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Por la puerta trasera

Por fin, las autoridades electorales han dado cumplimiento al mandato constitucional que señala que los partidos políticos son organizaciones de ciudadanos y no pandillas de simuladores que responden a intereses gremiales o confesionales. El INE aprobó las resoluciones de pérdida del registro de Nueva Alianza y de Encuentro Social como partidos políticos nacionales, por no obtener el 3 por ciento de los votos el 01/07/18.

Lo hecho está bien hecho; pero, hubiera estado mejor si quienes devengan altísimos salarios por organizar y arbitrar los procesos eleccionarios, hubieran cumplido al pie de la letra con los preceptos contenidos en el artículo 41 de la Constitución, que dice: “Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales. Sólo los ciudadanos podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos; por tanto, quedan prohibidas la intervención de organizaciones gremiales o con objeto social diferente en la creación de partidos y cualquier forma de afiliación corporativa”.

Por la puerta trasera

Uno de los partidos que perdió su registro, fue fundado por la ‘maestra’ Elba Esther Gordillo, luego de ser secretaria general del Partido Revolucionario Institucional, porque no le permitieron llegar a la presidencia. ¿Cómo olvidar que durante las elecciones de 2000, cuando formalmente era priista, operó abiertamente a favor del candidato presidencial del PAN, Vicente Fox, quien la premió generosamente, pues durante su gobierno obtuvo 11 mil millones de pesos para el SNTE a través de dos fideicomisos?

 En el 2006, fue expulsada del PRI por crear el Partido Nueva Alianza, demás de apoyar abiertamente al candidato del PAN, Felipe Calderón, a quien le levantó la mano como triunfador antes de que fuera declarado presidente electo. Como premio, obtuvo la Subsecretaría de Educación Básica para su yerno Fernando González; las direcciones del ISSSTE y de la Lotería Nacional para sus allegados; la presidencia vitalicia del SNTE y el registro de su partido político. Ora, ambos van para fuera.

Del Partido Encuentro Social, dijo Bernardo Barranco en su columna de La Jornada, que: “El mayor señalamiento consiste en ser un partido confesional de corte neopentecostal. Su presidente, Hugo Eric Flores Cervantes, se dice cristiano, pero no ministro, y mucho menos pastor. Sin embargo, su trayectoria indica lo contrario. No es de extrañar que el ascenso en México y en América Latina de las iglesias pentecostales haya alcanzado a tener brazos políticos que posicionen sus intereses y agendas en los entramados del poder. Así pasa en Brasil con la Iglesia Universal del Reino de Dios, la cual desde hace 15 años tiene una representación robusta en los tres órdenes de poder del país”. Es un partido que iba creciendo; pero que, no puede negar su origen.

Falta que también caiga la vara de la justicia en contra de otros de los partidos de corte familiar-faccioso, como el Verde Ecologista, apoyado por las televisoras Televisa y Tv Azteca, que ha venido a ser un satélite del Partido Revolucionario Institucional, y que, negando lo que dice su nombre y plataforma de principios, defiende la pena de muerte, la cadena perpetua a secuestradores y permite mediante concesiones que en los lugares donde tiene poder operen la minería a cielo abierto, la construcción de complejos hoteleros en áreas protegidas y la deforestación en áreas verdes reservadas.

Tener partidos como esos, es como concesionar el poder público a camarillas facciosas.

Que bueno que ya se fueron, aunque sea por la puerta de atrás.