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La mano que mece la cuna

La incongruencia queda evidenciada cuando las cadenas de televisión informaban, textualmente que: “La principales redes sociales –Twitter, Facebook e Instagram– bloquearon temporalmente las cuentas oficiales del presidente Donald Trump mientras se desataban las violentas protestas en el Capitolio de Washington D.C., esto con el fin de no propagar mensajes de incitación y hacer un llamado a la calma”

taba lista la operación mediática que pintaría a un presidente desencajado arengando a sus partidarios a salir a la calle y marchar al Capitolio. Algunos medios trataron de saltarse las reglas para dar la primicia; pero, fueron contenidos porque la ‘noticia’ debía salir al mismo tiempo y en todo el planeta, de tal suerte que resultara un verdadero impacto publicitario. Inclusive, la canciller alemana Angela Merkel se fue con la finta televisiva; o tal vez no.

Curiosamente, una mujer científica de muchas luces y política de grandes prendas, no espero a recibir un informe cabal, preciso y concreto de sus diplomáticos y analistas; guió su criterio, según ella misma afirma, por las escena de violencia que vio a través de la televisión. Luego dijo: “El presidente Trump lamentablemente no ha reconocido su derrota desde noviembre, ni tampoco ayer, y eso naturalmente ha generado una atmósfera que hace posible incidentes violentos”. Después expresó su enojo y tristeza por las imágenes del asalto al Congreso, y calificó de trágico que haya personas que perdieran su vida. 

La mano que mece la cuna

La impresión que tuvo la canciller es la misma que recibieron millones de personas alrededor del ancho mundo: Donald Trump incitando a sus partidarios a rebelarse en contra de lo que ha dado en llamar un fraude electoral, y éstos tomando por asalto las instalaciones del recinto legislativo ‘pertrechados con armas de fuego’. Frases cortas entresacadas de sus discursos más incendiarios, daban la impresión de que se trataba de un nuevo Napoleón al frente de sus huestes, alentándolos a la toma de La Bastilla.

Mientras, las redes cibernéticas eran bloqueadas y las estrategias que han permitido al Social Media Marketing dominar la economía del planeta y ahora la política, ponían en juego sus recursos para evitar que el mandatario tuviera contacto con sus partidarios e hiciera pública una versión propia de lo que estaba ocurriendo. Inclusive, algunos de sus tuits más importantes, fueron borrados: “Ahora deben irse a casa. Debemos tener paz”. O: “Pido a todos en el Capitolio de Estados Unidos que permanezcan en paz. ¡Sin violencia!”, o el ruego a: “recordar que el Partido Republicano es el partido de la ley y el orden”.

La incongruencia queda evidenciada cuando las cadenas de televisión informaban, textualmente que: “La principales redes sociales –Twitter, Facebook e Instagram– bloquearon temporalmente las cuentas oficiales del presidente Donald Trump mientras se desataban las violentas protestas en el Capitolio de Washington D.C., esto con el fin de no propagar mensajes de incitación y hacer un llamado a la calma”.

Todo este sainete presagia malos tiempos para el planeta y sus habitantes. No puede desligarse de los sucesos funestos ocurridos con Brasil con la defenestración de Dilma Roussef y el intento de juicio político contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva; de la sentencia en contra del expresidente Rafael Correa de Ecuador; del proceso que la Cámara Federal de Casación Penal de Argentina tiene abierto en contra de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner; del golpe de Estado en Bolivia en contra del presidente reelecto Evo Morales; del autoproclamado presidente de Venezuela, el mimo Juan Guaidó.

Lo ocurrido en los Estados Unidos tiene muchos de los elementos estratégicos que han caracterizado a quién fue uno de los artífices de la llegada de Donald Trump a la presidencia. No puede ocultarse la cola de Steve Bannon, de quien Wikipedia dice: “Es un ejecutivo de medios estadounidense, estratega político, exbanquero de inversiones y expresidente ejecutivo de Breitbart News. Se desempeñó como estratega jefe de la Casa Blanca en la administración del presidente de los Estados Unidos Donald Trump, durante sus primeros siete meses de mandato hasta el 18 de agosto de 2017, cuando fue despedido. Ha sido vicepresidente de la empresa Cambridge Analytica, involucrada en el escándalo con Facebook por extraer información sin consentimiento de los usuarios. Luego de la Casa Blanca, Bannon ha hecho campaña y ha ayudado a varios movimientos políticos europeos de derecha y extrema derecha”.

Ante a los partidarios del Frente Nacional francés, afirmó: “La historia está de nuestro lado y nos llevará de victoria en victoria” y “Patriotas de todos los países, uníos”. Su fundación que lleva por nombre ‘The movement’, logró varios triunfos de la extrema derecha en Europa en 2019 y 2020 y sus tácticas de manipulación se han dejado ver en los sucesos más recientes.