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La independencia de México

La versión más rigurosa con respecto a la historia nacional

Las fiestas de la Independencia de México se empezaron a celebrar mucho antes de que se lograra el triunfo del movimiento insurgente y con un sentido muy diferente al inicial. Han sido los vaivenes del acontecer nacional los que han creado los usos y costumbres que ahora se festejan con mucho ánimo y fervor. En Los Sentimientos de la Nación, también llamada la Constitución de Apatzingán, se señala como parte de las obligaciones del pueblo solemnizar el 16 de septiembre.

La versión más rigurosa con respecto a la historia nacional, señala que las palabras de don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de la parroquia de Dolores- Hidalgo, Guanajuato, la mañana del 16 de septiembre de 1810, fueron: "Mexicanos: Mueran los gachupines. Muera el mal gobierno. Viva Fernando VII. Viva la América libre. Viva la Virgen de Guadalupe" convocando a un levantamiento armado, desde luego sin enarbolar la bandera que aún no existía. Sus contingentes era criollos.

La independencia de México

La idea era independizar a la Nueva España de la metrópoli, invadida por las fuerzas de Napoleón Bonaparte y traer al país a Fernando VII como rey regente en todos los confines de la Corona española. Sin embargo, al morir Hidalgo toma la estafeta José María Morelos y Pavón, con Ignacio López Rayón como el gran ideólogo de lo que sería el Estado mexicano, principiando con la promulgación de una constitución, que empezada diciendo: "Artículo 1.- Que la América es libre é independiente de España y de toda otra Nación, Gobierno ó Monarquía, y que así se sancione, dando al mundo las razones". Aún no se sabía que la Nueva España sería México; se dijo América.

La misma constitución, Artículo 23, dice: "Que igualmente se solemnice él día 16 de septiembre todos los años, como él día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre él mérito del grande Héroe él señor Dn. Miguel Hidalgo y su compañero Dn. Ignacio Allende". Fechada el día 14 de septiembre de 1813, antes de que Morelos fue aprehendido y fusilado y se creara la República.

En últimas fechas se ha desatado una controversia inútil, dado que se dice que fue Antonio López de Santa Anna, de quien Luis G. Cuevas, en sus Memoria como Ministro de Relaciones, señala que: "La historia y la posteridad no podrán comprender las causas de la elevación de un general, que aunque distinguido por algunos servicios muy importantes y gloriosos, ha sido conocido siempre como el menos capaz de respetar las leyes y ejercer con acierto la autoridad pública. No podrán decir cómo, con tantos elementos felices para hacer el bien no dejó tras de sí sino el desorden, el descontento de todas las clases y, lo que es más, un sistema particular de desmoralización", fue el responsable de que el Grito de Independencia se dé el  15 de septiembre en la noche. Pero, no.

La realidad es que fue don Porfirio Díaz, otro de los personajes polémicos de la historia nacional, quien, luego de trasladar la campana de Dolores al Palacio Nacional, en la Ciudad de México, instituyó la Ceremonia del Grito el día quince, fecha de su cumpleaños, pues su nacimiento ocurrió en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Luego de la ceremonia, seguía el festejo en el Palacio, en tanto que la gente del pueblo se regodeada con bebidas típicas, especialmente pulque, y tamales, en el Zócalo.

Al triunfo de la Revolución, se consideró importante mantener el ritual del grito, complementado con el desfile militar del 16, que hasta la fecha concentra a una elevado número de personas que sienten el fervor patrio en su pecho cuando los gobernantes recuerdan la gesta del cura Hidalgo y los próceres de la Independencia. Así ocurrirá hoy y mañana, cumpliendo uno de los propósitos del general Morelos, de mantener viva la memoria de quienes dieron a los mexicanos patria y libertad.

Morelos de cuya inspiración el Artículo 5º de la Constitución de Apatzingán señala: "Que la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que solo quiere depositarla en el Supremo Congreso Nacional Americano, compuesto de representantes de las provincias en igualdad de números". Y un 12º en que se señala: "Que como la buena ley es superior á todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen á constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente él jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y él hurto".

Principios éstos que fueron recogidos por la primera Constitución formal de los Estados Unidos Mexicanos, de 1824, promulgada por Guadalupe Victorias, el primer presidente de la República Mexicana.