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La maldición de Harvey los viernes

En 1963, el viernes 22 de noviembre, en Dallas, a las 12:30 del mediodía, el empleado de una librería, de nombre Lee Harvey Oswald, disparó tres tiros, dos mortales, en contra presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy

En 1963, el viernes 22 de noviembre, en Dallas, a las 12:30 del mediodía, el empleado de una librería, de nombre Lee Harvey Oswald, disparó tres tiros, dos mortales, en contra presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy; este año, el viernes 25 de agostó, el huracán Harvey, de categoría 4, llegó a la costa de Texas, para degradarse en breve plazo y convertirse en devastadora tormenta tropical que provocó severos daños.

Son datos coincidentemente curiosos; pero, que reflejan en Texas los resultados de dos eventos venidos desde lejos, cuyos presagios ominosos fueron marcando una ruta que finalmente culminó en esta entidad, considerada entre las más prósperas de la Unión Americana, además de la segunda en tamaño y población, luego de Alaska y California. En ambos casos, los daños han sido muy severos y la recuperación tardará hartos años.

La maldición de Harvey los viernes

En el caso de Kennedy, las dudas persisten, pues Lee Harvey Oswald detenido después del asesinato del oficial de policía de Dallas, J.D. Tippit, fue formalmente acusado de la muerte de Tippit y de Kennedy, aunque siempre negó haber sido responsable de estos crímenes; pero, se llevó a la tumba lo que sabía, porque mientras era trasladado bajo una cerrada custodia de la policía, Jack Ruby un pistolero de Dallas le disparó y lo mató.

Con respecto a la tragedia de Houston, queda mucho por decir y seguramente que habrá de servir para modificar muchos de los criterios que actualmente han permitido que los centros poblaciones crezcan de manera desmesurada y sin una rigurosa planificación urbana, atendiendo todos los elementos de que disponen las nuevas ciencias que reúnen

los instrumentos técnicos y normativos para regular y ordenar el uso del suelo y sujetar al interés colectivo y el respeto al medio ambiente las condiciones bajo las cuales puede autorizarse su transformación o, en su caso, conservación, siempre en busca de lo mejor.

Ya en este momento se han alzado voces que señalan la mala planeación de la urbe. Hay quien asegura que Houston casi no tiene restricciones en el uso de la tierra, y que es un ejemplo extremo de lo que puede salir mal. Aunque las leyes laxas han permitido a los desarrolladores atender el crecimiento rápido de la ciudad (casi dos millones por año desde el inicio de siglo), también ha llevado al crecimiento anárquico de la mancha urbana, de concreto y de cemento, afectando amplias praderas costeras de mitigación.

De acuerdo a lo que han publicado el Texas Tribune y ProPublica, una organización de caridad que financia el periodismo de investigación, desde el 2010 el Condado de Harris ha permitido la construcción de más de 8,600 viviendas en zonas de llanuras propensas a la inundación, con un riesgo del 1 por ciento de que esos lugares se inunden cuando menos una vez al año con lluvias normales de acuerdo a registros regionales históricos.

A esta expansión irresponsable de la mancha urbana en lugares como Houston, debe de agregarse la falta de atención a los avisos que está dando la propia naturaleza. Se habla mucho del calentamiento global; pero, no se ha tomado en cuenta que la frecuencia y severidad de los huracanes varían inusualmente. Los Estados Unidos han resentido muy poco los efectos de los meteoros ocurridos en en la última década; por ello no tienen un mayor interés en conocer los efectos del cambio climático y hasta existe quien lo ignora.  Pero, ya no hay forma de negar que las lluvias son cada vez más intensas, extensas y devastadoras: los mares más calientes se evaporan con mayor rapidez y el aire caliente puede contener más vapor de agua, que libera energía cuando se condensa dentro de un lapso de tiempo, alimentando la violencia de las tormentas y la intensidad de la lluvia.

El aumento del nivel del mar sigue una tendencia especialmente marcada en el Golfo de México, que exacerba las mareas y tormentas, que terminan en graves inundaciones. Harvey fue inusualmente devastador porque repentinamente adquirió fuerza antes de que tocar tierra el viernes 25; luego, se quedó varado, derramando su lluvia en Houston antes de regresar al Golfo.

Tiempo es de razonar sobre estos acontecimiento que, curiosamente coincidentes, vienen a Texas a dejar su mensaje.