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Ora, hasta la mota

El negocio de la venta de marihuana con fines recreativos en California ha resultado tan exitoso que, al día de hoy, se diversifica y se extiende más allá de las fronteras de los Estados Unidos.

El negocio de la venta de marihuana con fines recreativos en California ha resultado tan exitoso que, al día de hoy, se diversifica y se extiende más allá de las fronteras de los Estados Unidos. No sólo se han abierto cientos de tiendas para la venta de la droga, sino que se ha convertido en insumo esencial para otros satisfactores que demanda la población, como son los panecillos con hierba agregada, los vinos con su esencia, etc.

El portal digital independiente SonoraPresente, publicó una nota en la que atestigua que: “El primer día de 2018 pasaron dos cosas: entró en vigor una ley en California que permite la venta de marihuana para uso recreativo y los clientes se arremolinaron para recibir el año con un par de gramos; hubo filas en cada una de las tiendas”.

Ora, hasta la mota

Pero, va mucho más allá cuando asegura que: “Entre los nuevos clientes no sólo hubo ciudadanos o residentes estadounidenses en las filas de 30 o hasta 40 personas, que esperaron más de una hora para comprar, también había gente de Tijuana que, en algunos casos como Roberto, cruzaron la frontera, encontraron los dispensarios, hicieron fila, compraron un par de gramos de marihuana y luego la cruzaron ilegalmente a territorio mexicano”. “Compro calidad en un producto seguro”, afirmó.

Mientras que el estado de California, que se agregó a una lista de ocho entidades y el Distrito de Columbia que liberalizaron su uso con fines lúdicos, ha encontrado un rico filón en la producción y venta de la cannabis índica, en México, entrampado en una guerra cruenta, mueren miles de jóvenes como resultado de las políticas persecutorias que no han tenido los resultados deseados, pues el problema sigue, crece y se agudiza.

En ocasiones anteriores se ha publicado en este espacio la declaración de John Ehrlichman, responsable de la política interna de EU durante el gobierno de Richard Nixon, quien aseguró en entrevista para la revista Harper’s, que la guerra contra las drogas fue una estrategia para contener a los grupos opositores a la guerra de Vietnam: los jóvenes liberales, la izquierda y la gente negra, mediante el estigma.

De hecho, se considera que California es el estado donde inició el consumo de la marihuana en la década de los 60s. Según Daniel Morcate: “En aquellos años, la adoptaron grupos de jóvenes contestatarios como símbolo de su rebeldía y debido a que es una hierba de baja toxicidad que sólo genera delirio persecutorio, no hubo alarma en la sociedad donde ya se aceptaba y era bien visto el consumo del alcohol”.

Los votantes californianos aprobaron en 2016, la despenalización que estipula que solo los adultos de 21 años o más pueden poseer, consumir en privado, regalar hasta una onza y cultivar un máximo de seis plantas de cannabis en sus residencias. Además se autoriza su venta comercial en establecimientos que serán supervisados el Estado. La ley, por otra parte, permite y promueve estudios y debates acerca de su consumo e impone elevados impuestos desatinados al tratamiento a quienes tengan problemas.

El 25 de octubre de 1988, Nancy Reagan, primera dama de los Estados Unidos y una denodada impulsora de un cambio de enfoque del fenómenos, afirmó categóricamente en las Naciones Unidas: “Si no podemos detener la demanda de drogas en Estados Unidos, habrá pocas esperanzas de evitar que los productores extranjeros satisfagan esa demanda. No lograremos nada si demandamos una carga de responsabilidad mayor en los gobiernos extranjeros que en los alguaciles, jueces y legisladores estadounidenses. El cartel de la cocaína no comienza en Medellín, Colombia. Comienza en las calles de Nueva York, Miami, Los Ángeles y en cada una de las ciudades estadounidenses donde se vende y compra crack”.

Ahora, por la tozudez institucional de ver el fenómeno de las drogas como un asunto de guerra, México perderá otra batalla en el reacomodo de la economía mundial. Ya no exporta petróleo ni gas, ora tampoco mota.