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Las bases

El sector empresarial mexicano ha sido claro y preciso al señalar que están disponibles enormes recursos para invertir en los proyectos de desarrollo del gobierno

En vísperas de la llegada de Morena a la presidencia de la República, es un buen momento para hacer un balance de lo logrado. Atendiendo las voces sensatas y enteradas, quizá lo más importante haya sido la confianza que han generado las medidas implementadas por el gobierno de la Cuarta Transformación, con las que prácticamente todos están de acuerdo, excepto los afectados, los acostumbrados a la transa y a la riqueza fácil y rápida.

El sector empresarial mexicano ha sido claro y preciso al señalar que están disponibles enormes recursos para invertir en los proyectos de desarrollo del gobierno, con lo que se crearán muchos, muchísimos empleos de calidad en prácticamente todo el territorio nacional. Habiendo disponibilidad de puestos de trabajo, necesariamente los salarios se irán para arriba, más allá de lo que dispongan las autoridades del trabajo y la Conasami.

Las bases

Si hay oportunidad de empleo bien remunerado, no sólo se detendrá la tendencia que precarizaba el trabajo en beneficio de la acumulación del capital, y no correrá mucha agua debajo del puente para que el poder de compra de los asalariados empuje la economía nacional a una plena expansión sin el riesgo de la inflación, porque la justa retribución del esfuerzo de quienes únicamente tienen sus manos para ganar la gorda, estará respaldada.

Eso ha llevado a que los sectores vulnerables de la sociedad reconozcan el esfuerzo que está haciendo la administración pública por avanzar en el desarrollo compartido y manifiestan su respaldo a las medidas que se han tomado y las que en breve habrán de implementarse para cerrar la brecha entre los que tienen en exceso y los que de todo carecen. Ya lo dice un viejo y conocido refrán, en los asuntos de la justicia, todos coludos o todos rabones.

Hay confianza en el interior arriba y abajo, falta sumar a los sectores de la clase media que no fueron tocados aún por los estragos del neoliberalismo y que, por lo mismo, hacen que la Virgen les habla y permanecen ajenos a la tarea de restaurar los valores que emanan de una economía humana y racional que se sustenta en el equitativo reparto del beneficio de la producción moderna, innovadora, respetuosa de la naturaleza que provee las riquezas. 

Hay confianza también en el exterior porque los estudiosos de los fenómenos políticos, económicos y sociales han entendido que la Cuarta Transformación puede ser el último llamado antes de la barbarie y de la destrucción que ha sido vaticinada ya muchas veces por todos los medios, incluyendo el libro del Apocalipsis, en que se asienten los principios de la vida sana, productiva y feliz, que nada tiene que ver con la avaricia y la explotación.

Como la cancelación de los proyectos demenciales en los que tenían metidas las manos todos los tiburones del capitalismo salvaje, no produjeron un alud de medidas de sanción que pedían a los organismos financieros internacionales, por el contrario, sembraron un gran interés por invertir en México, donde ahora hay reglas claras; como no prendieron las campañas mediáticas que han convertido a la nota roja en la noticia principal, ahora buscan la intervención de los grupos extremistas para hacer más resistencia a los cambios.

Ciertamente, falta mucho por hacer, porque Roma no se hizo en un día, ni la ciudad ni la película, y el desastre que dejaron los gobiernos irresponsables es terrible; pero, ya están puestas las bases desde las cuales seguir adelante para alcanzar las metas de un desarrollo sostenible y una prosperidad compartida tantas veces anunciados, otras tantas pospuestas porque el demonio no descansa nunca y la tentación de los billetes fue mayor a las buenas intenciones. El cambio ya empezó y, como al tren, difícilmente lo podrán parar unos cuantos mal intencionados.