Editoriales > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

Largas colas

La decisión debe centrarse en el valor, moral, capacidad, pero sobre todo en la vocación de cada uno de los aspirantes

No sé si sea la falta de chamba, triunfalismo u oportunismo político, pero fueron impactantes las filas tan largas que se hicieron en el comité estatal de Morena para registrarse como aspirantes a los 22 distritos electorales del Estado. Bueno, fueron tantos que hoy me da miedo salir a la calle y atropellar a alguien, lo más probable sea un aspirante.

Tan nutrido contingente no es privativo de Tamaulipas, en otros estados que concurren elecciones éste año ocurrió lo mismo. Hay distritos con más de 30 aspirantes y esto nos lleva, por fuerza, a valorar éste fenómeno. 

Largas colas

Como antes señalaba: tanta participación se debe, creo yo, al efecto triunfalista que llevó a la Presidencia de México a Andrés Manuel López Obrador y a su partido a tener mayoría absoluta en ambas cámaras. Ese mismo efecto, sumado a la debacle priista en el Estado ha dado bríos a cientos de personas a subirse al barco de Morena en las próximas elecciones. Esto es como si fuese una “Albercada”. Todos corren y se lanzan a la alberca para disfrutar de las frescas aguas veraniegas. Por lo mismo no deja de llamar la atención el salpicadero y el sobre cupo por todos lados. Tampoco falta quien se orine dónde todos están pasando un buen rato. 

Este ejercicio democrático interno de Morena es especialmente único y especial. Las candidaturas serán sumamente complicadas de sacar adelante. Por obvias razones serán más los decepcionados. Porque el partido es demasiado joven como para que su estructura institucional maneje esta ola de aspirantes. Mismos podrían convertirse en maremoto de descontento.

Ya vemos algunas expresiones de enojo de los morenistas fundadores que se sienten con derecho al tanto tan solo por antigüedad. Cosa ridícula pues el partido solo tiene cuatro años y ya se sienten con derechos de origen. Solo debemos recordarles que hace tres años los morenistas no lograron nada en la elección estatal, ni un solo municipio, tampoco una curul. 

Y aunque sus números hablan en su contra y el argumento de haber estado en las malas le merece servirse en las buenas es deplorable, en cambio sí les asiste la razón cuando se habla de la vocación política. Morena es un partido más de centro que de izquierda, aunque sus fundadores en su mayoría sean de izquierda, la política nacionalista del Presidente Obrador esgrime matices de centro. Su mismo discurso de toma de posesión lo señaló al ponderar la labor de Don Antonio Ortiz Mena. 

Por otro lado están los que se subieron al barco de Morena durante la campaña del 2018 y que participaron activamente sin estar registrados en el partido. Creo yo, éstos son mayoría y tienen en su haber ese protagonismo durante las elecciones federales, aun siendo parte de la base electoral de Morena, muchos fundadores les desconocen. Y por último están los que se quieren subir al barco cuando el suyo está encallado. Y si bien el capital político de muchos de ellos vale la pena aceptar, también se debe actuar con cautela. 

Para entender esto vale la pena volver a una conversación que tuve hace algunos años con el actual Presidente. En esa ocasión él sostenía que era mejor perder una elección que llevar al poder a alguien dañino para el partido, en aquel entonces el PRD. Yo no estuve de acuerdo. No podíamos hacer el cambio si no ganábamos elecciones. Años después vino lo de los 43 en Guerrero. Dónde por encuesta se dio la candidatura a Ángel Aguirre para gobernador y por la misma vía la candidatura a la alcaldía de Iguala a Abarca. Ambos venidos del PRI. Garantizaban el triunfo, pero también crearon un gran desprestigio al PRD. Fue hasta entonces que le concedí la razón al actual Presidente de México.  

Lo mismo puede ocurrir hoy en día con tanto aspirante a las curules tamaulipecas. Afortunadamente para Morena han mandado a un gran operador político al Estado; Alejandro Rojas. Y aunque no está en sus manos la selección de candidatos si sabrá evaluar muy bien los atributos y defectos de los aspirantes haciendo valer su opinión. 

La decisión debe centrarse en el valor, moral, capacidad, pero sobre todo en la vocación de cada uno de los aspirantes. Ganar es importante, llevar al poder hombres y mujeres ejemplares es la obligación de Morena.

Por último; aclaro el nombre de ésta columna, “Largas colas”, no me refería a las filas, sino a uno que otro aspirante.