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Los astros alineados

Cuando Bloomberg asegura del candidato a la presidencia de la República por Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, que: “Su estilo impetuoso se ve como la mejor manera de enfrentar la hostilidad de Trump”, se refiere a uno solo de los aspectos que lo han convertido en el favorito de los votantes, según las encuestas, en las que ha mantenido una tendencia constante al alza, en tanto que los otros bajan.

De hecho, AMLO representa la posibilidad de superar el triángulo perverso que ha convertido al Anáhuac en una nación postrada ante los poderes fácticos, la crisis de institucionalidad y la delincuencia organizada. Se le percibe como el hombre que puede poner fin a la injusticia social que ha permitido la acumulación irracional de la riqueza en unas cuantas manos estériles, a costa de la atroz miseria de las mayorías. 

Los astros alineados

Lo ha manifestado de manera reiterada: los programas sociales dejarán de ser entes clientelares por medio de los cuales se exige el voto por el continuismo; en adelante habrán de servir para que todos los niños asistan a la escuela, para que los jóvenes tengan garantizado un lugar en las universidades, y, si no hay alternativa, entonces a capacitarlos en tareas que les proporcionen un modo honesto de vivir con dignidad.

No se buscará que los potentados regalen su dinero, sino que pague salarios justos a trabajadores con altos niveles de productividad, cada quien aportando lo mejor de sí mismo. Esa fórmula tan simple, fue lo que debió hacerse en lugar de iniciar una guerra que no está dando los resultados deseables, y que ha costado ya demasiadas vidas. Los sistemas productivos estarán ligados y enfocados a satisfacer necesidades internas.

La misma fuente señala que: “Enrique Peña Nieto se presentará para la elección con unos índices de aprobación muy bajos que difícilmente ayudarán a un sucesor elegido a dedo. Su administración ha sido perseguida por varias acusaciones de corrupción y no ha sido capaz de estimular la economía para que crezca lo suficientemente rápido como para satisfacer a la clase media”. Lo saben en el exterior y lo confirman dentro.

La corrupción ha dañado severamente a las instituciones, que se acomodan con el único propósito de servir al presidente y a la camarilla en el poder, sea económico, político o social. El ejemplo más elemental fue el de la Casa Blanca y la nominación de Virgilio Andrade como secretario de la Función Pública para conocer del caso y ver si hubo conflicto de intereses en su adquisición. Obviamente, el amigo del presidente lo exoneró y actualmente la dependencia está a cargo de Areli Gómez, para servir al amo.

Aunque se ha buscado afectar al candidato puntero con algún señalamiento que no ha tenido sustento, su propuesta es erradicar la corrupción de cuajo, para que el país y los paisanos vuelvan a confiar en sus instituciones y en los valores que hicieron que este país un ejemplo en el mundo. Su ideario, lo ha señalado, es de esencia juarista y con el sentido republicado del Benemérito, ha encontrado en los hombres de buena voluntad una respuesta que se va convirtiendo en un alud que aquí y allá se reconoce.

Bloomberg también advierte que: “Los inversionistas están más preocupados por la promesa del candidato de revisar y posiblemente revertir las difíciles reformas que abrieron las industrias del petróleo y la electricidad a las empresas privadas como Chevron , Exxon Mobil , Total y China National Offshore Oil Corp”. Si ha preocupación es evidencia de que no todo estuvo claro en las negociaciones para abrir las fuentes de energía a los inversionistas privado, nacionales y extranjeros; porque, como dice el dicho, “el que nada debe, nada teme”. Si hay algo que corregir, ¡que se corrija!

Por lo que hace al problema de la seguridad pública, que sigue sin resolverse, sus propuestas dan confianza y tienen el respaldo de quienes conocen del tema.

De hecho, ¡los astros están alineados!