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Entre las tasas altas y la usura

El dinero debe estar al servicio del ser humano, no al revés

Por diversas plataformas se ha difundido la idea de que la carrera armamentista es sólo la cara visible del gran negocio de la usura. Generar deuda, deuda impagable, es la tarea de los organismos financieros internacionales y, desde luego, de las instituciones crediticias al interior de los países. Las pérdidas por impago de la deuda es muchísimo menor a las ganancias colosales que deja la usura tolerada por las autoridades que han ideado la autonomía de los bancos centrales para lavarse las manos como Pilatos.

Durante la semana que termina, el Banco de México decidió recortar la tasa de referencia, esto es, el interés que cobra a los bancos por las disposiciones de fondos para realizar sus operaciones de crédito al público, para dejarla en un 7 por ciento, que sin ser óptimo, cuando menos enfila a la corrección de los yerros garrafales del gordito Carstens. El banco central recortó sus tasas; pero, la banca comercial sigue montada en sus trece, cobrando tasas de auténtica usura que llegan hasta el 80 por %, sin IVA.

Entre las tasas altas y la usura

Como la desfachatez es mucha, ni siquiera ocultan sus abusos, pues por diversos medios hacen llegar a los clientes potenciales sus anuncios de ofertas de créditos al instante y oferta de tarjetas de crédito con muy pocos requisitos. Luego, de remate, se quejan de que la población ya no se deja sorprender y que el crédito se está contrayendo, ¿pos’ como no? Pero esa contracción de la colocación de fondos no ha afectado las ganancias que tienen los bancos, que siguen en prolongada época de boyante bonanza.

Para señalar un ejemplo válido, en Coahuila el delito de usura se encuentra previsto en el artículo 430 del Código Penal: “Se aplicará cárcel de 6 meses a 8 años y multa de 10 a 400 días al que aprovechándose de la apremiante necesidad de una persona, de su ignorancia o notoria inexperiencia realice préstamos en cualquier forma contractual, con intereses superiores a los bancarios; o que obtenga otros beneficios desproporcionados a los usos comerciales, en especie o en servicios”. Pos’ sí.

Sí; pero, no. Las tasas de interés del sistema de banca que opera en el país son tan altas que rayan en la usura y sitúan a los acreditados en una posición desventajosa con respecto a sus pares en otros lugares del planeta, especialmente con los de Estados Unidos, donde el consumo de bienes y servicios se financia con intereses razonables que estimulan el círculo virtuoso de inversión-producción-consumo.

En el portal especializado Al volante, se publicaron los testimonios de compradores de automóviles de Los Ángeles, California, que expresaron sus experiencias personales, señalando que el crédito para la compra de un auto nuevo varía entre el 2 y 3 por ciento, dependiendo de una serie de factores que tienen que ver con los expedientes crediticios y de manejo de los compradores; pero, en todo casos, los requisitos son mínimos comparados con los que deben cumplirse en México, donde las tasas más bajas están situadas en el 9 por ciento y llegan hasta el 16, desestimulando la compra de un vehículo nuevo.

En un año en que la economía estuvo prácticamente estancada a consecuencia de la irresponsabilidad de los gobiernos previos en el manejo de las finanzas públicas, los bancos tuvieron buenas ganancias, según informes rendidos al Banco de México y la Secretaría de Hacienda. Precisamente, la senadora Blanca Alicia Caraveo, al presentar la propuesta que reforma la Ley Para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros y la Ley de Instituciones de Crédito en Materia de Comisiones Bancarias, para legislar que las entidades bancarias no podrán cobrar comisiones por pago tardío de un crédito, no pago, o cualquier otro concepto cuando ya se cobraron intereses moratorios, dijo que: “durante el primer trimestre del año 2019, el 51 por ciento de las utilidades reportadas por los bancos en México correspondió a este rubro. Más del doble del negocio consistió en cobrar comisiones a las y los mexicanos. El alarmante y excesivo abuso de comisiones bancarias en 2017, ascendió a más de 108 mil millones de pesos, ocho % más que en 2016; el triple del presupuesto anual de la UNAM”.

En la propuesta de ley que avanza en el Senado de la República, se busca proteger al usuario de la banca prohibiendo cobrar comisiones por operaciones de consulta de saldo y retiro en efectivo en cajeros automáticos internos; reposición de plástico bancario por robo o extravío; emisión de estado de cuenta adicional o impresión de movimientos. También por disposición de crédito en efectivo; conceptos de anualidad de tarjetas de crédito; transferencia a otros bancos; mantenimiento de saldo mínimo para exentar manejo de cuenta o membresía, entre otros. El Congreso no puede legislar sobre las tasas.

En su último libro, Sistema deuda. Historia de las deudas soberanas y de su repudio, el doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Lieja y la Universidad de París, Eric Toussaint, expresa que la deuda como sistema de subordinación ha caminado de la mano con el proceso de acumulación de capital de los países dominantes. En este camino ha encontrado obstáculos y resistencias, pero siempre ha contado con las enormes fuerzas económicas y militares de los gobiernos que protegen los intereses de los banqueros. 

Luego, asegura que pueden ser derrotados; pero, para posibilitar esa victoria: “hay que poner en marcha una gran movilización social, como hizo México por vía de su revolución, entre 1914 y 1920”, lo que constituye el reconocimiento de un experto a los grandes logros de la primera revolución social del siglo XX, de la que emerge, majestuosa, la Constitución del 17, que promueve la democracia con justicia social. 

Finalmente, el hombre está en el centro del universo, no el dinero. El dinero debe estar al servicio del ser humano, no al revés.