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Los zapatos de Nancy

Cuando la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, habló por más de ocho horas ininterrumpidas, buscó que fueran incluidos en los acuerdos presupuestarios (que impediría el cierre de gobierno, que finalmente ocurrió), los problemas de inmigración que actualmente mantienen en vilo a un elevado número de migrantes llegados a territorio americano cuando eran niños y han hecho su vida ahí.

Cuando la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, habló por más de ocho horas ininterrumpidas, buscó que fueran incluidos en los acuerdos presupuestarios (que impediría el cierre de gobierno, que finalmente ocurrió), los problemas de inmigración que actualmente mantienen en vilo a un elevado número de migrantes llegados a territorio americano cuando eran niños y han hecho su vida ahí.

Pelosi está convencida de que cuando menos el 80 por ciento de los norteamericanos apoya el programa Daca, cuyo fin fue anunciado el pasado 5 de septiembre de 2017, por el Fiscal General de los Estados Unidos, Jeff Sessions. El programa conocido como Acción Diferida o Daca protege a los ‘dreamers’ de la Deportación y les reconoce la posibilidad de sacar un permiso de trabajo renovable cada 2 años, beneficiando a más de 800 mil jóvenes que actualmente estudian o trabajan. El Daca termina el 5 de marzo.

Los zapatos de Nancy

Además de que una mayoría estadounidense apoya al programa, desde que se hizo efectiva la orden del presidente Donald Trump, 15 estados y el Distrito de Columbia se han agrupado para presentar una demanda en contra del gobierno federal por lo que consideran cuatro violaciones legales: dos que responden a la Ley de Procedimiento Administrativo, y otras dos relacionadas al debido proceso y a la igualdad ante la ley.

Sin embargo, la columnista Karen Tumulty, del The Washington Post, ha hecho notar que la prensa, en lugar de enfocar el asunto de la migración, puso atención al hecho de que la congresista Nancy Pelosi, que ya pasó a la historia por su discurso tan largo, haya aguantado de pie tantas horas utilizando unas zapatillas con tacón de agudo de cuatro centímetros de alto. Manifestó que nadie se fija en los zapatos de los varones.

Admitió que hay un montón de cosas que odia sobre una industria de la moda que impone el dolor como el precio de la elegancia.  “A veces, un zapato es sólo un zapato. Y a veces, hay algo inspirador que añade un grado extra de dificultad para permanecer de pie sin tambalearse. Así que está bien tomar nota y animar a la mujer que lo hace”.

Dejando de lado la moda, es necesario señalar que el fin del programa Daca no es tan dramático como se piensa y, bien visto, puede resultar de mayor beneficio. A cambio del Daca, el presidente Trump ha propuesto, que además de la regularización de la situación jurídica de los dreamers, más de un millón de jóvenes en situación migratoria irregular también podrían calificar para una norma migratoria que les permita, aunque por una vía larga y sinuosa, obtener la ciudadanía. Es una opción.

A cambio de ello, el mandatario exige un presupuesto de 25.000 millones de dólares para construir el muro fronterizo con México, lo que tiene todos los asegunes del mundo y que no ha podido ser contrarrestado por la ineptitud de los representantes mexicanos que se conforman con gritar a los cuatro vientos que ‘no lo pagan, no lo pagan y no lo pagan’. El gobierno mexicano ha demostrado una debilidad extrema en cuanto a las exigencias del vecino, que tiene un estilo bravucón, pero que sólo asusta.

Si se toma en cuenta que alrededor de un millón y medio de los jóvenes beneficiarios del proyecto Trump son mexicanos, habría que decir, que, a cambio de que se erijan unos cuantos pedazos más del muro fronterizo que se inició durante la administración del presidente Bill Clinton, signatario del Tratado de Libre Comercio de la América del Norte, y seguido por George Bush y Barack Obama, el canje viene a resultar muy bueno.

Durante toda su vida, en su libro autobiográfico y en el primer año de su gobierno, el presidente Trump a demostrado ser un negociador nato. Como recomendaba el general chino Sun Tzu en su libro antiguo y clásico, El arte de la guerra: “Utiliza muchas señales para confundir las percepciones del enemigo y hacerle temer tu temible poder militar. De esta forma, haces desaparecer la energía de sus ejércitos y desmoralizas a sus generales”, el mandatario estadounidense ha asustado a sus homólogos, entre ellos a los aborígenes, incapaces de luchar por los mexicanos de allá.

Con un poco de inteligencia, como la que permanentemente demostraron los gobiernos revolucionarios, México y los mexicanos de aquí y de allá, podrían sacar enormes ventajas de las políticas del vecino, que no va contra la gente, sino que buscan poner orden en un asunto que se mantenía embrollado en cumplimiento de aquella máxima que dice: “A río revuelto, ganancia de pescadores”.

Los zapatos de tacón alto de Nancy, son parte del empeño por los dreamers.