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¿Hora de temblar?

No puede dejarse pasar por desapercibida la interrogante que plantea el periodista, economista y sociólogo Jorge Zepeda Paterson en su artículo de ayer en El PAIS, el más importante diario de España: “¿Hasta dónde llegará Peña Nieto para ganar?”, título que da pie a una sesuda reflexión que pone la carne de gallina, a partir del dictamen del Trife a favor del Bronco para que esté en la boleta electoral y hacer el caldo gordo.

Como si se tratara de una nueva novela, en el texto hace un detallado examen de las circunstancias políticas que se viven en México de cara al proceso electoral de mayor dimensión y complejidad que se ha vivido hasta el momento. Al avanzar en su lectura se encuentran los mismos elementos de su primera novela, Los Corruptores, un relato policiaco que integra elementos de periodismo de investigación, publicada en 2013, (finalista del Premio Hammett),  o su novela Milena o el fémur más bello del mundo, que obtuvo el Premio Planeta, siendo el primer mexicano galardonado con el mismo.

¿Hora de temblar?

Escribe: “A 85 días de la elección el grupo en el poder contempla la cuenta regresiva sin saber qué otra cosa hacer para insuflar un soplo de esperanza a las posibilidades de Meade. Pero ya han dejado en claro que están dispuestos a recurrir a lo indecible antes de darse por derrotados. En su desesperación las infamias han comenzado a escalar hasta alcanzar cuotas que no habíamos visto desde hace décadas. El grupo en el poder, todo indica, se dispone a vender su alma al diablo con tal de generar otros 20 puntos a su candidato y/o tumbar a sus rivales. Y las posibilidades asustan”. ¡Asustan!

Asustan porque lo que se ha venido demostrado hasta hora, no sólo evidencia un gran empeño por asegurar que los hilos del poder se mantengan en las mismas manos a las que poco importa el color de las banderas o los símbolos de guerra; lo que les interesa es una garantía de impunidad para lo que han venido haciendo de lo que otrora fue conocido como el Cuerno de la Abundancia y una fianza de que todo seguirá como hoy.

El cuento de la democracia y de la institucionalidad ya no puede sostenerse con tantas muestras de parcialidad y pragmatismo a favor de la aberrante, excesiva, acumulación de la riqueza en unas cuantas manos a costa de la miseria de las mayorías de este país, a las que se niega todo acceso a oportunidades de desarrollo y se les mantiene con la zanahoria de los programas sociales y el amago constante de suspender los apoyos.

Además de la clara exposición que hace Zepeda Paterson, ayer mismo se publicaron en varios medios los acuerdos previos que se han tenido para la VIII Cumbre de las Américas, en la que se trataran temas relacionados con la democracia, la justicia y los derechos humanos; pero que, en realidad busca consolidar la nueva embestida en contra de los pueblos de la América indiana que está viviendo momentos de retroceso.

El penúltimo párrafo de Zepeda dice que: “Inflar el voto era algo que se esperaba. Los financiamientos ilegales y las prácticas clientelares son peccata minuta; prácticas habituales utilizadas incluso en 2012, cuando el PRI ni siquiera las necesitaba.

Lo que no esperábamos era el uso faccioso para descabezar fiscalías (entre otras la de Delitos Electorales) y deshacerse así de funcionarios incómodos, la utilización de la Procuraduría para perseguir a un rival de Meade (Ricardo Anaya) y, más recientemente, imponer desde el Trife (el máximo tribunal en materia de elecciones) a un candidato independiente que falsificó buena parte de las firmas exigidas para estar en la boleta electoral”.

Lo que ha venido a resultar lamentable al interior del país, ya trascendió las fronteras y no hay forma de ocultarlo, porque los mexicanos más calificados han alzado su voz para denunciar lo que viene ocurriendo y que como pregunta el título: ¿hasta dónde se habrá de llegar? ¿Será tiempo de ponerse a tamblar?