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Los rugidos de la bestia

Sobre explotación de la mayor riqueza que tiene el país: su gente, con políticas que dieron al traste con el sistema educativo

El grado de sofisticación de los argumentos en contra de las propuestas de la 4a. Transformación ha llegado a niveles casi grandiosos. Ora viene a resultar que la crisis (otra más) derivada del Covid 19 es una estrategia del gobierno de México para sacar raja política con el cuento de que el pueblo siempre está con el más débil. ¡Qué tontería! Este problema de salud se suma a los previos de inseguridad, violencia de género y generalizada, corrupción en el manejo de los asuntos públicos y resistencia al cambio en varias zonas.

Quizá lo primero y lo más importante es mantener la ecuanimidad, que se ha abusado tanto de la táctica de la crisis que las nuevas generaciones han vivido en una crisis permanente que estalló en el momento mismo en que el poder político quedó en manos del poder económico; primero por la impericia de don Miguel de la Madrid y luego con la entrega de los bienes de producción a los adalides del capitalismo salvaje que hizo Salinas. La economía nacional se mantuvo a flote con la sobreexplotación y la deuda.

Los rugidos de la bestia

Sobreexplotación de los recursos naturales, especialmente el petróleo crudo, del cual se enviaron a los Estados Unidos 3 y medio millones de barriles diarios en el régimen del becario de ingrata memoria, con precios tan elevados que bien pudieron haber sido el detonante del desarrollo nacional acelerado; sin embargo, todo se fue por el caño y se hizo necesario traer dinero prestado del exterior, incluyendo el famoso crédito contingente solicitado al Fondo Monetario Internacional, que, por fortuna, no se utilizó.

Sobre explotación de la mayor riqueza que tiene el país: su gente, con políticas que dieron al traste con el sistema educativo y, como resultado, una mano de obra pobremente capacitada, pagada con salarios miserables que no son suficientes para cubrir las necesidades de una persona y menos de una familia y que, por lo mismo, son, además inmorales, anticonstitucionales. La mujer fue sacada de la casa para llevarla a la maquila con jornadas de más de ochos horas días, salarios miserables y los abusos sabidos.

Y, junto al deterioro de la calidad de vida de los trabajadores, el avance de la violencia como forma de vida mediante las andanadas que se lanzan contra las mentes indefensas de los niños por medio de la televisión, la moderna nana que se ocupa de ellos mientras la madre trabaja y el padre está ocupado. Lo que aparenta ser programas de contenido infantil (que lo hay excelentes, con canciones e historias muy bellas), son en realidad mensajes subliminales que promueven el odio, la rebeldía, el caos, la violencia.

Esa estrategia mediática corresponde a los intereses de las poderosas industrias armamentistas. El artículo 3o. de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice que todos los seres humanos tienen derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad; sin embargo, las estadísticas demuestran una realidad muy diferente. Diferente y deficiente, pues las mismas estadísticas son desfasadas, atrasadas y vienen de estudios que realizan organismos que buscan recobrar el sentido humano de las relaciones sociales.

El estudio Global Mortality From Firearms, 1990-2016, realizado por la revista médica Journal of the American Medical Association, señala que tan sólo en 2016, más de 250 mil personas perdieron la vida por efecto de un disparo de arma de fuego. Pero, además, que la producción de armas de fuego continúa propagándose en todo el mundo, prácticamente sin ninguna regulación. Los cifras de hace diez años, consideradas las más actualizadas, estiman la reserva mundial de armas es de 857 millones.

A México, de acuerdo a los informes de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos, durante los últimos 10 años han ingresado ilegalmente alrededor de 2 millones 12 mil armas diversas, un promedio de 200.000 por año. De este total, las armas involucradas en crímenes de diversa naturaleza en México, el 41% viene de Texas, 19% de California; 15% de Arizona y 25%, del resto de Estados Unidos, estados donde no hay control sobre su compra-venta.

De tanto recurrir a la crisis como táctica de desestabilización y de manipulación masiva, se ha hecho posible trazar patrones bien definidos en cuanto a la realidad cotidiana y la realidad virtual, los medios para crear grupos e identidades cerradas que aparentan reclamar derechos que no lo son, las proclamas de odio y exclusión, el supremacismo de raza o clase y el amor a la violencia como entretenimiento. El hilo conductor es siempre el miedo, sea real, frente al peligro, o ficticio derivado de los ‘mass media’.

Esta crisis, como las otras, pasará. Lo importante es que impere la prudencia, la calma y el sosiego, desestimando los rugidos de la bestia.