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Orden y respeto

Las tácticas desestabilizadoras son conocidas universalmente y sirven para propósitos diversos, siempre atendiendo el mandato de quien carga con los gastos

Han venido a resultar demasiado molestos los programas de noticias por televisión en los que se insiste, con machacona reiteración, en difundir en primer plano hechos violentos y de sangre, o manifestaciones de provocadores profesionales que están buscando una respuesta represiva del gobierno, que, por fortuna, no se dará. Los poderosos intereses, de toda índole, que han sido afectados por el combate a la corrupción y la vuelta al estado de derecho, no cejan un momento en sus empeños desestabilizadores.

¿Cómo olvidar que fue a raíz de la gran mentira histórica conocida como La matanza de Tlatelolco (que nunca ocurrió y así lo avalan actores y observadores de primera línea, como Luis González de Alba, el representante de la Facultad de Filosofía y Letras ante el Consejo Nacional de Huelga, entrevistado por quien esto escribe al abandonar su reclusión en el Palacio Negro de Lecumberri), que se puso fin a la justicia social y el desarrollo compartido con Gustavo Díaz Ordaz, el ultimo presidente revolucionario?

Orden y respeto

Las tácticas desestabilizadoras son conocidas universalmente y sirven para propósitos diversos, siempre atendiendo el mandato de quien carga con los gastos. Salinas fue el inventor de sus propios fantasmas y así creó Antorcha Campesina, un organismo beligerante del sector campesino, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y dio instrucciones a su mandadera Elba Esther para crear una brigada de choque dentro del magisterio con la creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Posteriormente se crearon las organizaciones de la sociedad civil, siempre listas para hacer el caldo gordo al mejor postor. Ahora hay colectivos de todo género y propósito que se manifiestan sin problema y, junto a éstos, otras agrupaciones de encapuchados que aprovechan el incógnito para hacer desmanes a diestra y siniestra. En una total y absoluta incongruencia, los enmascarados portan banderas nobles y dignas, para atentar contra la paz, la tranquilidad y la seguridad pública, buscando represión.

Quienes tienen memoria, habrán de recordar que antes del asalto al pueblo de Atenco por parte de la Policía del Estado de México, en el que hubo allanamiento, robos, golpes, violaciones y hasta muertos, sin que hasta la fecha se haya abierto una carpeta de investigaciones en contra del gobierno de esa entidad, por la televisión de difundieron insistentemente escenas en las que un policía es agredido por pobladores de esa comunidad y aparentemente fue muerto mientras sus compañeros se mantenían a distancia.

Después se supo que fue un montaje para generar las reacciones que se dejaban escuchar en el mismo video, de condena a los pobladores de Atenco, a las autoridades que no hicieron nada y al gobierno por permitir que barbaridades como esas pasen en el país. Con ello se justificó uno de los más graves atentados en contra de una comunidad cuyo único delito era oponerse al despojo de sus tierras ancestrales.

Para romper esa inercia, Vicente Fox, antes de ser entregado a las garras de Salinas por Elba Esther y su protegido Jorge Castañeda, junto con Rosario Robles, presentó en el Museo de San Carlos a su gabinete de Orden y Respeto. Señaló que su principal objetivo sería garantizar la gobernabilidad a partir de la construcción de un gobierno moderno, democrático y federalista, con el compromiso de seguridad y justicia.

Posteriormente, por decreto del 20 de enero del 2005, expidió la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones, para que no hubiera duda acerca de la representatividad e interlocusión del sector producto con el gobierno y sus instituciones operativas. En su “Artículo 4.- Las Cámaras y sus Confederaciones son instituciones de interés público, autónomas, con personalidad jurídica y patrimonio propio, constituidas conforme a lo dispuesto en esta Ley y para los fines que ella establece”.

Y, explica: “Las Cámaras estarán conformadas por Comerciantes o Industriales, según lo dispuesto en las fracciones III y IV del artículo 2; sus Confederaciones estarán conformadas sólo por Cámaras.

Las Cámaras y sus Confederaciones representan, promueven y defienden nacional e internacionalmente las actividades de la industria, el comercio, los servicios y el turismo y colaboran con el gobierno para lograr el crecimiento socioeconómico, así como la generación y distribución de la riqueza. Son órganos de consulta y colaboración del Estado. El gobierno deberá consultarlas en todos aquellos asuntos vinculados con las actividades que representan”. De ahí ‘pa’l’ monte, gritos y sombrerazos de los que dizque representantes sectoriales y sus tácticas gansteriles de amenaza e intimidación, salen sobrando.