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La agitación de los estudiantes

Algunas autoridades, especialmente de la Ciudad de México, no se han dado cuenta de que los tiempos han cambiado; que ya nada puede quedar oculto; que se trabaja para que quien la hace la pague. La tremenda agitación que padece en estos momentos la Universidad Nacional Autónoma de México, con mucho la máxima casa de estudios del país, es consecuencia lógica de tantos gobiernos omisos y nada que ver con lo del 68.

Cronológicamente, puede trazarse a línea precisa que permite vislumbrar con cierta precisión lo que ocurre actualmente en la UNAM y cómo se vino gestando. El principio se puede situar en la protesta de catedráticos del Colegio de Ciencias y Humanidades y de la Escuela Nacional Preparatoria quienes exigieron un incremento salarial de 50 por ciento, así como estabilidad en sus empleos y poner atención a la sobresaturación de los grupos en los planteles. La manifestación de profesores ocurrió en mayo.

La agitación de los estudiantes

Como nadie les hizo caso, pues ya para entonces el secretario de Educación se había ido a la campaña y las autoridades de la UNAM estaban ocupadas en lo mismo, cuando se reanudaron las clases, allá por agosto, los estudiantes se encontraron sin maestros y ‘pa’cabarla’ vieron que los murales que habían pintado en honor a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa estaban cubiertos por una gruesa capa de pintura.

Los jóvenes protestaron y pidieron la dimisión de la directora de CCH Azcapotzalco, María Márquez, quien aceptó separarse del cargo para: “contribuir a la normalización de las actividades académicas”; pero, ésta nunca se dio, por lo que ya sin directora, los alumnos de colegio decidieron marchar el lunes 3 hacia Ciudad Universitaria para exigir claridad en cuanto a la situación de sus docentes. Ahí fueron agredidos.

Ese lunes, se dio el altercado que dejó a dos alumnos gravemente heridos en el campus principal junto a la Rectoría de la Universidad. Uno de ellos, Joel Meza, de 21 años, fue apuñalado en dos ocasiones en el riñón. Le mocharon, además, la oreja izquierda y le llenaron el cuerpo de moretones. Su novia, Naomi, corrió a abrazarlo y a protegerlo. La escena dramática de la jovencita impidiendo la inmolación de su pareja fue captada por Diego Uriarte, único fotógrafo que estuvo presente ese día. Sus fotos fueron claves para identificar a los atacantes e indignar a la comunidad universitaria. 

El martes, el jefe de gobierno capitalino, José Ramón Amieva Gálvez, informó que hubo premeditación en la agresión a estudiantes que se manifestaban junto a la Rectoría de la UNAM y se comunicó con el rector Enrique Graue, para manifestar el apoyo y acompañamiento del Gobierno de la Ciudad en las investigaciones, con pleno respeto de la autonomía, de cuanto ocurra al interior de las instalaciones. Explicó que el grupo, que llegó en varios autobuses y dos vehículos particulares, llevaba consigo bombas molotov y varas que utilizaron para atacar a los estudiantes.

Tras la refriega, los alumnos de toda la UNAM convocaron un paro de seguimiento masivo y, dos días después, culminaron su protesta con una nutrida marcha en la que se mezclaron distintas consignas: desde la desatención a los jóvenes golpeados, los feminicidios, el acoso sexual, los asaltos y la negligencia del personal de vigilancia. 

El rector suspendió al responsable de la seguridad de la universidad, Teófilo Licona, y ordenó una investigación sobre la actuación de ese departamento. Expulsó a 18 alumnos de la UNAM identificados como miembros de los grupos de choque e hizo públicos sus nombres, lo que permitió la detección de 2 de ellos quienes más tarde fueron liberados por las autoridades de la Procuraduría capitalina porque no fueron sorprendidos en flagrancia ni la UNAM presentó denuncia, aunque dice que sí.

Luego de entrevistarse con Graue, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador señaló que: “Hay que procurar no caer en ninguna provocación, no aceptar la violencia. Diálogo, diálogo y diálogo. Y si nos cansamos y se rompe el diálogo: diálogo y diálogo”.

Mientras tanto PGR y PGJCM se pasan la bolita, como siempre.