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Por la recuperación del sentido humano

La pandemia del Covid-19 vino a demostrar la irracionalidad de la riqueza

¿Qué hace diferente a un hombre de otro? Esta pregunta no tiene una respuesta única; sin embargo, es posible decir que el origen es uno de los factores más importantes. No tiene las mismas posibilidades de desarrollo un ser humano que nació en pañales de seda, con todo lo que requiere a la mano, que uno que vino al mundo en un humilde jacal de la sierra. Ciertamente, hombres muy ilustres nacieron en la pobreza, como Jesús en un pesebre, o Juárez en un petate; pero, quizá fueron una rarísima excepción.

En las épocas brillantes de la humanidad, es la cultura la que crea la igualdad de oportunidades para que, cualquiera que sea su origen, una persona pueda desarrollar sus habilidades y talentos innatos para ser útil a sí mismo y a los demás, y con ello llevar una vida plena, productiva y feliz. De igual manera, en la era de las tinieblas, el feroz egoísmo de los ahítos impide que alguien pueda abandonar la miseria y el desamparo a que lo condenan sus condiciones de asalariado y dependiente de la voluntad patronal.

Por la recuperación del sentido humano

La humanidad ha vivido los últimos 30 años en un acelerado retroceso que ha permitido que unas pocas manos, estériles e inútiles, amasen cuantiosas fortunas con la explotación de los trabajadores a los que sólo se reconoce el privilegio de comer nada más para que no mueran de inanición y puedan seguir uncidos a la coyunda. El juego perverso de los de arriba es ver cuánto pueden juntar en doce meses para pujar por el puesto de hombre más rico del mundo o estar en la lista de los multimillonarios exclusiva de quien ha logrado reunir más de mil millones de dólares, cantidad que ni él mismo imagina.

La pandemia del Covid-19 vino a demostrar la irracionalidad de la riqueza. Mientras unos cuantos acumulan miles de millones de cueros de rana, otros gastan fortunas inconmensurables en la carrera armamentista de la que no habrá vencedores ni vencidos, sino muerte, hambre y peste por todos los confines del planeta; sin embargo, no hay suficiente inversión en asistencia médica, medicinas, espacios hospitalarios, tratamientos, mitigantes ni investigación suficiente para contrarrestar el mal.

Es por ello que ha venido a caer como un rocío en el desierto, como luz de abril, con el maná del cielo, la buena noticia de que se ha iniciado la creación de un organismo internacional que busca recuperar la calidad humana del ser superior de la creación. Ayer apareció en diferentes medios de todo el planeta la convocatoria a todos los hombres y organizaciones de buena voluntad para integrarse a la iniciativa para crear la Internacional Progresista, organismo de carácter civil para recuperar los valores humanos.

La Internacional Progresista cuenta con el apoyo de un Consejo Provisional de más de 40 asesores, entre los que se encuentran Katrín Jakobsdóttir, Fernando Haddad, Aruna Roy, Noam Chomsky y Vanessa Nakate, además de Vijay Prashad, Carola Rackete, Yanis Varoufakis, Elizabeth Gómez Alcorta, Pierre Sané, Naomi Klein, Varshini Prakash y muchos otros. Este consejo de notables se reunirá en el mes de septiembre en Reikiavik, Islandia, para iniciar formalmente planes y trabajos.

Enterada de la iniciativa y de los propósitos de la misma, la primera ministra de Islandia, Jakobsdóttir, y el Movimiento Verde decidieron dar todo su apoyo y prestar sus instalaciones para ser sede el evento que reunirá a las mentes más brillantes y a los espíritus más nobles del planeta en un afán loable de detener la barbarie que está acabando con el hombre y con el planeta por el egoísmo y la mezquindad de quienes tienen como único propósito en la vida la acumulación de los recursos que genera el trabajo.

Mientras se llega a la cumbre de septiembre, los activistas de la iniciativa están trabajando en tres renglones importantes: Forjar una red mundial de promotores y organizadores que puedan coordinar el trabajo a través de las fronteras. Convocar a activistas, pensadores y profesionales para desarrollar un plan de política para un orden internacional progresivo. Utilizar The Wire, un servicio de cable que se ofrece a las fuerzas progresistas del mundo, asociándose con publicaciones de todo el planeta para llevar las perspectivas de las bases a una teleaudiencia global. Todo este trabajo tiene como objetivo construir a partir de esfuerzos pasados la organización internacional y aprender de las experiencias previas.

En los momentos en el que el capitalismo salvaje, unido a la extrema derecha política amenazan con una hecatombe para defender sus ruines privilegios, los hombres de buena voluntad, amantes de la paz, el progreso y la justicia social, también se están agrupando para defender al ser humano y su único hábitat.