Editoriales > ANÁLISIS

Pa’ entender

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo, en su discurso oficial con el que puso en marcha el Régimen de Zona Libre en la frontera norte de México, que: “Amigas, amigos. Ciudadano gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, me da mucho gusto estar aquí, en el estado que usted gobierna, representa y, desde luego, me da mucho gusto estar con todas y con todos ustedes aquí, en Tamaulipas, en Reynosa”. Fue claro al fijar su papel de presidente, reconociendo al gobernador.

Luego agrego que: “Uno de los problemas que enfrentamos, el de la inseguridad y el de la violencia, se originó en buena medida por la falta de crecimiento económico en el país. México es de los países del mundo con menos crecimiento económico en los últimos 30 años, en las últimas tres décadas, y si no hay crecimiento económico no hay empleo; si no hay bienestar, no hay paz , no hay tranquilidad, es una fórmula sencilla, pero a veces no se comprende lo suficiente”. Lo reiteró para no haya forma de que alguien se haga el sorprendido; ni siquiera tuvo que señalar, una vez más, que la paz es fruto de la justicia, a la que tan afecto es.

Pa’ entender

Como consecuencia de ello, señaló, luego de enumerar ambiciosos proyectos de desarrollo en todo el territorio nacional, dándole énfasis a las riquezas más importantes del país, el petróleo, el turismo y el aprovechamiento racional de los frutos de la tierra, que: "Se decidió crear esta cortina de desarrollo en los tres mil 180 kilómetros que tenemos de frontera con Estados Unidos, con estos 43 municipios de los estados fronterizos. ¿Por qué esta última frontera? Primero, porque la historia nos demuestra que este es el camino. Decía Cicerón que la historia es la maestra de la vida. El que no sabe de dónde viene, difícilmente va a saber hacia dónde va.

¿Y cuál es la historia? Un gobernador de Tamaulipas, Ramón Guerra, por eso estamos aquí el día de hoy, después de la guerra de intervención, de la desolación que dejó la creación de la nueva frontera, que ya no era el Río Nueces, sino el Río Bravo, había tanta pobreza en toda esta región fronteriza que creó una zona franca el gobernador de Tamaulipas, Ramón Guerra, una zona libre para reactivar la economía en la frontera.

Y dio buenos resultados esa decisión. Gracias a eso, entre otras cosas, surgió Ciudad Juárez, es producto de esa decisión que tomó el gobernador de Tamaulipas, Ramón Guerra.

Luego tuvieron un paisano ustedes como presidente, Manuel González, compadre de Porfirio Díaz, que le dio continuidad a esta política y siguió siendo la frontera zona libre, zona franca”. Con ello, evidenció que la Zona Libre no es un capricho, sino una estrategia fundada en la experiencia histórica desde los albores de la nación mexicana.

Quizá hubo quien pudiera evitar el nudo en la garganta; pero, de seguro nadie la emotividad cuando dijo: “Hace seis meses, también por eso estoy aquí, vine a Reynosa y me tocó ver la salida de trabajadores de una empresa maquiladora. Le pregunté a una trabajadora: ¿Cuánto te pagan? 900 pesos a la semana. Trabajan cuatro días, pero 12 horas diarias, de siete a siete, son 48 horas a la semana por 900 pesos, tres mil 600 pesos al mes, 120 pesos diarios. Eso no.

Imagínense una madre de familia que tiene que trabajar 12 horas, ¿con quién deja a los hijos? El gobernador en una ocasión me planteó, y ahora también lo expresó, el problema de la desintegración en las familias.

¿Por qué la inseguridad?, ¿por qué la violencia? Porque se abandonó a los jóvenes, porque las madres tienen que trabajar, no hay estancias infantiles, lo que antes se llamaban guarderías.

Entonces, el aumento al salario es un asunto de justicia y de humanismo. Estamos hablando de un aumento de 57 pesos, si tomamos en consideración los 120.  Me tocó saber o constatar que tenía de ingreso una trabajadora, ahora esa trabajadora, mínimo va a tener 176 pesos de salario”. El resto fue una auténtica fiesta popular, en la que el presidente afirmó su autoridad y confirmó su liderazgo sin necesidad de confrontaciones. Entenderlo es un imperativo.

En seguridad, dijo: “El marco legal actual impide que utilicemos para tareas de seguridad pública al Ejército y a la Marina, está prohibido de acuerdo a la Constitución.

Y fíjense un problema tan grave que no se puede enfrentar con el apoyo del Ejército con el apoyo de la Marina, siendo en estrictos en la aplicación de la Constitución.

¿Saben con cuántos elementos dispone el presidente de la República para enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia? Con 20 mil elementos. No es posible, porque se creó para que no interviniera el Ejército y la Marina, se creó la Policía Federal.

Pero en 20 años no se consolidó y hay 20 mil efectivos de la Policía Federal, son los que se puede disponer legalmente para enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia.

No tienen los de la Policía Federal instalaciones, no tienen cuarteles, cuando los mandan acá, a Tamaulipas, los tienen que hospedar en hoteles, algo hasta indigno para ellos.

Entonces, tenemos que resolver este problema, tenemos que unir las fuerzas. Son 220 mil elementos del Ejército, 40 mil de la Marina que, si se suman, podrían ayudar mucho, para eso la reforma constitucional, para que contemos con esta Guardia Nacional”. ¿Qué más?