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Miseria

Resulta que todos los males que padece la humanidad son por miseria

La palabra miseria encierra muchos significados, algunos de ellos contradictorios. Según sus raíces etimológicas latinas, miseria significa desgracia, infortunio; dos versiones de las que parten diferentes conceptos, puesto que el desgraciado es el que carece de gracia (chispa, garbo, favor).

En cambio, el infortunado es el escaso de fortuna, esto es de bienes. Una tercera interpretación es la de miserable como ruin, tacaño, cicatero. Pues, resulta que todos los males que padece la humanidad son por miseria.

Miseria

Es un lugar común referirse a la excesiva concentración de la riqueza que genera la mano del hombre al transformar los bienes que provee la naturaleza para hacer la vida más cómoda, segura y feliz. Al respecto se ha escrito mucho a lo largo de los siglos desde que los griegos se toparon con la filosofía y tanto Platón como Aristóteles condenaron la acumulación de bienes. Éste decía que: "La acumulación de dinero en sí es una actividad contra natura que deshumaniza a quienes se dedican a ello". Así es.

Cuando un miserable (ruin) hunde en la miseria (pobreza) a otro, se torna más miserable (desgraciado) y tendrá que cumplir la sentencia bíblica atribuida a Jesús, El Redentor: "Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos". Es posible que la pandemia haya calado hondo en la mente y el espíritu de hombres de buena voluntad que entienden la luz del mensaje.

Así, a mediados del mes de julio, 83 ultrarricos de distintos países crearon la organización Millonarios por la Humanidad y firmaron una carta en la que piden a sus gobiernos que les suban los impuestos para contribuir a cubrir los gastos sanitarios y destinar recursos para programas gubernamentales encaminados a reactivar la economía tras la pandemia de Covid-19. Están convencidos de que vivir y disfrutar de grandes sumas de dinero y la seguridad que esto aporta sin ayudar a la sociedad "está mal". 

En la parte medular expresan: "Tenemos dinero, mucho. Dinero que se necesita desesperadamente ahora y seguirá siendo necesario en los próximos años, a medida que nuestro mundo se recupere de esta crisis. A diferencia de decenas de millones de personas en todo el mundo, no tenemos que preocuparnos por perder nuestros trabajos, nuestros hogares o nuestra capacidad de mantener a nuestras familias (...) Así que por favor. Hágannos pagar impuestos, hágannos pagar impuestos. Es la elección correcta".

Después del revuelo que causó la publicación en diferentes medios de la carta de los ultra millonarios, que termina diciendo: "La humanidad es más importante que nuestro dinero", en todo el planeta se ha dejado sentir un silencio sepulcral y, sólo algunos gobiernos, como el de España, van en busca de una reforma fiscal que dé cabal cumplimiento a la iniciativa de los potentados, quienes consideran el impuesto a la riqueza "justo, patriótico y fortaleza la democracia en el país al reducir la desigualdad".

En el subcontinente latinoamericano, nadie ha dicho esta boca es mía. Por el contrario, siguen creciendo las colosales fortunas. "Mientras que todos los demás están viviendo con órdenes de confinamiento, tratando de sobrevivir y con el temor de enfermarse, los multimillonarios latinoamericanos ven como su patrimonio y privilegios van generando más de 413 millones de dólares diarios desde el principio de la pandemia, todos y cada uno de los días", afirmó el director ejecutivo interino de Oxfam, Chema Vera.

Fue más allá al denunciar que: "Los súper ricos nunca han tenido que preocuparse por ser desalojados por no pagar el alquiler o tener que decirles a sus hijos e hijas que hoy no hay nada que comer. Al contrario, han recolocado sus activos o invertido en más acciones, bonos, oro y bienes raíces, como ya lo hicieron después de la crisis económica mundial de 2008 y 2011. Mientras la gente muere y se enfrenta a la indigencia, la enfermedad y el hambre, es vergonzoso que un puñado de personas extremadamente ricas puedan estar amasando todavía más poder y riqueza". Miserables haciendo más miserables.

En contraste, recién se anunció que debido a que con la crisis provocada por la pandemia, se ha hecho mucho más notoria la desigualdad económica en la ciudad suiza y que unos 17,000 trabajadores cobran por debajo del salario mínimo en la actualidad, además de que, según diversos sindicatos, dos de cada tres son mujeres, se llevó a cabo una votación para aprobar la medida que representa una marca de solidaridad con los residentes más pobres de Ginebra. Elevar el salario mínimo a más de 4,000 dólares mensuales. Este ingreso mínimo de los trabajadores es el más alto de todo el mundo.

Ahí mismo, en Ginebra, sede de la Organización Internacional del Trabajo, se indicó que el esfuerzo conjunto y la solidaridad entre las organizaciones de trabajadores y de empleadores es esencial para responder de manera eficaz al impacto de la pandemia del Covid-19 en el mundo del trabajo.

En muchas partes del planeta, el Covid-19 ha puesto en peligro la salud y la seguridad de millones de personas, además ha ejercido una presión enorme sobre las empresas, los empleos y los medios de subsistencia. En las situaciones de crisis, la colaboración y el diálogo entre los miembros de las organizaciones empresariales y de empleadores y las organizaciones de trabajadores puede estimular el progreso económico y social y acelerar la recuperación.

Explicó Deborah France-Massin, directora de la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT: "Los dirigentes empresariales tienen un interés particular en la paz y la estabilidad y en estar bien preparados para las situaciones de crisis. Por su parte, los sindicatos, tienen un inmenso potencial de movilización a través de sus miembros; bien sea para ejercer presión a fin de lograr cambios legislativos y constitucionales que favorezcan a la fuerza de trabajo, o para actuar de manera rápida y eficaz cuando es necesaria la asistencia humanitaria".

Quizá sea el momento oportuno para que los miserables dejen de sembrar miseria.