuar como hace la delincuencia.

Tampoco puede utilizarse un evento judicial para percudir más los comicios en curso, en los que está en juego del futuro de México y de muchos países de la América Latina. Dejar correr el ‘borrego’ de que Camilo era candidato de un partido a la alcaldía de Reynosa, como lo han manejado importantes medios a nivel nacional, es un juego perverso. Ciertamente, el hotelero tenía aspiraciones; pero, que no llegaron a cuajar.

Claro que no pueden darse a la luz pública detalles del expediente que supuestamente tiene abierta la Procuraduría General de la República en contra de Camilo Martínez Cortés; pero, no hay motivo alguno para que no se informe de su detención y del lugar a dónde fue trasladado, como se hace cada vez que se captura a uno de los enlistados en los padrones de más buscados por la Policía. Un simple boletín es suficiente para que la comunidad fronteriza sepa que su confianza en la autoridad está bien justificada.

Que, de acuerdo al marco constitucional y al NSJP, cuyo Artículo 13, señala que: “Toda persona se presume inocente y será tratada como tal en todas las etapas del procedimiento, mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por el Órgano jurisdiccional, en los términos señalados en este Código”, brille la luz de la justicia.