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Nada nuevo bajo el sol

Los intereses creados y protegidos por el Estado hasta hace dos años no cejan en sus empeños contra el cambio. Llaman persecución al llamado a pagar impuestos; autoritarismo a cumplir la ley

Lo que se ha dado en llamar crisis, desconocida para los mexicanos hasta antes de la década de los 70s, no es otra cosa que las estrategias que sigue el capitalismo salvaje para mantener sus privilegios y dejar caer las pérdidas sobre los castigados omóplatos de las clases asalariadas, cuyos ingresos de han desplomado desde entonces a un ritmo vertiginosos, en tan mientras que las grandes fortunas en manos de unos cuantos, crecen aceleradamente. Para ellos, la pérdida hoy es sólo un paso para ir más adelante.

Lo que ha venido ocurriendo desde finales del siglo pasado, ya había sido pronosticado en el XIX por Marx y Engels, quienes analizaron con mucho cuidado las redes de cooperación que existían en aquel entonces entre gobiernos, bancos, empresas y los agentes clave de la colonización, todos ellos con el apoyo de los medios de comunicación para crear una realidad virtual muy diferente al acontecer cotidiano en pleno siglo XXI, cuando siguen muriendo millones de niños y adultos por hambre y sed.

Nada nuevo bajo el sol

Valeria Vegh Weis, profesora de criminología de la UBA e investigadora de la Universidad de Nueva York, asegura que: “En estos días hablamos mucho de las fake news (y las post truth), que es algo que Marx ya hizo en su tiempo. Marx comprendía muy bien el poder que tienen los medios para influir la opinión pública. Estudiando los artículos que se publicaban llegó a la conclusión de que cuando los pobres cometían delitos, aunque fuesen menores, salían mucho más en la prensa que los escándalos políticos o los crímenes de las clases altas"; pero además, la explotación se presentaba como beneficio.

La investigadora va más allá cuando asegura que: “Al decir que los irlandeses estaban robando trabajos a los ingleses, o al enfrentar negros contra blancos, hombres contra mujeres o inmigrantes contra locales, conseguían que los sectores más pobres de la sociedad luchasen entre ellos. Y mientras tanto nadie controlaba a los poderosos". Aunque el marxismo apareció antes que el capitalismo como dos de los términos más utilizados en asuntos de economía, el alemán ya veía venir las estrategias de despojo. 

A principios de la centuria pasada, México siguió un camino propio derivado de la Revolución Mexicana, la primera revolución social del siglo XX, y de la Constitución del 17, la más avanzada de su época, lo que le permitió estar al margen de los estragos del capitalismo salvaje que promovía una serie de conflictos, muchos de ellos bélicos y fratricidas, para romper las barreras que impedía su libre apoderamientos de naciones que eran ricas en recursos naturales o que tenían posiciones estratégicas.

Fue hasta la apertura de mercados, entrega del poder político al poder económico y empoderamiento de las camarillas ahijadas por Salinas, que México fue perdiendo su esencia como un país autónomo, libre e independiente, dueño de su propio destino. La brecha entre los que tienen en abundancia y los que apenas pueden comer una vez al día, se ha venido ahondando de tan suerte que hay ricos tan ricos que pujan por el título de hombre más ricos del mundo, mientras los salarios también son los más bajos.

Ahora, que se busca poner orden en las economía y recuperar el estado de derecho para que todos los que en este país viven y trabajan cumplan con sus obligaciones y disfruten plenamente de sus derechos, se ha desatado una embestida feroz utilizando las mismas tácticas que fueron denunciadas por don Carlos. Los intereses creados y protegidos por el Estado hasta hace dos años no cejan en sus empeños contra el cambio. Llaman persecución al llamado a pagar impuestos; autoritarismo a cumplir la ley.

Ante esa circunstancia, es bueno recordar que: "una cuarta transformación implica fortalecer el mercado interno, tratando de producir en nuestra tierra todo lo que necesitamos consumir. Que todo mexicano pueda ser feliz donde nació, donde están sus costumbres y tradiciones. Que aquel que migre que sea por voluntad y no por necesidad". Los retos han venido a resultar mayores, no tanto por su naturaleza propia, sino por el empeño de los emisarios del pasado por mantener el estados de cosas.

Karl Marx falleció el 14 de marzo de 1883 y, además de haber profetizado los estragos de capitalismo salvaje, aportó algunas de las fórmulas más eficaces para conjurarlo mediante acciones de gobierno que responden a las demandas de la gente de carne y hueso. Entre ellas habría que destacar la jornada laboral no mayor a ocho horas diarias, seis días a la semana con descanso obligatorio pagado.

Quizá de mayor impacto sean sus teorías sobre el trabajo, en la que señala que: "Tu trabajo puede ser una gran fuente de alegría si puedes verte reflejado en los objetos que has creado. El empleo debería proporcionarnos la oportunidad de ser creativos y mostrar todo lo bueno de nosotros mismos: ya sea nuestra humanidad, nuestra inteligencia o nuestras habilidades. Pero, si tienes un trabajo miserable que no encaja con tu sensibilidad, terminarás sintiéndote deprimido y aislado". Estrés se dice actualmente.

Cada uno de los logros que ha tenido la humanidad a lo largo de su historia no ha sido un regalo gratuito del poder a los gobernados, sino de la capacidad de organización y defensa de sus intereses a la luz de las normas económicas, políticas y sociales que a sí mismos se han dado mediante la participación informada y razonada.

Básicamente dice que se debe vivir una vida más allá del trabajo. Una vida en la que se tenga autonomía, en la que se pueda decidir cómo se quiere vivir, una noción con la que la mayoría de personas está de acuerdo.