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México como Venezuela

Quienes pronosticaron que con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador México estaría en condiciones similares a las de Venezuela, no se equivocaron. Las escenas de desabasto, irritación y hasta pánico que trasmiten los medios más importantes del país bolivariano, se están observando en México, aunque, claro, con el sabor y la pimienta de los aborígenes, que para eso se pintan solos y, no obstante que los venezolanos son guapachosos y bullangueros, no le llegan al albur.

Clásica es la frase que dice que ante la desgracia, los griegos hacen una tragedia, los argentinos un tango y los mexicanos un chiste. Ver las películas de la Época de Oro del Cine Mexicano con los grandes actores (Dolores del Río fue una de las notables divas de Hollywood, Pedro Infante ganó el premio de mejor actor del mundo en 1957, situándose al lado de Burt Láncaster, Sidney Poitier y Jean Gavin; María Félix dominó la escena en España, Francia, Italia y Argentina; Cantinflas ganó el Globo de Oro compitiendo con Marlon Brando y su película se llevó 5 premios Oscar), lo reafirma.

México como Venezuela

El singular ingenio de Tin Tan y de Piporro que con inimitable humor retrataban al México venido de la Revolución y amparado por la Constitución del 17, desapareció con la llegada de la "Docena Trágica", como llamó don Eulalio González a los gobiernos posteriores al régimen de don Gustavo Díaz Ordaz, durante la entrevista que el autor le hizo en la gasolinera de don Mateo Salinas, donde cargaba gasolina en el tanque de su camioneta. "Ahora se hace cine por decreto, de ficheras", dijo.

Ciertamente, el chiste de situaciones ("Mi hijo anda muy bien vestido: trae saco nuevo. ¡Nada, era el saco de pizcar"), el chiste político ("Álvaro Obregón fue el Presidente más honrado, porque solo disponía de una mano para robar": Palillo), dio paso al chiste pelado y luego al deleznable humor misóginos y posteriormente homófobo. Todos los espectáculos: teatro, cine, radio, televisión y hasta las redes cibernéticas, están volcadas al humor procaz, agresivo, morboso, y casi repulsivo.

Jorge Ortiz de Pinedo, vástago del genial humorista del mismo nombre, ha tenido que cambiar sus rutinas para adecuarlas a las demandas del público amante del batacazo y la cuchufleta. Dice: "Ahora, la gente tiene miedo y está enojada. No le gusta ver cómo se burlan de ella la corrupción y la delincuencia cada vez más organizada. Su enojo se ha traducido en un humor más agrio. El lenguaje se ha vuelto menos creativo y ha dado lugar a la grosería, al insulto". Realidad indudable.

Pero, tornando al tema comparativo; pues, sí. Hoy México padece una situación similar a la de Venezuela. Lo que habría que ver es si eso favorece a los provocadores y la comunidad se deja envolver en la sicosis inducida; o si, al ver reproducidas en su país las tácticas de desestabilización, los aborígenes entienden mejor cuál es la situación real de Venezuela, hostigada desde los cuatro confines por los adalides del capitalismo salvaje, especialmente el interés de empresas petroleras.

El presidente Andrés Manuel López Obrador fue tan claro y preciso como asegura san Juan que fue Jesús cuando dijo: "Anda y no peques más". Aquí fue anunciado el plan de amnistía para todos los que violaron la ley y afectaron el bienestar, la paz y la seguridad del pueblo mexicano, con la condición de que ya no volvieran a las andadas ni se empeñaran en seguir sangrando la economía nacional que tiene que crecer al ritmo que demanda acceder a la justicia social. Unos entendieron.

Unos entendieron y como el buen ladrón, arrepentidos buscaron colocarse en las huestes que llevarán a cabo la reconstrucción institucional y la regeneración nacional. Otros, se arrochelaron entres las facciones beligerantes y han pintado su raya, iniciando un feroz embate en contra de las propuestas del nuevo gobierno para retomar la senda del crecimiento efectivo con igualdad de oportunidades. La mafia del poder dimanada de los 30 que entregaron 25 millones de dólares a Salinas para apoderarse del país, los medios sediciosos que temen perder sus millonarios ingresos y los partidos políticos que sacaron colosal raja del proyecto neoliberal, están dando la batalla.

En los días que corren, como antes en Venezuela, se está provocando una histeria colectiva con lo que se ha dado en llamar desabasto de gasolina, que no es tal. En la televisión se ven las laterales de la Avenida Insurgente en la Ciudad de México, que pueden ser otra gran avenida de cualquier ciudad, atestadas de vehículos (como siempre lo están), y lo hacen pasar como colas en pos de gasolina, mentira que se evidencia cuando les gana el semáforo y los autos empiezan a moverse. En los mercados se ponen palabras en la boca de los declarantes y ayer se llegó a afirmar que una papaya que costaba 30 pesos el kilo, se estaba vendiendo en 180, por falta de gasolina y que pronto los mexicanos no tendrán qué comer. Ya nomás falta que, como en Venezuela, se muestre algún anaquel vacío, y se diga que, aunque ahora hay dinero porque la economía se recupera, no hay qué comprar. Las tácticas mediáticas serán efectivas en la medida que la gente se deje sorprender.

La resistencia de los gasolineros abusivos (que hay muchos decentes), llega a tanto que las medidas implementadas por las autoridades, como el racionamiento en la venta o la programación del abasto por sectores, para que todos alcancen, son rechazadas, disque porque en su negocio nadie les va a imponer nada. Ya se empieza a ver el mercado negro y la venta selectiva.

Pueden hacer lo que sea, que los aborígenes sabrán responder, como han hecho siempre.